ponencia completa - Instituto de Altos Estudios Sociales

Posteriormente, con la apertura democrática iniciada en 1983, comienza un proceso de granproducción de actividades culturales que se proponían recuperar el espacio público. En el campoteatral, esta producción llevó adelante una reapropiación de distintos géneros artísticos popularescomo la murga, el circo criollo o el tango a través de los cuales plasmarían sus mensajes políticos.Con el correr del tiempo, estos géneros serían objeto de una revalorización social fomentada porpolíticas culturales tendientes a promover prácticas y bienes culturales tradicionalmente noreconocidos (Canale, 2007).Esta etapa de la producción teatral que se inicia con la vuelta a la democracia es identificada porJorge Dubatti (2002: 3) como “nuevo teatro” y abarca toda la producción de los artistas queingresan al campo teatral de Buenos Aires desde 1983 hasta la actualidad. Es un teatro de lapostdictadura y, siguiendo a este autor, está conformado por poéticas cuya principal característicase presenta en su multiplicidad. Este “canon de la multiplicidad”, como lo denomina Dubatti, sepuede ver en lo heterogéneo del público que se acerca a presenciar las obras, la pluralidad deideologías estéticas y de puestas en escena; así como en la diversidad de las formas de producciónde los espectáculos y de las poéticas dramáticas. A diferencia de las décadas anteriores, el campoteatral de Buenos Aires se caracteriza por una “proliferación de mundos” (Dubatti, 2002: 5).Dubatti propone que, dentro de este contexto histórico, lo que le otorga al teatro una dimensiónpolítica será el convivio entendido como reunión, encuentro entre personas, convite o festín. Sinconvivio no hay teatro, sin ese encuentro entre público y actores, entre el público mismo o entre losactores, no se puede producir el hecho teatral. Este acto de reunirse conlleva siempre una prácticade socialización, de afectación comunitaria que implica una resistencia a la desterritorializaciónpropuesta por las nuevas redes comunicacionales como la televisión o internet (Dubatti; 2002).En el marco de esta “proliferación de mundos” que señala Dubatti vamos a hacer foco en un grupode propuestas en particular. Se trata de aquellas que abordaban el espacio público como propuestaartística e ideológica llevando adelante distintas formas de teatro callejero y popular.Cuando hablamos de “teatro callejero” retomamos la descripción que realiza Héctor Alvarellos(2006), caracterizándolo como el “(...) teatro que cuenta con un autor que pensó su obra para esteespacio, un director que diseñó su puesta para este espacio, y con actores entrenados especialmentepara comunicar en este espacio.” (Alvarellos, 2006:19).Por otro lado, también recurrimos a dicho autor para aclarar qué entendemos por “teatro popular”.Se comprende bajo esta categoría a aquellas propuestas que tuvieran como destinatarios a lossectores populares que no acceden comúnmente al teatro y cuyo discurso o búsqueda estética loslleve a formas de expresión en las que los mensajes fueran fácilmente decodificables. Se trata depresentaciones con un mensaje concreto acerca de la realidad social (Alvarellos, 2006).