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int encuentro 21-22 A - cubaencuentro.com

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uena letrataquigrafía a un cementerio. Perseguido yacosado por su propio doble, el narradorparece burlarse de las tramas policiales almismo tiempo que se entretiene con el juegode las identidades cambiadas y los truequesde personalidad. Aparece el maniquí—antecedente de un rasgo identificador dela vanguardia polaca con la que tuvo tantacercanía, <strong>com</strong>o parte de la pléyade de traductoresde Ferdydurke, de Gombrowicz—. Elmuñeco o su propio doble, hallado en la bañaderade la señora Pérez, esa que teníapretensiones de poetisa y destila sensualidad,se transforma en Fifo, figura esperpéntica,sexo de goma. Mientras la peluca, el celofány el estuche de terciopelo, <strong>com</strong>o todoslos aditamentos de la señora, parecen trastosde utilería sacados de algún desván. Acosadopor los dobles, René sigue su aventuraen medio de una geografía escenográfica,un país sin contorno local, presidido poruna voluntad didascálica. Una catedral disfrazadade music hall parece una indicaciónpara la mise en scene: «Las paredes estabanp<strong>int</strong>adas de blanco y del techo colgaba unalámpara de uso en las salas de operacionesquirúrgicas, escribe Virgilio en el capítulo“La causa”. En medio del cuarto había unaespecie de sillón de dentista, de un colorentre amarillo y crema. En una vitrina, pinzas,tenazas, bisturíes. Al fondo del cuarto ypendientes del techo, poleas, cuerdas y trapecios.Sobre una mesa de hierro varios sopletesoxídricos.» ¿No es reconocible lahuella escénica, no parece ser la acotaciónde un libreto? A menudo emplea palabras<strong>com</strong>o <strong>com</strong>edia, fingimiento y payasada. Esla escritura teatral del narrador que escribecon la urgencia de un condenado, <strong>com</strong>o siél mismo fuera la víctima propiciatoria y elcuerpo <strong>com</strong>pacto y consistente que recibelos dardos y las flechas en la clase de anatomía.Es el cuerpo que resiste todas las embestidasy los desafueros, <strong>com</strong>o la narraciónde las muchas lenguas que lamen la asustadacarne de René en uno de los momentosmás eróticos de su prosa que se asemeja…«a esos calígrafos que pasan su plumapor los bordes del papel.» Amordazado y temeroso,René se somete a dist<strong>int</strong>as pruebas,trata de escapar de los dobles de su padre yde sí mismo, huye del acoso implacable delos miembros de ¿la secta, el partido político,la congregación?, se escuda en un oscurotrabajo <strong>com</strong>o secretario, cambia de identidad,se oculta, hasta que finalmente lostentáculos de la Sede de la Carne Acosadalo encuentran cuando blanquea fosas en uncementerio local y asiste, con el entierro desu doble, a la premonición de la fatalidad.El fatum de la carne lo persigue. De episodioen episodio, la novela se concentra en latrayectoria de René y el descalabro de su fuga.Narra las sutiles maniobras del joven pormantenerse al margen, desterrado de losdictados de la lógica, la falsedad de las leyesy los mandatos paternales. Como en las novelasde iniciación, René se ha enfrentado almundo, ha recibido marcas e influencias,pero conserva la candidez de sus <strong>com</strong>ienzosy es, al final, después de magníficas pruebas,un pariente de Kafka, que no solo ha sufridola persecución, sino la habita <strong>com</strong>o gustabadecir a Reinaldo Arenas.Escrita con «hilos de mi propia sangre»en dos años de su exilio argentino «careciendode lo más elemental, sumergido enla deletérea indiferencia de mis <strong>com</strong>patriotas,arrastrándome hasta Buenos Aires, viviendoen una pieza y en una promiscuidadestremecedora», La carne de René, casi cincuentaaños después de publicada, plantealos mismos enigmáticos retos e <strong>int</strong>rincadalectura.El hombre que se devora a sí mismo enun mundo altamente carnalizado encuentrasu antípoda en René, que según un anónimoenigmático, publicado en el rotograbadode La Nación, el 25 de octubre de 1952 portoda reseña de la salida del libro es, «… tansólo una rémora, un juvenil retoño del pasado,superviviente de una civilización extinguida».Conjurado a pertenecer y «ablandarse»dentro del mundo tiránico del podery el patriarcado, René se niega a ofrendar sucarne de primera categoría y reserva su espíritude mezquinas contaminaciones. Es,<strong>com</strong>o ha señalado Arrufat, el que dice no.Frente al proceso feroz de envilecimiento yhorror, la conducta del personaje es turbadora,inquietante, única y su prosa limpia ydespojada «otras veces se desencadena en 279<strong>encuentro</strong>buena letra

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