11.07.2015 Views

FLORES PARA ALGERNON - Facultad de Psicología

FLORES PARA ALGERNON - Facultad de Psicología

FLORES PARA ALGERNON - Facultad de Psicología

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

21 <strong>de</strong> setiembre. Mañana voy a ir hasta Marks Street a visitar a mi madre. La nochepasada, un sueño <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nó una serie <strong>de</strong> recuerdos que iluminaron toda una fracción<strong>de</strong> mi pasado, y es importante que lo pase al papel antes <strong>de</strong> que lo olvi<strong>de</strong>, ya que pareceque cada vez olvido más aprisa. Este fragmento <strong>de</strong> pasado concierne a mi madre y, hoymás que nunca, <strong>de</strong>seo compren<strong>de</strong>rla, saber cómo era y por qué actuó como lo hizo. Noquiero odiarla.Tengo que llegar a una especie <strong>de</strong> acuerdo con ella antes <strong>de</strong> verla, <strong>de</strong> modo que nome muestre excesivamente duro o incongruente con ella.27 <strong>de</strong> setiembre. Tendría que haber escrito todo esto inmediatamente, porque esimportante que esta relación sea completa.Hace tres días que fui a ver a Rose. Finalmente me obligué a pedirle <strong>de</strong> nuevo el cochea Burt. Estaba inquieto, y sin embargo sabía que tenía que ir.Cuando llegué a Marks Street creí por un momento que me había equivocado. Nocorrespondía en absoluto al recuerdo que guardaba <strong>de</strong> ella. Era una calle infecta, conterrenos baldíos cuyas casas habían sido <strong>de</strong>rribadas. Una nevera abandonada bostezabaen la acera con su puerta arrancada, y en medio <strong>de</strong> la calle un viejo somier <strong>de</strong>stripadoofrecía el triste espectáculo <strong>de</strong> sus rotas entrañas. Algunas casas tenían sus ventanasclavadas con ma<strong>de</strong>ras, otras se parecían más a barracas acondicionadas que averda<strong>de</strong>ras casas. Aparqué el coche a una manzana <strong>de</strong> la casa y fui a pie.No había niños jugando en Marks Street... no como en la imagen mental que me habíallevado conmigo, con niños por todas partes y Charlie que los miraba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la ventana(es extraño como la mayor parte <strong>de</strong> mis recuerdos <strong>de</strong> esta calle están encuadrados poruna ventana, con yo siempre en el interior, viendo jugar a los <strong>de</strong>más). Ahora no quedabanmás que personas <strong>de</strong> edad resguardadas en las sombras <strong>de</strong> los <strong>de</strong>startalados portales.Al acercarme a la casa recibí un segundo choque. Mi madre estaba fuera, con un viejosueter marrón, lavando las ventanas <strong>de</strong> la planta baja, pese a que hacía un frío viento. Seafanaba como siempre, para mostrar a los vecinos lo buena esposa y buena madre queera.Lo más importante para ella había sido siempre lo que los <strong>de</strong>más pensaran;. lasapariencias pasaban siempre ante ella y su propia familia. Hacía <strong>de</strong> ello una virtud.Muchas veces Matt había repetido que lo que pudieran pensar los <strong>de</strong>más no era lo únicoimportante en la vida. Pero no servía <strong>de</strong> nada. Norma <strong>de</strong>bía ir bien vestida, la casa teníaque estar bien amueblada. Charlie <strong>de</strong>bía quedarse <strong>de</strong>ntro a fin <strong>de</strong> que los <strong>de</strong>más nosupieran que no era <strong>de</strong>l todo normal.Me <strong>de</strong>tuve un instante para mirarla mientras ella se en<strong>de</strong>rezaba y recuperaba el aliento.Ver su rostro me hizo temblar, pero no era el rostro que tanto había buscado en misrecuerdos. Sus cabellos se habían vuelto blancos, con mechas gris acero, y la piel <strong>de</strong> sus<strong>de</strong>lgadas mejillas se había agrietado. El sudor brillaba en su frente. Se dio cuenta <strong>de</strong> mipresencia y me miró.Hubiera querido girar la vista a otro lado, dar media vuelta y regresar por don<strong>de</strong> habíavenido, pero no podía... no <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber ido tan lejos. Simplemente preguntaría elcamino, haciendo ver que me había perdido en un barrio que no conocía. Ya teníabastante con haberla visto. Pero todo lo que hice fue quedarme allá, esperando a que elladiera el primer paso. Y todo lo que hizo ella fue quedarse allá, mirándome.—¿Necesita alguna cosa? —su voz, ronca, <strong>de</strong>spertó un claro eco en los corredores <strong>de</strong>mi memoria.Abrí la boca, pero nada surgió <strong>de</strong> ella. Mis labios se movían, me daba cuenta <strong>de</strong> ello, yluchaban por emitir algún sonido, por hablarle, porque en aquel momento vi una luz <strong>de</strong>reconocimiento en sus ojos. No era así como quería que me viese. No allí <strong>de</strong> pie ante ella,con aire estúpido, incapaz <strong>de</strong> hacerme enten<strong>de</strong>r. Pero mi lengua continuaba enredándosecomo en un enorme nudo, y tenía la boca seca.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!