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int encuentro 21-22 A - cubaencuentro.com

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uena letrabuena letra294<strong>encuentro</strong>paña de una segunda ventana: la de WaltWhitman.Es <strong>int</strong>eresante notar y hacerles ver la impresiónque tengo de que los dos poetas citadospara abrir las dos partes del libro:Tennyson y Withman, representan ladosopuestos de la psyche del poeta Gómez:Tennyson el clásico, el aristócrata, el romántico;Whitman, el moderno, el libre, el salvaje,el explorador del amor en todas sus facetas;fabuloso contraste para entender lamultiplicidad de sentimientos simultáneos,de lo que se expresa y se vive a través de la«persona», y lo que está latente, platónico,sin manifestarse.Whitman, en esta cita escogida por LuisMarcelino, expresa su orgullo por haber llegadoa entender el significado del poema.El poeta Gómez nos habla de esa necesidadde diluir la frontera, el espacio, conocerlotodo.Pero para conocer todo lo de este planotridimensional, hay que nacer en la forma,buscar los padres, atestiguar la biología <strong>com</strong>oun canto personal que en su sonido carguenuestros futuros ojos, la marca del karmaque en la sangre nadará hasta subir a lasuperficie de los escenarios y cumplir la misión.Y aclaro que «la misión» no se trata solamentede un Rey Arturo con su espada, lamisión puede ser también el camino de lasopciones a vivir para crecer en el conocimientode quienes somos. Aunque el poetaposee el pesimismo de los escogidos y dice:«Me nacieron un 26 de abril de 1950./ Apenas/lo celebro».Estos poemas del «cábala 50», <strong>com</strong>o yolos llamo, no hacen más que explorar la necesidadde desaparecer; la experiencia de laforma nos incita a regresar a la no-forma. Elpoeta habla de «ya preparo viaje hacia otrasbiologías». La manifestación es no solo transitoria,es también un fluir en el vacío dondela materia es casi nula, aunque nuestrosojos perciban la ilusión de una gran densidad.En su discurso poético, Luis Marcelinonos hace partícipes de su percepción dondeel poema nos reitera su visión: «Agua fui/Agua soy que me evaporo».La necesidad de desaparecer o de no ser esun tema explorado por Mireya Robles, en sureciente novela La muerte definitiva de Pedroel Largo, donde este personaje busca esamuerte, ese diluirse por siempre en la noconciencia;Luis Marcelino Gómez, <strong>com</strong>o laRobles, trabajan la literatura <strong>com</strong>o actos psicológicosritualistas, donde el poema o lanovela, en el acto de ser creados producenel elemento mágico que expresa el deseo ycumplimiento de la desaparición: el mundode la forma y sus memorias crea la necesidadde huir. Dice el poeta: «te crucifican,luego existes».Cuando Descartes afirmó; «Pienso, luegoexisto», escribía con el aspecto de su <strong>int</strong>electo,la lógica de la conclusión; el poeta expresaen el poema que lo que prueba laexistencia es el sufrimiento. Lo que pruebala existencia es la memoria del cuerpo emocional.Esto nos confirma que es el ojo quemira el que determina la realidad.Leer Canción a solo es entrar en un boteque se bambolea en agua tempestuosas ytranquilas a un mismo tiempo. Cada poemaexiste por sí solo, rumiando «la canción asolas», y en ese bamboleo de momentosexistenciales se repiten las mismas necesidades,el rodar por la inocencia, las preguntasdirectas a los lectores, el regreso a lanada.Pero este hombre/ poeta/ médico/ psiquiatra/niño/ maestro/ y hombre de nuevo,posee, a pesar de todos los dolores, delas experiencias de la forma y de los desengaños,un espíritu <strong>int</strong>ocado por lo feo de estemundo dual. Como las mariposas, habitala inmensidad de un espacio que permiteque la belleza crezca y se desborde dentrodel alma, porque la vivir en sí mismo, entregaen el poema, aun en los más duros, uninstante de esa luz: «Paz y palomas me salenentonces trasnochadas».Como la memoria del inconsciente colectivodel cual nos hablaba Carl GustavJung, Luis Marcelino Gómez nos incluye ensu río subterráneo que arrastra con fuerzanuestras piedras personales <strong>com</strong>o un cantode vida que al unísono se reconoce en supoema Reflexión: «Mi vida,/ mi destino,/ mejunta a esos otros/ que se han quedado solos/cuando lo que más ansiaron/ fue encontrarme./Todavía…». ■

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