Las frutas por corona o la décima <strong>com</strong>o difraz y vio una mata de cocoen el Niágara brumoso.Más al norte y más sabroso,¡tú coronaste el barroco! 19Observamos así que Severo Sarduy alude a unos referentes artísticos concretos.Por un lado, al p<strong>int</strong>or cubano Ramón Díaz Alejandro. Por otro, alpoeta romántico, igualmente cubano, José María Heredia, quien desde la nostalgiadel desterrado revivía el paisaje insular en su «Oda al Niágara» (1824).Juego parecido de referencias encontramos en otra de las décimas de Sarduy,la dedicada al mango:Se formó el arroz con mango,rey de la gastronomía;si hilachas de oro, armoníatenebrosa y cruel: de tango.Manjar del más alto rango,heráldica de lo poco.Aguardiente, agua de coco:las bebidas que reclama.¡Qué cénit —diría Lezama—,qué corona del barroco! 20 .En este caso, refiere Sarduy que la motivación escritural parte de los versosde un casi anónimo «poeta loco cubano», quien, además, «llega a profundidadesmetafísicas en su locura» <strong>21</strong> . Aunque Severo Sarduy no alude al nombre deeste poeta, el escritor cubano Manuel Díaz Martínez <strong>22</strong> señala que tal vezpudiera tratarse de Juan Santos —un «Don Quijote suelto por Matanzas», un«loco local»—, hombre culto que tan solo recitaba sus poemas después derepetidos ruegos. De esta manera, van a ser precisamente unos versos de esteúltimo —El sol alumbra de día,/ la luna alumbra de noche./ Cuatro ruedas tiene uncoche/ con mucha melancolía 23 — los que, según Sarduy, darán pie a que elaborela décima sobre el mango.Pero al igual que ocurría en la «Papaya», en esta décima cabe la referenciaexplícita al escritor José Lezama Lima, quien, <strong>com</strong>o Sarduy, también resultó19 Sarduy, Severo, «Papaya», en Un testigo perenne y delatado..., op. cit., pág. 83.20 Sarduy, Severo, «Mango», en Un testigo perenne y delatado..., op. cit., pág. 80.<strong>21</strong> Sarduy, Severo, Poesía bajo programa, op. cit., pág. 26.<strong>22</strong> Datos ofrecidos por Manuel Díaz Martínez, poeta cubano amigo de Severo Sarduy, con quien<strong>com</strong>partió el «convulso París de 1960». A propósito de la relación filial entre estos dos escritores,véase Severo Sarduy. Cartas, ed. Verbum, Madrid, 1996. Selección, prólogo y notas de Manuel DíazMartínez.23 Vid. Sarduy, Severo, ibidem.197<strong>encuentro</strong>
Ángeles Mateo del Pino ser un decimista «fugaz y delatado» 24 . Para ambos autores la fruta es expresiónde un barroco que se manifiesta en la propia naturaleza. De esta manera,a través de las imágenes frutales se da una visión del orbe cubano en el que,sobre todo, destaca la alusión al mundo de los sentidos. «Goce: mas goce alcuadrado» 25 .De esta manera, las frutas criollas se convierten en imágenes poéticas y,<strong>com</strong>o tales, expresión y parte —metonimia— de una imago 26 que deviene paisaje.Como advierte Óscar Montero 27 , al referirse a la «Corona de las frutas»de Lezama Lima, con la imagen frutal se desata una serie, una corona, a partirde la cual se define una situación armoniosa entre el sujeto —el cubano—y su espacio —la isla de Cuba—: «[la fruta] es un envío de lo irreal, de unanaturaleza que se muestra sabia, con un orden de caridad indescifrable, quenos obliga a ensancharnos» 28 .Así, pues, con estas décimas Severo Sarduy insiste en escribir sobre la naturalezabarroca que es Cuba, tal vez <strong>com</strong>o señala Blas Matamoro esto sólo sea«un reclamo de nostalgia, una manera de conservar la identidad» 29 , porque elbarroco implica un retorno a lo primigenio, en tanto que naturaleza. Ahorabien, quizá, siguiendo al propio autor, sea más conveniente calificar esta escritura,<strong>com</strong>o propuesta y práctica, de neobarroca: «reflejo necesariamente pulverizadode un saber que se sabe que ya no está ‘apaciblemente’ cerrado sobresí mismo. Arte del destronamiento y la discusión» 30 . Incluso cabría hablar deneobarrosa, al decir de Néstor Perlongher 31 .24 Vid. «Las décimas de la querencia» —Fragmentos a su imán—, en José Lezama Lima. Poesía, ed.Cátedra, Madrid, 1992, págs. 329-332; «Las décimas de la amistad» —Poemas no publicados enlibros—, en José Lezama Lima. Obras <strong>com</strong>pletas (T.I), ed. Aguilar, México, 1975, págs. 1134-1136.Véanse también las décimas contenidas en la novela Paradiso, ed. Cátedra, Madrid, 1984. Ediciónde Eloísa Lezama Lima.25 Sarduy, Severo, «Anón», en Un testigo perenne y delatado..., op. cit., pág. 79.26 Empleamos el término imago, tal y <strong>com</strong>o lo desarrolla Saúl Yurkievich, para aludir a la formaque se va configurando en paisaje: espacio temporalizado por la imago, espacio histórico o seacultural. El paisaje, <strong>com</strong>o espacio figurable, concita su propia expresión. Vid. Yurkievicih, Sául,«La expresión americana o la fabulación autóctona», en Revista Iberoamericana (vol. 154), Universidadde Pittsburgh, Pennsylvania, enero-marzo de 1991, pág. 43.27 Montero, Óscar, «El ‘<strong>com</strong>promiso’ del escritor cubano en el 1959 y la ‘Corona de las frutas’ deLezama», en Revista Iberoamericana (vol. 154), op. cit., pág. 36.28 Lezama Lima, José, «Corona de las frutas», op. cit., pág. 143.198<strong>encuentro</strong>29 Matamoro, Blas, «Entrevista con Severo Sarduy», en Cuadernos Hispanoamericanos (Nº 563),Madrid, mayo de 1997, pág. 14.30 Sarduy, Severo, «El barroco y el neobarroco», en América Latina en su literatura, Siglo XXI/unesco, México, 1986, pág. 183 (10ª ed.).31 Perlongher, Néstor, «Caribe transplatino», en Prosa plebeya. Ensayos 1980-1992, ed. Colihue (col.Puñaladas. Ensayos de punta), Buenos Aires, 1997, pág. 97. Selección y prólogo de ChristianFerrer y Osvaldo Baigorria. Néstor Perlongher propone el término neobarroso partiendo de ladefinición que diera Severo Sarduy al referirse al neobarroco: «Nódulo geológico, construcciónmóvil y fangosa, de barro...».
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