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rev-chilena-com-2 - CREA - Universidad UNIACC

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Reseña: Children and TelevisionDecididamente, y teniendo en cuenta las conclusiones generales intentadas por losautores, salta a la vista una franca falta de convergencia entre la gravedad de la eventualresponsabilidad atribuida a los medios de <strong>com</strong>unicación en cuestiones que se definen <strong>com</strong>osocialmente cruciales y la insuficiente evidencia que la investigación proporciona en favorde esas conclusiones generales. En el capítulo 7, por ejemplo, y en relación a la violenciatelevisiva, en un grupo de párrafos encabezados por el subtítulo “¿Qué es lo que hemosaprendido?”, John P. Murray sostiene que parece haber tres principales clases de efectos.Dice textualmente:• “Agresión. Ver violencia televisiva puede llevar a aumentos de la conducta agresivao a cambios en las actitudes y valores que favorecen el uso de la agresión para lasolución de conflictos.• Desensibilización. Ver mucha violencia televisiva puede llevar a disminuir lasensibilidad a la violencia y a una mayor disposición a tolerar el aumento de losniveles de violencia en la sociedad.• Miedo. La extendida exposición a la violencia televisiva puede producir el “meanworld syndrome” por medio del cual los telespectadores sobreestiman su riesgo dellegar a ser víctimas”. (2007, 194)Resulta sorprendente el lenguaje al que se recurre para formular las generalizaciones:“parece haber”, “puede llevar”, “puede producir”. Hay una diferencia significativa entresostener que “existen o hay” tres clases principales de efectos y sostener que “parece”haberlos. Por cierto, afirmar que “parecer haber” es una magra conclusión <strong>com</strong>o balancede 50 años de investigación. De hecho, si hubiese sido posible detener el mundo yparalizarlo hacia fines de los años 70 y mediados de los 80 en los Estados Unidos del siglorecién pasado, hacia la época en que George Gerbner y sus colaboradores formularon su“Cultivation Analysis” acerca de la televisión y le dieron amplia cobertura a través de la<strong>rev</strong>ista Journal of Communication, en los casi 30 años que han transcurrido desde entoncesnuestro conocimiento sobre estos problemas no ha avanzado ni un ápice. El balance deMurray en 2007 es prácticamente el mismo que el de Gerbner. Podría decirse, está claro,que lo que ha hecho la investigación de los años siguientes es corroborar y fortalecer esasconclusiones. Pero si esa corroboración y ese fortalecimiento efectivamente han ocurrido,no hay cómo entender la gran cautela y timidez del discurso que habla de “parece haber”,“puede llevar” o “puede producir”. Hasta donde es posible determinarlo, “parecer haber”expresa una conjetura, una posibilidad, una impresión, no una afirmación. Y así <strong>com</strong>o algopuede producirse puede también no producirse. ¿Cómo se establece, entonces, el grado136

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