11.07.2015 Views

FLORES PARA ALGERNON - Facultad de Psicología

FLORES PARA ALGERNON - Facultad de Psicología

FLORES PARA ALGERNON - Facultad de Psicología

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Estaré aquí cuando vuelvas. Estoy muy nerviosa, eso es todo, y querría que ambostuviéramos ocasión <strong>de</strong> reflexionar durante el tiempo que estemos lejos el uno <strong>de</strong>l otro.Por primera vez <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía semanas, no me invitó a entrar. Miré la puerta cerrada ysentí cómo la cólera subía en mi interior. Hubiera querido hacer una escena, golpear lapuerta, hundirla. Hubiera querido que mi cólera prendiera fuego a la casa.Pero, mientras me alejaba, sentí una especie <strong>de</strong> apaciguamiento, luego la vuelta a lacalma y finalmente un alivio. Andaba tan aprisa que parecía que lo arrastraba todo a mipaso a lo largo <strong>de</strong> las calles, y la sensación que golpeaba mis mejillas era la <strong>de</strong> la frescabrisa <strong>de</strong> un día <strong>de</strong> verano. De pronto era libre.Me di cuenta <strong>de</strong> que mis sentimientos por Alice habían retrocedido ante el torrente <strong>de</strong>mi adquisición <strong>de</strong> conocimientos, había pasado <strong>de</strong> la adoración al amor, al afecto, a unsentimiento <strong>de</strong> gratitud y responsabilidad. Lo que sentía confusamente por ella me habíaretenido hacia atrás, y me había agarrado a ella por miedo a encontrarme libre y solo, a la<strong>de</strong>riva.Pero con la libertad nacía una tristeza. Deseaba amarla.Quería dominar mis pánicos emocionales y sexuales. casarme, tener hijos, fundar unhogar.Ahora es imposible. Estoy tan lejos <strong>de</strong> Alice, con mi C.I. <strong>de</strong> 185, como lo estaba cuandotenía un C.I. <strong>de</strong> 70. Y, esta vez, ambos lo sabemos.8 <strong>de</strong> junio. ¿Qué es lo que me hace salir <strong>de</strong> mi apartamento para errar a través <strong>de</strong> laciudad? Voy a la ventura por las calles... no como si me paseara para <strong>de</strong>spejarme en lanoche <strong>de</strong> verano sino con una prisa ansiosa <strong>de</strong> ir... ¿dón<strong>de</strong>? Me meto por callejuelas,miro las entradas <strong>de</strong> las casas, las ventanas <strong>de</strong> persianas medio bajadas, quisieraencontrar a alguien con quién hablar, y sin embargo tengo miedo <strong>de</strong> tropezarme conalguien. Subo por una calle, bajo por otra, a través <strong>de</strong> un laberinto sin fin, golpeando una yotra vez contra los barrotes <strong>de</strong> neón <strong>de</strong> esa jaula que es la ciudad. Estoy buscando...¿qué? Encontré a una mujer en el Central Park. Estaba sentada en un banco, cerca <strong>de</strong>llago, con un abrigo apretado a su alre<strong>de</strong>dor pese al calor. Me sonrió y me hizo señas paraque me sentara a su lado. Contemplamos en la noche la brillante silueta <strong>de</strong>l Central ParkSur, las hileras e hileras <strong>de</strong> luces, y yo hubiera querido que me impregnaran totalmente.Sí, le dije, vivía en Nueva York. No, nunca había ido a Newport News, Virginia. Ella era<strong>de</strong> allá, allá se había casado con un marino que en estos momentos estaba en alta mar yal que no había visto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía dos años.Retorcía y anudaba su pañuelo, <strong>de</strong>l que se servía <strong>de</strong> tanto en tanto para enjugar lasgotas <strong>de</strong> sudor <strong>de</strong> su frente. Incluso en la difusa luz reflejada por el lago podía ver que ibamuy maquillada, pero era atractiva, con su cabello lacio y oscuro suelto sobre sushombros... excepto por su rostro un poco abotagado, como si apenas acabara <strong>de</strong>levantarse. Tenía ganas <strong>de</strong> hablar, y yo tenía ganas <strong>de</strong> escuchar.Su padre le había dado un nombre honorable, un hogar acogedor, una buenaeducación, todo lo que un patrón <strong>de</strong> astillero le pue<strong>de</strong> dar a una hija única, pero no lahabía perdonado nunca. Nunca le perdonaría el que se hubiera fugado con aquel marino.Tomó mi mano mientras hablaba, y posó su cabeza en mi hombro.—La noche <strong>de</strong> mi boda con Gary —murmuró—, yo no era más que una pobre chicavirgen aterrorizada. Esto lo volvió literalmente loco. Primero me abofeteó y me pegó yluego me tomó sin siquiera hacer el amor. Fue la única vez. Nunca más le he <strong>de</strong>jadotocarme.Probablemente se dio cuenta por el temblor <strong>de</strong> mi mano que yo estaba asustado. Era<strong>de</strong>masiado brutal, <strong>de</strong>masiado íntimo para mí. Al sentir el estremecimiento <strong>de</strong> mi mano,ella la apretó más fuerte, como si necesitara terminar su historia antes <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>jarmemarchar. Era importante para ella, y yo me quedé allí sin moverme, como se queda unosentado ante un pajarito que viene a comer a tu mano.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!