Hiperrealidad en la Sociedad Efímerapantalla. La confusión, emitida por la pantalla total, pone fin a la ilusión estética. 49El fin de la ilusión estética porta la virtualización de la persona. Mediante la pantalla, lapersona virtual pasa a ser parte operativa de la máquina de lo visual, es decir, lo virtualque la máquina hace de la persona, hace que la persona sea una máquina de lo visual.La persona y todo aquello que reúne la pantalla llega a ser un diseño, un diseño que lamaquina de lo visual propone un cuerpo y un texto de la imagen, cuya cibernética cumplecon ordenar las imágenes. 50 El ordenar las imágenes implica crear prototipos visibles,capaces de cristalizar el performance ideal de la imagen y el texto, donde la máquina de lovisual, o bien en palabras de Baudrillard la máquina virtual, nos habla y nos piensa. 51Si la identidad es la de la red, es la de la máquina virtual o de lo visual, el protagonista sedisuelve en la red o en la máquina, deja de ser localizable y lo que se prioriza es la prótesisque porta el irrelevante individuo, ya que da lo mismo quien sea y dónde esté, sino laprótesis que porta, identidad que define la existencia, existencia definida por lo visible,por la imagen, ya que el individuo es desconocido y no importa que lo sea, ya que lo quees localizable es la identidad y la identidad es lo que se porta, o sea la estructura que lepermite ser visible, ser imagen, o sea existir. La prótesis determina la vida del individuo.Por ello que la virtualidad se aproxima a la felicidad, la virtualidad es expresión visual dela voluptuosidad, ya que enajena cualquier referencia a la cosa, la cosa es lo que importa ynada aquello que no sea cosa. 52 Aquí emerge un indicio del tipo de reflexividad que operaen el marco de la hiperrealidad de la sociedad efímera, es decir, la referencia a la cosa,cosa voluptuosa que despierta los instintos, instintos de un deseo, cuyo objeto, o sea cosa,nos desborda. 5349 Idem, pp. 203-204.50 Idem, p. 205.51 Idem, p. 206.52 Idem, p. 207.53 Bataille, Georges (1957), El Erotismo, Fábula Tusquets Editores, Barcelona, 2007, p. 147.96
Revista Chilena de Comunicación • Año I • Nº 2 • Segundo Semestre 2008De la Prótesis a la SeducciónGeorges Bataille aporta la voluptuosidad <strong>com</strong>o construcción conceptual. Jean Baudrillardsostiene que el efecto de la seducción consiste en el eclipse de la presencia. 54 El eclipsar lapresencia es eclipsar cualquier voluntad a través del despertar de los instintos, al permitirinstaurar relaciones afectivas, amorosas, sexuales, pero sin plantear la cuestión de laverdad. Esta presencia es, en palabras de Baudrillard, intermitente. Está y no está. Está encuanto voluptuosidad traducida en prótesis capaz de seducir, pero no está en cuanto cuerpoindividual real. Una presencia que no está donde se la cree y dónde se la desea, es unaestética de la desaparición. 55La seducción en la intermitencia de la presencia hace funcionar el deseo <strong>com</strong>o cebo a travésde la forma eclíptica de aparecer/desaparecer. Esta discontinuidad, que para Baudrillard 56pone fin a todo afecto, placer y relación, reafirma la seducción en tanto estética trascendentepor encima de la ética inmanente del placer y del deseo. La mujer, o bien también se podríadecir lo femenino, maquina el amor y el acto carnal para seducir al hombre, principalmentemediante su talento de apariencias. Todo aquello que mediante la pantalla total adquiereuna dimensión superior que la define hiperrealmente. El único y exclusivo fin es seducir,no es ni amar ni gustar, sino que seducir. La instrumentalización del deseo que junto conel amor se disuelven da cuenta de que la identidad protésica seductora lo es en tanto seencuentra en estado de seducción así <strong>com</strong>o la capacidad de seducción de la mujer, cuyaidentidad protésica es la que al fin y al cabo seduce, concibe el deseo no <strong>com</strong>o un fin, sinoque <strong>com</strong>o una hipótesis, la que está en juego por cierto en el espectáculo de la seducción.El juego de la provocación y decepción del deseo, ya que la seducción convierte al deseoen un mito mediante el simulacro y, según Baudrillard, “conjura este poder hipotético deldeseo a través de la red de apariencias”, 57 lleva a la satisfacción del deseo con una ilusión,<strong>com</strong>o lo menciona Bataille. 58 Bataille ya ha enriquecido la idea de Baudrillard sobre el poderdel deseo mediante la apariencia, al iluminar que el deseo que nos desborda nos involucraa la “vida desbordada por el deseo”, 59 ya que Bataille reconoce la conciencia de que laposesión del objeto que nos desborda por el deseo es imposible (Bataille, 1957, p. 147).54 Baudrillard, Jean (1987), De la Seducción, Editorial R.E.I., Buenos Aires, Argentina, 1994, p. 83.55 Idem, p. 83.56 Idem, p. 83.57 Idem, pp. 84-85.58 Idem, p. 147.59 Bataille, Georges (1957), El Erotismo, Fábula Tusquets Editores, Barcelona, 2007, p. 147.97