11.07.2015 Views

FLORES PARA ALGERNON - Facultad de Psicología

FLORES PARA ALGERNON - Facultad de Psicología

FLORES PARA ALGERNON - Facultad de Psicología

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Siempre has tenido amigos.—No es lo mismo.—Tu miedo es una reacción normal.—Es más que eso. Ya he tenido miedo en otras ocasiones. Miedo <strong>de</strong> ser castigado porno dar la razón a Norma, miedo <strong>de</strong> pasar por Howells Street don<strong>de</strong> la pandilla tenía lacostumbre <strong>de</strong> burlarse <strong>de</strong> mi y <strong>de</strong> zaran<strong>de</strong>arme. Tenía miedo <strong>de</strong> la maestra, la señoraLibby, que me ataba las manos para que no removiera constantemente todo lo que habíaen mi pupitre. Pero eso eran realida<strong>de</strong>s... y tenía buenas razones para sentir miedo. Elmiedo que he experimentado al ser echado <strong>de</strong> la pana<strong>de</strong>ría es vago, no puedocompren<strong>de</strong>rlo.—Vamos, tranquilízate.—Usted no pue<strong>de</strong> sentir mi pánico.—Pero Charlie, era <strong>de</strong> esperar. Eres un nadador novato al que han empujado <strong>de</strong>ltrampolín y está aterrorizado porque ya no siente la ma<strong>de</strong>ra bajo sus pies. El señorDonner fue bueno contigo y tu te sentiste protegido durante todos esos años. Ser echado<strong>de</strong> esta manera <strong>de</strong> la pana<strong>de</strong>ría ha sido un shock mayor <strong>de</strong>l que presentías.—No sirve <strong>de</strong> nada el tener consciencia intelectual <strong>de</strong> ello. Ya no puedo permanecermás tiempo sentado solo en mi habitación. Vago por las calles a todas las horas <strong>de</strong>l día y<strong>de</strong> la noche, sin saber lo que busco ando hasta que me pierdo... y me encuentro <strong>de</strong>lante<strong>de</strong> la pana<strong>de</strong>ría. La última noche anduve <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Washington Square hasta el Central Parky dormí allí. ¿Pero qué infiernos estoy buscando?Cuanto más hablaba, más emocionada se mostraba ella.—¿Qué podría hacer por ti, Charlie?—No lo sé. Soy un animal que ha sido echado <strong>de</strong> su pequeña, hermosa y segura jaula.Se sentó a mi lado en el sofá.—Te hacen ir <strong>de</strong>masiado aprisa. Ya no sabes don<strong>de</strong> te encuentras. Quieres ser unadulto pero aún queda un chiquillo en ti. Solo, y que tiene miedo.Puso mi cabeza sobre su hombro, intentando reconfortarme, pero mientras acariciabamis cabellos me di cuenta <strong>de</strong> que ella necesitaba <strong>de</strong> mí <strong>de</strong>l mismo modo como yonecesitaba <strong>de</strong> ella.—Charlie —murmuró al cabo <strong>de</strong> un momento—, haz lo que quieras... no tengas miedo<strong>de</strong> mí...Hubiera querido <strong>de</strong>cirle que el pánico estaba acechándome.Un día, al entregar un encargo, Charlie había estado a punto <strong>de</strong> ponerse enfermocuando una mujer <strong>de</strong> mediana edad, que salía <strong>de</strong>l baño, se había divertido abriendo subata ante él y mostrándosele <strong>de</strong>snuda. ¿Había visto ya una mujer <strong>de</strong>snuda? ¿Sabía hacerel amor? Su terror —sus gemidos— <strong>de</strong>bieron asustarla, ya que cerró precipitadamente subata y le dio una moneda <strong>de</strong> veinticinco centavos para que olvidara lo que había pasado.No había hecho más que probarlo, le dijo, para ver si realmente era un buen hombrecito.Lo intentaba, respondió él, y evitaba mirar a las mujeres, ya que su madre le pegaba cadavez que encontraba manchados sus calzoncillos...Ahora había una imagen clara <strong>de</strong> la madre <strong>de</strong> Charlie sobre él, con un cinturón <strong>de</strong>cuero en la mano, y <strong>de</strong> su padre que intentaba contenerla.—¡Basta ya, Rose! ¡Vas a matarlo! ¡Déjalo!y su madre que intenta aún pegarle, incluso ahora que ya está fuera <strong>de</strong> su alcance yque el cinturón pasa silbando cerca <strong>de</strong> sus hombros mientras él se aparta arrastrándosepor el suelo.—¡Míralo! —grita Rose—. ¡No pue<strong>de</strong> apren<strong>de</strong>r a leer ni a escribir, pero sabe lobastante como para mirar a una chica y pensar en eso! ¡Le voy a quitar todas esassucieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la cabeza!

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!