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FLORES PARA ALGERNON - Facultad de Psicología

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ozando la cuarentena, cabellos rubios, muy maquillada, con gran<strong>de</strong>s uñas lacadas enrojo. Pasó su brazo bajo el <strong>de</strong> Harvey.—¿Cómo va esa investigación? —indagó.—Tan bien como pue<strong>de</strong> esperarse. En estos momentos intento resolver un problemadifícil.Encendió un cigarrillo y me sonrió.—Sé que todos los que trabajan en este proyecto le están reconocidos por haberseintegrado en él y ayudarles a llegar a buen fin. Pero imagino que usted preferiría trabajaren investigaciones personales. Debe ser un poco aburrido reempren<strong>de</strong>r el trabajo <strong>de</strong>alguien, en lugar <strong>de</strong> otro que uno haya concebido y creado por sí mismo.Era inteligente, no cabía duda. No quería que Harvey olvidara que el mérito era <strong>de</strong> sumarido. No pu<strong>de</strong> impedir el <strong>de</strong>volverle la pelota.—Nadie empren<strong>de</strong> nunca algo nuevo, señora Nemur. Todo el mundo edifica sobre losfracasos <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más. No hay nada realmente original en ciencia. Lo que cuenta es loque cada uno aporta al total <strong>de</strong> conocimientos.—Por supuesto —dijo ella, dirigiéndose a su invitado <strong>de</strong> mayor edad antes que a mi—.Es lamentable que el señor Gordon no hubiera estado allí un poco antes para ayudar aresolver esos últimos pequeños problemas —se rió—. Pero... oh, lo olvidaba, usted noestaba en condiciones <strong>de</strong> llevar a cabo experimentaciones psicológicas.Harvey se rió a su vez, y pensé que era mejor que me callase. Bertha Nemur no me<strong>de</strong>jaría <strong>de</strong>cir la última palabra y, si íbamos más lejos, la cosa podría convertirse en<strong>de</strong>sagradable.Vi al doctor Strauss y a Burt que hablaban con el otro miembro <strong>de</strong> la FundaciónWelberg, George Raynor. Strauss estaba diciendo:—El problema, señor Raynor, es obtener medios financieros suficientes para trabajaren proyectos como éste, sin verse frenados por obstáculos relacionados con el empleo<strong>de</strong>l dinero. Cuando las cantida<strong>de</strong>s están afectas a propósitos muy específicos, no sepue<strong>de</strong> realmente trabajar.Raynor asintió con la cabeza y agitó su grueso cigarro hacia el grupito que lo ro<strong>de</strong>aba.—El verda<strong>de</strong>ro problema es convencer al consejo que este tipo <strong>de</strong> investigacionestienen un valor práctico.Strauss asintió a su vez con la cabeza.—El punto sobre el cual querría insistir es que este dinero va <strong>de</strong>stinado a lainvestigación. Nadie pue<strong>de</strong> saber jamás si un proyecto cristalizará en un resultado útil.Los resultados son a menudo negativos. Apren<strong>de</strong>mos que algunas cosas no son ciertas...y esto es tan importante como un <strong>de</strong>scubrimiento positivo para aquel que reemprenda lainvestigación a partir <strong>de</strong> allí. Al menos, sabrá lo que no tiene que hacer.Al acercarme a su grupo, vi a la esposa <strong>de</strong> Raynor, a la que ya había sido presentado.Era una hermosa morena <strong>de</strong> unos treinta años. Me miraba con ojos muy abiertos, o mejordicho miraba por encima <strong>de</strong> mi cabeza como si esperara a que surgiera algo <strong>de</strong> allí. Lamiré a mi vez, y se sintió incómoda. Se volvió hacia el doctor Strauss.—¿Y cómo va el proyecto en curso? ¿Preven po<strong>de</strong>r utilizar esas técnicas sobre otrosretrasados mentales? ¿Podrán ser utilizadas en el mundo entero?Strauss se encogió <strong>de</strong> hombros y me señaló con la cabeza.—Es aún <strong>de</strong>masiado pronto para <strong>de</strong>cirlo. Su marido nos ayudó a incluir a Charlie en elproyecto, y <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> mucho <strong>de</strong> lo que él encuentre.—Por supuesto —intervino el señor Raynor—, todos compren<strong>de</strong>mos la necesidad <strong>de</strong> lainvestigación pura en un campo como el suyo. Pero será una bendición para nuestroprestigio si po<strong>de</strong>mos presentar un método verda<strong>de</strong>ramente aplicable para obtenerresultados permanentes fuera <strong>de</strong>l laboratorio, y si po<strong>de</strong>mos mostrar al mundo que <strong>de</strong> todoello resulta un bien tangible.

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