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FLORES PARA ALGERNON - Facultad de Psicología

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—Charlie, ve al lavabo. No irás a hacértelo en el pantalón.Quiere obe<strong>de</strong>cer, pero sus piernas están <strong>de</strong>masiado fláccidas para moverse. Susbrazos se levantan automáticamente para protegerlo <strong>de</strong> los golpes.—Por el amor <strong>de</strong> Dios, Rose, déjalo tranquilo. Lo has aterrorizado. Siempre haces lomismo, y el pobre chico..—Entonces, ¿por qué no me ayudas? Siempre tengo que hacerlo yo todo. Todos losdías intento hacer que aprenda, ayudarle a alcanzar a los <strong>de</strong>más. Es lento en reaccionar,eso es todo. Pero pue<strong>de</strong> apren<strong>de</strong>r como todo el mundo.—Te estás haciendo ilusiones, Rose. Y no está bien ni para nosotros ni para él.Preten<strong>de</strong>r que es normal. Querer educarle como si fuera un animal que pue<strong>de</strong> apren<strong>de</strong>r adar piruetas. ¿Por qué no lo <strong>de</strong>jas tranquilo?—Porque quiero que sea como todo el mundo.Mientras discuten, la sensación que contrae el vientre <strong>de</strong> Charlie se hace más fuerte.Tiene la impresión <strong>de</strong> que sus intestinos van a estallar, y sabe que tiene que ir al lavabocomo se lo dicen tan a menudo. Pero no pue<strong>de</strong> andar. Siente <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> agacharse allímismo, en la cocina, pero esto está mal y ella le pegará.Querría su juguete con las perlas y los anillos. Si lo tuviera y pudiera mirarlo girar ygirar, podría controlarse y no hacérselo en sus pantalones. Pero su juguete está esparcidopor todas partes, hay anillos <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la mesa, otros bajo el frega<strong>de</strong>ro, el hilo está junto ala cocina.Es extraño que pueda recordar claramente sus voces, mientras los rostros estánsiempre borrosos y no veo más que sus vagas siluetas. Papi gran<strong>de</strong> y débil. Mami<strong>de</strong>lgada y viva. Oyéndolos ahora, a través <strong>de</strong> los años discutir, siento <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> gritarles:«¡Pero miradlo! ¡Ahí en el suelo! ¡Mirad a Charlie! ¿No véis que tiene que ir al lavabo?»Charlie permanece allá, estrujando y tirando <strong>de</strong> su camisa a cuadros rojos, mientrasellos continúan discutiendo. Las palabras son como <strong>de</strong>stellos <strong>de</strong> cólera que se cruzanentre ellos... una cólera y una culpabilidad que no pue<strong>de</strong> discernir.—El setiembre próximo volverá a la escuela elemental número 13 y terminará su curso.—¿Por qué no quieres ver la verdad? La profesora dice que no es capaz <strong>de</strong> seguir unaclase normal.—¿Ese pajarraco <strong>de</strong> maestra? ¡Oh, podría encontrarle otros nombres más a<strong>de</strong>cuados!Que vuelva a meterse conmigo y haré algo más que escribir simplemente al Ministerio <strong>de</strong>Educación. Le arrancaré los ojos a esa sucia puta. Charlie, ¿por qué te retuerces así? Veal lavabo. Ve tu solo. Sabes don<strong>de</strong> es.—¿No ves que quiere que lo lleves? Está aterrorizado.—Tu no te metas en eso. Es perfectamente capaz <strong>de</strong> ir solo al lavabo. El libro dice queesto les da confianza y crea en ellos un sentimiento <strong>de</strong> éxito.El terror que le acecha en aquella pequeña habitación fría y cuadrada lo inva<strong>de</strong>. Tienemiedo <strong>de</strong> ir solo. Tien<strong>de</strong> la mano para tomar la suya y solloza:—Tú... tu... —y, <strong>de</strong> un manotazo, ella rechaza su mano.—No —dice severamente—. Ya eres un chico gran<strong>de</strong>. Pue<strong>de</strong>s ir tú solo. Ve directo allavabo y baja tus pantalones como te he enseñado. Te prevengo que, si te lo haces en elpantalón, vas a recibir una paliza.En ese momento casi puedo sentir sus intestinos retorciéndose y anudándose mientrassus padres se inclinan hacia él para ver lo que va a hacer. Ya no gime, llora suavemente,y cuando <strong>de</strong> pronto ya no pue<strong>de</strong> controlarse solloza y escon<strong>de</strong> la cara entre las manosmientras se ensucia.Y a esa sensación húmeda y caliente se mezclan el alivio y el temor. Ella va a limpiarloy, como siempre, le dará una paliza. Se le acerca gritándole que es un chiquillo malvado,y Charlie corre hacia su padre para que le proteja.De pronto, recuerdo que ella se llama Rose y él Matt.

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