11.07.2015 Views

FLORES PARA ALGERNON - Facultad de Psicología

FLORES PARA ALGERNON - Facultad de Psicología

FLORES PARA ALGERNON - Facultad de Psicología

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—No te preocupes por ello —insistió—. Empiezas a ver y a compren<strong>de</strong>r las cosas. —Hizo un gesto con la mano que abarcaba todos los rótulos <strong>de</strong> neón y el parpa<strong>de</strong>antemundo que nos ro<strong>de</strong>aba mientras llegábamos a la Séptima Avenida—. Empiezas a vermás allá <strong>de</strong> la superficie <strong>de</strong> las cosas. Lo que dices <strong>de</strong> los <strong>de</strong>talles que <strong>de</strong>ben encajarentre sí evi<strong>de</strong>ncia ya mucha perspicacia.—¡Oh, vamos! No me siento como si llegara a ningún lado. Ni siquiera me comprendo amí mismo o a mi pasado. No sé cómo son mis padres ni a quién se parecen. ¿Sabe quecuando los veo en un <strong>de</strong>stello <strong>de</strong> memoria o en un sueño sus rostros no son más que unmancha confusa? Quisiera ver su expresión. No puedo compren<strong>de</strong>r lo que ocurre si noveo sus rostros.—Charlie, cálmate —la gente se volvía a mirarnos. Ella <strong>de</strong>slizó su brazo bajo el mío yme atrajo hacia ella para apaciguarme—. Has <strong>de</strong> tener paciencia. No olvi<strong>de</strong>s que estásrealizando en pocas semanas lo que a los <strong>de</strong>más nos toma toda una vida. Eres como unaenorme esponja que absorbe conocimientos. Muy pronto comenzarás a relacionar lascosas entre si y verás cómo se entrelazan los distintos universos <strong>de</strong>l conocimiento. Todosesos estadios, Charlie, son como los peldaños <strong>de</strong> una gigantesca escalera. Y tú subirásarriba y arriba para <strong>de</strong>scubrir cada vez más y más <strong>de</strong>l mundo que está a tu alre<strong>de</strong>dor.Cuando entramos en la cafetería <strong>de</strong> la calle 45 y tomamos nuestras ban<strong>de</strong>jas, añadióanimadamente:—La gente ordinaria no pue<strong>de</strong> ver más que un poco <strong>de</strong> este mundo. No pue<strong>de</strong>ncambiar nada ni elevarse mas arriba <strong>de</strong> don<strong>de</strong> están, pero tú eres un genio. Tucontinuarás subiendo y subiendo y viendo cada vez mas y más. Y cada peldaño terevelará mundos cuya existencia jamás habrás supuesto.La gente que hacía cola y la oían se volvían para mirarme, y solo bajó la voz cuando laempujé con el codo para que se callara.—Lo único que hago —cuchicheó— es pedirle a Dios que no sufras por ello.Durante un momento no supe qué <strong>de</strong>cir. Tomamos nuestros platos <strong>de</strong>l mostrador, losllevamos a nuestra mesa y comimos sin hablar. El silencio me ponía nervioso. Sabía <strong>de</strong>don<strong>de</strong> venía su temor y lo tomé a broma.—¿Por qué tendría que sufrir? Nunca podré estar peor que antes. Incluso Algernonsigue siendo inteligente, ¿no? Mientras lo siga siendo, todo irá bien para mí.Ella jugaba con su cuchillo, haciendo redondas en la mantequilla, y aquel movimientome hipnotizaba.—A<strong>de</strong>más —le dije—, oí discutir al profesor Nemur y al doctor Strauss, y Nemur dijoque estaba absolutamente seguro <strong>de</strong> que nada podía ir mal.—Así lo <strong>de</strong>seo —dijo ella—. No tienes i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> hasta qué punto tengo miedo <strong>de</strong> quealgo pueda ir mal. En parte me siento responsable. —Me vio mirar el cuchillo y lo <strong>de</strong>jócuidadosamente al lado <strong>de</strong> su servilleta.—Nunca lo hubiera hecho <strong>de</strong> no haber sido por usted —dije.Se rió, y eso me hizo estremecerme. Bajó rápidamente sus ojos al mantel y enrojeció.—Gracias, Charlie —dijo, y me tomó la mano.Era la primera vez que alguien hacía este gesto hacia mí, y eso me animó. Me inclinéhacia ella, apretando su mano y las palabras surgieron por sí mismas:—La aprecio mucho.Después <strong>de</strong> pronunciarlas tuve miedo <strong>de</strong> que ella se riera, pero bajó la cabeza y sonrió.—Yo también te aprecio mucho, Charlie.—Pero para mi es algo más que simple aprecio. Lo que quiero <strong>de</strong>cir es que... ¡oh,diablos! No sé lo que quiero <strong>de</strong>cir.Me daba cuenta <strong>de</strong> que enrojecía y no sabía hacia don<strong>de</strong> mirar ni qué hacer con mismanos. Se me cayó un tenedor y, al inclinarme para recogerlo, volqué un vaso <strong>de</strong> aguaque cayó sobre su vestido. Bruscamente me había vuelto torpe y <strong>de</strong>smañado y, cuandointenté pedirle perdón, ni siquiera podía mover la lengua.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!