11.07.2015 Views

FLORES PARA ALGERNON - Facultad de Psicología

FLORES PARA ALGERNON - Facultad de Psicología

FLORES PARA ALGERNON - Facultad de Psicología

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

conocía su trabajo y estaba orgulloso <strong>de</strong> hacerlo bien. Todos se pusieron manos a la obramenos Bernice. Me miraba con los ojos muy abiertos.—¿Por qué Charlie ya no viene a la escuela? —preguntó—. ¿Qué es lo que ocurre,Charlie? ¿Vas a volver a venir?Los otros me miraron. Miré a Alice, esperando que ella respondiera por mí, y hubo unlargo silencio. ¿Qué podía <strong>de</strong>cirles que no les lastimara?—Solo he venido a haceros una visita —dije.Una <strong>de</strong> las chicas soltó una risita sorda... Francine, que siempre le dabapreocupaciones a Alice. Había tenido tres niños antes <strong>de</strong> cumplir los dieciocho años y quesus padres se <strong>de</strong>cidieran por una histeroctomia. No era bonita —mucho menos atractivaque Bernice—, pero había sido un juguete fácil para montones <strong>de</strong> hombres que lepagaban cualquier chuchería o una sesión <strong>de</strong> cine.Vivía en una pensión reconocida por el asilo Warren para los que trabajaban fuera, ytenía permiso para salir por la noche a fin <strong>de</strong> venir a la clase. Por dos veces no habíaacudido, se había <strong>de</strong>jado convencer por algún hombre en el camino, y ahora no podíasalir más que acompañada.—Ahora habla como un señor importante —cloqueó.—Ya basta —interrumpió Alice—. La clase ha terminado. Hasta mañana a las seis.Cuando todos se hubieron ido vi, por la manera como metía bruscamente sus cosas enel cajón, que estaba enfadada.—Lo siento —dije—. Había pensado esperarla abajo pero he sentido <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> ver mivieja aula. Mi alma mater. Quería simplemente mirar a través <strong>de</strong> los cristales. Pero, sindarme cuenta, he entrado. ¿Qué es lo que la molesta?—Nada... no hay nada que me moleste.—Vamos. Su disgusto es <strong>de</strong>sproporcionado con lo que ha pasado.Dejó violentamente sobre la mesa el libro que tenía en las manos.—De acuerdo; ¿Quieres saberlo? Ya no eres el mismo. Has cambiado. Y no hablo <strong>de</strong>tu C.I. Hablo <strong>de</strong> tu actitud hacia la gente... ya no eres el mismo tipo <strong>de</strong> ser humano.—¡Oh, vamos! No...—¡No me interrumpas! —la cólera <strong>de</strong> su voz me hizo retroce<strong>de</strong>r—. Te estoy diciendo loque pienso. Antes había en ti algo... no se... un calor, una franqueza, una bondad, quehacía que todo el mundo te quisiera y le gustara que estuvieras con ellos. Ahora, con todatu inteligencia y toda tu ciencia, hay diferencias que...Ya no pu<strong>de</strong> oír más.—¿Pero qué esperaba usted? ¿Había creído que seguiría siendo un muñeco dócil,haciendo el tonto y lamiendo el pie que lo golpea? Claro que todo esto ha cambiado enmí, y también la manera en que me veo a mi mismo. Ya no estoy obligado a aceptar lastonterías me han hecho tragar toda mi vida.—La gente no ha sido mala contigo.—¿Qué sabe usted? Escuche, los mejores <strong>de</strong> entre ellos no eran más quecon<strong>de</strong>scendientes, <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñosos... se servían <strong>de</strong> mí para creerse superiores y seguros <strong>de</strong>sí mismos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> sus propios límites. Cualquiera pue<strong>de</strong> sentirse inteligente junto a undébil mental.Des<strong>de</strong> el momento en que dije esto supe que no le iba a gustar.—A mi también me incluyes en esta categoría, supongo.—No sea absurda. Sabe muy bien que...—De acuerdo que, en un cierto sentido, creo que tienes razón. A tu lado me siento másbien obtusa. Ahora cada vez que nos vemos, cuando me separo <strong>de</strong> ti vuelvo a mi casacon la miserable sensación <strong>de</strong> ser lenta comprensión con respecto a todo. Pienso en todolo que he dicho y <strong>de</strong>scubro todas las cosas brillantes y espirituales que hubiera <strong>de</strong>bido<strong>de</strong>cir, y siento <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> abofetearme por no haberlas expresado cuando estaba contigo.—Eso le ocurre a todo el mundo.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!