11.07.2015 Views

FLORES PARA ALGERNON - Facultad de Psicología

FLORES PARA ALGERNON - Facultad de Psicología

FLORES PARA ALGERNON - Facultad de Psicología

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

¿Habéis visto nunca algo así en vuestra vida?¿algo como tres... ratones... ciegos?Charlie, solo en la cocina, muy temprano por la mañana. Todos los <strong>de</strong>más duermen, yél se divierte con su colgante y los anillos que giran. Uno <strong>de</strong> los botones <strong>de</strong> su camisasalta al agacharse y rueda por el complicado dibujo <strong>de</strong>l linóleo <strong>de</strong> la cocina. Rueda haciael baño y Charlie lo sigue, pero pronto lo pier<strong>de</strong> <strong>de</strong> vista. ¿Dón<strong>de</strong> está el botón? Entra enel baño para buscarlo. Hay un armario en el baño, don<strong>de</strong> se guarda el cesto <strong>de</strong> la ropasucia, y a él le gusta sacar las cosas <strong>de</strong> allí y mirarlas. Esas <strong>de</strong> su padre y esas <strong>de</strong> sumadre... y esas <strong>de</strong> Norma. Le gustaría probárselas y parecerse así a Norma. Pero un díaque lo hizo su madre le dio una paliza para castigarlo. Allí, en el cesto <strong>de</strong> la ropa,encuentra una braguita <strong>de</strong> Norma manchada <strong>de</strong> sangre seca. ¿Quién le habrá hechoaquello? Se siente aterrorizado. Cualquiera que se lo haya hecho pue<strong>de</strong> volver y hacerlelo mismo a él...¿Por qué un recuerdo infantil como éste ha permanecido tan in<strong>de</strong>leble en mi y por quétodavía sigue aterrorizándome? ¿Es <strong>de</strong>bido a lo que siento por Alice?Pensando ahora en ello, puedo compren<strong>de</strong>r por qué se me enseñó a permaneceralejado <strong>de</strong> las mujeres. Hubiera sido una equivocación <strong>de</strong> mi parte el expresarle missentimientos a Alice. No tengo <strong>de</strong>recho a pensar <strong>de</strong> este modo en una mujer... aún no.Pero, mientras escribo estas palabras, una voz gritó en mí que esto va a continuar. Soyun ser humano. Lo era ya antes <strong>de</strong> pasar bajo el cuchillo <strong>de</strong>l cirujano. Necesito amar aalguien.8 <strong>de</strong> mayo. Incluso ahora que he <strong>de</strong>scubierto lo que está ocurriendo a espaldas <strong>de</strong>lseñor Donner, me cuesta trabajo creerlo. El primer indicio fue un inci<strong>de</strong>nte ocurridodurante la hora <strong>de</strong> afluencia, hace dos días. Gimpy estaba tras el mostrador, envolviendoun pastel para uno <strong>de</strong> nuestros clientes habituales, un pastel que se ven<strong>de</strong> a 3.95 dólares.Pero cuando Gimpy marcó la venta en la registradora, marcó solo 2.95. Iba a <strong>de</strong>cirle quese había equivocado cuando, a través <strong>de</strong>l espejo que hay tras el mostrador, vi un guiño yuna sonrisa pasar <strong>de</strong>l cliente a Gimpy y, en respuesta, una sonrisa en el rostro <strong>de</strong> Gimpy.Y cuando el hombre recogió su cambio vi brillar una moneda gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> plata en la mano<strong>de</strong> Gimpy antes <strong>de</strong> que sus <strong>de</strong>dos se cerraran sobre ella, y el rápido movimiento con elque <strong>de</strong>slizó el medio dólar en su bolsillo.—Charlie —dijo una señora a mis espaldas—, ¿tenéis todavía pastelillos <strong>de</strong> crema?—Voy a ver.Estaba contento por esta interrupción, ya que me daba tiempo a reflexionar en lo quehabía visto. Ciertamente, Gimpy no había cometido ningún error. Le había cobrado<strong>de</strong>liberadamente menos al cliente, y estaban <strong>de</strong> mutuo acuerdo.Me apoyé sin fuerzas contra la pared, sin saber qué hacer. Gimpy trabajaba para elseñor Donner <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía más <strong>de</strong> quince años. Donner —que trataba siempre á susempleados como amigos, como familia—, había invitado más <strong>de</strong> una vez a la familia <strong>de</strong>Gimpy a comer a su casa. A menudo <strong>de</strong>jaba a Gimpy a cargo <strong>de</strong>l negocio cuando teníaque salir, y había oído <strong>de</strong>cir que varias veces Donner le había dado dinero a Gimpy parapagar el hospital <strong>de</strong> su mujer.Era increíble que alguien pudiera robar a un hombre así. Tenía que haber otraexplicación. Simplemente Gimpy se había equivocado al marcar la venta, y el medio noera más que una propina. O tal vez el señor Donner le hacía un precio especial a aquelcliente que le compraba regularmente pasteles <strong>de</strong> crema. No importaba ningunaexplicación antes <strong>de</strong> creer que Gimpy le estaba robando. Gimpy había sido siemprebueno conmigo.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!