11.07.2015 Views

FLORES PARA ALGERNON - Facultad de Psicología

FLORES PARA ALGERNON - Facultad de Psicología

FLORES PARA ALGERNON - Facultad de Psicología

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Fue un pecado cuando Adán y Eva comieron el fruto <strong>de</strong>l árbol <strong>de</strong> la ciencia. Fue unpecado cuando vieron que estaban <strong>de</strong>snudos y conocieron la lujuria y la vergüenza. Yfueron arrojados <strong>de</strong>l Paraíso y las puertas fueron cerradas para ellos. Si no hubiera sidopor esto, ninguno <strong>de</strong> nosotros envejecería ni se pondría enfermo ni moriría.No tenía nada que <strong>de</strong>cirles, ni a ella ni a los <strong>de</strong>más. Ninguno quería mirarme a los ojos.Aún siento su hostilidad. Antes se reían <strong>de</strong> mí, me <strong>de</strong>spreciaban por mi ignorancia y pormi torpeza; ahora me odian por mi saber y mi facilidad <strong>de</strong> comprensión. ¿Por qué todoesto, Dios mío? ¿Qué hubieran querido que hiciera?Mi inteligencia ha cavado como un foso entre yo y todos aquellos a quienes conocía yquería, y he sido echado <strong>de</strong> la pana<strong>de</strong>ría. Ahora estoy más solo <strong>de</strong> lo que nunca anteshabía estado. Me pregunto qué ocurriría si metieran a Algernon en la gran jaula conalgunos <strong>de</strong> los otros ratones. ¿Acaso se echarían sobre él?25 <strong>de</strong> mayo. Así es pues como una persona pue<strong>de</strong> llegar a <strong>de</strong>spreciarse a sí misma...sabiendo que está haciendo lo que no <strong>de</strong>bería hacer y siendo sin embargo incapaz <strong>de</strong>abstenerse. Contra mi voluntad, me he sentido atraído hacia el apartamento <strong>de</strong> Alice.Se mostró sorprendida, pero me hizo entrar.—Estás empapado. El agua chorrea por tu cara.—Está lloviendo. Es bueno para las flores.—Entra. Voy a buscarte una toalla. Vas a pillar una neumonía.—Usted es la única con quien puedo hablar —dije—. Déjeme quedarme.—Estoy calentando un poco <strong>de</strong> café. Primero sécate, y luego hablaremos.Miré a mi alre<strong>de</strong>dor mientras ella iba a buscar el café. Era la primera vez que entrabaen su casa. Me sentía a gusto, pero había algo que me turbaba.Todo estaba en su sitio. Las estatuillas <strong>de</strong> porcelana estaban alineadas en el alféizar<strong>de</strong> la ventana, todas vueltas hacia el mismo lado. Y los almohadones <strong>de</strong>l sofá no habíansido <strong>de</strong>jador al azar, sino colocados en un or<strong>de</strong>n regular sobre las fundas <strong>de</strong> plásticotransparentes que protegían la tapicería. Sobre dos pequeñas mesillas, a cada extremo,las revistas estaban bien colocadas <strong>de</strong> modo que sus títulos fueran bien visibles. En una:The Reporter, The Saturday Review, The New Yorker; en la otra Ma<strong>de</strong>moiselle, HouseBeatiful y el Rea<strong>de</strong>r's Digest.En la pared, frente al sofá, había colgada una reproducción lujosamente enmarcada <strong>de</strong>lcuadro <strong>de</strong> Picasso "Madre y Niño", y en la opuesta, encima <strong>de</strong>l sofá, el retrato <strong>de</strong> unarrogante cortesano <strong>de</strong> la época <strong>de</strong>l Renacimiento, enmascarado, la espada en la mano,protegiendo a una asustada joven <strong>de</strong> sonrosadas mejillas. Los dos cuadros no encajaban.Como si Alice no hubiera <strong>de</strong>cidido aún quién era ni en qué mundo quería vivir.—No has venido al laboratorio <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace días —dijo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la cocina—. El profesorNemur está inquieto por ti.—No tenía valor para enfrentarme con ellos —dije—. Ya sé que no existe ningunarazón para tener vergüenza, siento como una sensación <strong>de</strong> vacío al no ir todos los días atrabajar... no ver la tienda, el horno, la gente, No consigo hacerme a la i<strong>de</strong>a. Esta noche yla pasada he tenido pesadillas, soñaba que me ahogaba.Colocó el servicio en el centro <strong>de</strong> la mesilla, las servilletitas dobladas en triángulo, lospastelillos dispuestos a un lado en una ban<strong>de</strong>ja circular.—No <strong>de</strong>berías tomártelo tan a pecho, Charlie. No es culpa tuya.—No sirve <strong>de</strong> nada el que me repita esto. Esas personas, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> tantos años,eran mi familia. Es como si me hubieran echado <strong>de</strong> casa.—Eso es exactamente —dijo—. Es como la repetición simbólica <strong>de</strong> lo que te ocurriócuando eras niño. Ser rechazado por tus padres... echado <strong>de</strong> tu casa...—¡Oh, Cristo! No sirve <strong>de</strong> nada el pegarle una hermosa y limpia etiqueta. Lo queimporta es que antes <strong>de</strong> ser arrastrado a ese experimento tenía amigos, gente que seinteresaba por mí. Ahora, tengo miedo <strong>de</strong> que...

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!