11.07.2015 Views

FLORES PARA ALGERNON - Facultad de Psicología

FLORES PARA ALGERNON - Facultad de Psicología

FLORES PARA ALGERNON - Facultad de Psicología

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

escuelas comunales, o a establecimientos particulares que se ocupan <strong>de</strong> ellos. La mayorparte <strong>de</strong> los que recibimos son capaces <strong>de</strong> vivir fuera, en pensiones o casas <strong>de</strong> familia, ytrabajan en tareas sencillas en granjas, talleres o lavan<strong>de</strong>rías...—O en pana<strong>de</strong>rías —sugerí.Frunció el ceño.—Sí, creo que podrían. Así que clasificamos a nuestros niños (yo los llamo a todosniños; sea cual sea su edad, todos son niños aquí), los clasificamos como limpios osucios. Esto hace la administración <strong>de</strong> sus cottages más fácil, dividiéndolos <strong>de</strong> estamanera. Algunos <strong>de</strong> los sucios son casos graves <strong>de</strong> lesiones cerebrales, los mantenemosen camas especiales, y allí estarán hasta el fin <strong>de</strong> sus días...—O hasta que la ciencia encuentre un medio <strong>de</strong> acudir en su ayuda.—Oh —dijo, mirándome con una sonrisa—, temo que estén ya más allá <strong>de</strong> toda ayuda.—Nadie está más allá <strong>de</strong> toda ayuda.Me miró, insegura.—No, no, claro, tiene usted razón. Hay que tener siempre esperanza.La había puesto nerviosa. Sonreí interiormente al pensar en su reacción si me traíanallí para ser uno <strong>de</strong> sus niños. ¿Sería limpio o no?De regreso al <strong>de</strong>spacho <strong>de</strong> Winslow, tomamos café mientras charlábamos <strong>de</strong> sutrabajo.—Es un buen lugar —dijo—. No tenemos psiquiatra fijo, sino tan solo un consultor queviene una vez cada dos semanas. Pero es suficiente. Todos los componentes <strong>de</strong>lpersonal psiquiátrico se <strong>de</strong>dican por entero a su trabajo. Hubiera podido contratar a unpsiquiatra, pero con el sueldo que hubiera tenido que pagarle puedo contratar a dospsicólogos... gente que no duda en convertir a esos pobres seres en parte <strong>de</strong> sí mismos.—¿Qué quiere <strong>de</strong>cir con "parte <strong>de</strong> sí mismos"?Me estudió un instante, y en su tranquilidad hubo un asomo <strong>de</strong> cólera.—Hay montones <strong>de</strong> gentes que darían dinero o cosas así, pero muy pocas que esténdispuestas a dar parte <strong>de</strong> su tiempo o <strong>de</strong> su afecto. Eso es lo que quiero <strong>de</strong>cir.Su voz se hizo áspera, y me señaló un biberón vacío en uno <strong>de</strong> los estantes <strong>de</strong> labiblioteca, al otro lado <strong>de</strong> la habitación.—¿Ve ese biberón?Le dije que al entrar en su <strong>de</strong>spacho me había preguntado qué hacía allí.—Bueno, ¿cuántas personas conoce usted que estuvieran dispuestas a coger entresus brazos a un hombre adulto y darle el biberón? ¿Con el riesgo <strong>de</strong> que el pobre se leorine o haga sus necesida<strong>de</strong>s encima suyo? Parece usted sorprendido. Des<strong>de</strong> la cúspi<strong>de</strong><strong>de</strong> su torre <strong>de</strong> marfil <strong>de</strong> investigador no pue<strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r esto, ¿verdad? ¿Qué sabeusted lo que significa ser excluido <strong>de</strong> toda experiencia humana como lo han sido nuestrospacientes?No pu<strong>de</strong> reprimir una sonrisa, y eso al parecer lo irritó, pues se puso en pie y cortóbruscamente nuestra conversación. Si vuelvo aquí para quedarme y <strong>de</strong>scubre mi historia,estoy seguro <strong>de</strong> que compren<strong>de</strong>rá. Es un hombre que pue<strong>de</strong> hacerlo.En el coche, alejándome <strong>de</strong> Warren, no sabía qué pensar. Una sensación gris y heladagiraba a mi alre<strong>de</strong>dor... una especie <strong>de</strong> resignación. No era cuestión <strong>de</strong> rehabilitación, <strong>de</strong>curación, <strong>de</strong> conseguir que aquellos <strong>de</strong>sgraciados recuperaran un día su lugar en elmundo. Nadie había hablado <strong>de</strong> esperanza. Era una sensación <strong>de</strong> muerte en vida... oincluso peor, <strong>de</strong> no haber vivido nunca realmente. Seres vacíos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su origen ycon<strong>de</strong>nados a permanecer marginados en el tiempo y en el espacio durante cada uno <strong>de</strong>sus días.Me pregunté acerca <strong>de</strong> la encargada <strong>de</strong>l cottage con su rostro manchado <strong>de</strong> vino, y elprofesor tartamudo <strong>de</strong>l taller, y la maternal directora, y el joven psicólogo <strong>de</strong> aspectocansado, y hubiera querido saber qué los había conducido hasta allá, para trabajar y<strong>de</strong>dicarse a aquellos seres rudimentarios. Como aquel chico que tenía a uno <strong>de</strong> sus

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!