11.07.2015 Views

FLORES PARA ALGERNON - Facultad de Psicología

FLORES PARA ALGERNON - Facultad de Psicología

FLORES PARA ALGERNON - Facultad de Psicología

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—No es que no me gusten los hombres —dijo, mirándome con ojos muy abiertos—. Mehe acostado con otros hombres <strong>de</strong>spués. No con él, pero con muchos otros. La mayoría<strong>de</strong> ellos son atentos y <strong>de</strong>licados con una mujer. Hacen el amor suavemente, con besos ycaricias primero. —Me echó una elocuente mirada, y su mano erró sobre la mía.Era aquello lo que había oído <strong>de</strong>cir, lo que había leído, en lo que había soñado. Nosabía su nombre y ella no me preguntaba el mío. Quería simplemente que la llevara aalguna parte don<strong>de</strong> estuviéramos solos. Me pregunté qué pensaría Alice <strong>de</strong> aquello.La acaricié torpemente y la besé aún más torpemente. Me miró.—¿Qué ocurre? —murmuró—. ¿En qué estás pensando?—En ti.—¿Tienes algún lugar don<strong>de</strong> podamos ir?Cada paso a<strong>de</strong>lante <strong>de</strong>bía ser pru<strong>de</strong>nte. ¿En qué momento se hundiría el suelo bajomis pies y me sumergiría en la ansiedad? Sin embargo, el instinto me empujaba aavanzar para tantear el terreno.—Si no tienes ningún lugar, el Mansion Hotel, en la calle 53, no es muy caro. No hayproblemas con no llevar equipaje si pagas por anticipado.—Tengo habitación propia...Me miró con un nuevo respeto.—Oh, entonces todo va bien.Aún nada. Y era algo curioso. ¿Hasta dón<strong>de</strong> podría ir sin sentirme invadido por lossíntomas <strong>de</strong>l pánico? ¿Cuando estuviéramos solos en la habitación? ¿Cuando la viera<strong>de</strong>snuda? ¿Cuando estuviéramos acostados juntos?De pronto fue importante para mí el saber si podía ser como los <strong>de</strong>más hombres, sialguna vez le podría pedir a una mujer que compartiera mi vida. Tener la inteligencia y elsaber ya no era suficiente. También quería aquello. Mi sentimiento <strong>de</strong> liberación y <strong>de</strong>relajamiento se veían ahora reforzados por la sensación <strong>de</strong> si era posible. La excitaciónque me invadió cuando la besé <strong>de</strong> nuevo produjo su efecto, estuve seguro <strong>de</strong> po<strong>de</strong>ractuar normalmente con ella. Era distinta <strong>de</strong> Alice. Era una mujer que había vivido.Entonces el tono <strong>de</strong> su voz cambió, inseguro.—Antes <strong>de</strong> que vayamos allí... hay algo...Se levantó, avanzó un paso en la difusa luz, abrió su abrigo y pu<strong>de</strong> ver que la forma <strong>de</strong>su cuerpo no era la que había imaginado mientras estuvimos sentados uno al lado <strong>de</strong>lotro en la oscuridad.—Solo es el quinto mes —dijo—. No impi<strong>de</strong> nada. No le ves ningún inconveniente,¿verdad?Allí <strong>de</strong> pie, con su abrigo abierto, parecía corno una doble exposición sobre la imagen<strong>de</strong> una mujer <strong>de</strong> mediana edad que salía <strong>de</strong>l baño y abría su bata para mostrarse aCharlie. Me quedé paralizado, como un blasfemo esperando el rayo que va a golpearle.Desvié la vista. Era lo último que hubiera podido esperar, pero el abrigo apretado en tornoa su cuerpo en una noche tan cálida hubiera <strong>de</strong>bido hacerme suponer algo.—No es <strong>de</strong> mi marido —dijo—. No te he mentido. Hace años que no lo he visto. Es <strong>de</strong>un viajante <strong>de</strong> comercio que conocí hace ocho meses. Vivía con él. No volveré a verlo,pero quiero el niño. Lo único que <strong>de</strong>bemos hacer es ir con cuidado, nada <strong>de</strong> violencias ninada parecido pero excepto esto no tienes por qué preocuparte.Su voz se apagó cuando vio mi cólera.—¡Es asqueroso! —murmuré—. Debería sentir vergüenza <strong>de</strong> sí misma.Se apartó, apretando rápidamente su abrigo en torno suyo para proteger lo querecubría.Cuando hizo este gesto <strong>de</strong> protección, una segunda doble imagen apareció: mi madre,encinta <strong>de</strong> mi hermana, cuando ya no me tomaba en sus brazos, me mimaba menos consu voz, con sus manos, me <strong>de</strong>fendía menos contra cualquiera que se atreviera a <strong>de</strong>cirque yo no era normal.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!