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FLORES PARA ALGERNON - Facultad de Psicología

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¿Cómo podría <strong>de</strong>círselo? ¿Qué <strong>de</strong>bía <strong>de</strong>cirle? ¿Vamos, mírame, soy Charlie, el hijoque borraste <strong>de</strong> tu vida? No vengo a reprochártelo, pero mírame, estoy aquí, mejor quenunca. Ponme a prueba. Hazme preguntas. Hablo veinte lenguas vivas y muertas; soy ungenio matemático, y estoy componiendo un concierto para piano que la gente recordarámucho <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> que yo haya muerto.¿Cómo podía <strong>de</strong>círselo?Era absurdo estar sentado en su tienda y esperar a que él me acariciara la cabeza ydijera: "Eres un buen chico". Quería su aprobación, el viejo <strong>de</strong>stello <strong>de</strong> satisfacción quepasaba por su rostro cuando yo aprendía a anudarme los cordones <strong>de</strong> mis zapatos oabotonarme mi sueter. Había venido para esto, pero sabía que no iba a obtenerlo.—¿Quiere que llame a un médico?Yo no era su hijo. Era otro Charlie. La inteligencia y el saber me habían cambiado y meodiaría —como me odiaban los <strong>de</strong> la pana<strong>de</strong>ría— porque mi progreso lo humillaría. Noquería que ocurriera eso.—Me siento mejor —dije—. Perdóneme por haberle molestado. —Me levanté,asegurándome <strong>de</strong> que mis piernas eran firmes—. Debe haber sido lo que he comido. Yale <strong>de</strong>jo cerrar.Me dirigí hacia la puerta, pero su voz me <strong>de</strong>tuvo en seco:—¡Hey, un momento! —sus ojos me miraron suspicazmente—. ¿Qué es lo quepreten<strong>de</strong>?—No le comprendo.—Me <strong>de</strong>be tres dólares y medio.Le pedí perdón mientras pagaba, pero me di cuenta <strong>de</strong> que no me creía. Le di cincodólares y le dije que se quedara el cambio, y salí a toda prisa <strong>de</strong> la tienda sin mirar tras <strong>de</strong>mí.21 <strong>de</strong> junio. He añadido secuencias <strong>de</strong> tiempo <strong>de</strong> creciente complejidad a mi laberintotridimensional y Algernon las apren<strong>de</strong> fácilmente. Es inútil recompensarlo con comida oagua. Parece apren<strong>de</strong>r por el simple placer <strong>de</strong> resolver el problema... el éxito parece sersuficiente recompensa.Pero, como hizo notar Burt en el Congreso, su comportamiento es <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nado. Aveces, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un recorrido o en su transcurso, se irrita, se arroja contra las pare<strong>de</strong>s<strong>de</strong>l laberinto, o se encoge sobre sí mismo formando una bola y se niega absolutamente atrabajar. ¿Es frustración? ¿O es algo más profundo?5:30 P.M. Esta loca <strong>de</strong> Fay ha llegado por la escalera <strong>de</strong> escape, esta tar<strong>de</strong>, trayendouna ratita blanca —casi dos veces más pequeña que Algernon— para que le hagacompañía. Ha <strong>de</strong>struido en seguida mis objeciones y me ha convencido <strong>de</strong> que le haríabien a Algernon el tener compañía. Después <strong>de</strong> asegurarme por mí mismo <strong>de</strong> que lapequeña «Minnie» tenía buena salud y era educada, cedí. Sentía curiosidad por ver loque haría Algernon en presencia <strong>de</strong> una compañera. Pero apenas hubimos puesto aMinnie en la jaula <strong>de</strong> Algernon, Fay me cogió <strong>de</strong>l brazo y me arrastró fuera <strong>de</strong> lahabitación.—¿Es esta tu i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> un romance? —exclamó. Conectó la radio y se acercó a mi conaire amenazador—. Voy a enseñarte los últimos bailes <strong>de</strong> moda.¿Cómo pue<strong>de</strong> enfadarse uno con una chica como Fay?De todos modos, estoy contento <strong>de</strong> que Algernon ya no esté solo.23 <strong>de</strong> junio. La noche pasada, ya tar<strong>de</strong>, oí risas en el vestíbulo y llamar a mi puerta.Eran Fay y un hombre.—Hey, Charlie —hipó al verme—. Leroy, te presento a Charlie, mi vecino <strong>de</strong> al lado. Unmaravilloso artista. Hace escultura con un elemento vivo.

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