que seleccionaba o priorizaba alternativamente la negociación o la lucha (…) Para el vandorismo la lucha –como camino revolucionario- hab[ía] quedado previamente excluida (…) Negociar era la función natural <strong>de</strong>lsindicalismo; sólo cuando se marginaba al lí<strong>de</strong>r –se <strong>de</strong>jaba <strong>de</strong> lado la visión estratégica <strong>de</strong> conjunto para laconquista <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r- el negociador se convertía en traidor. 213Frases como éstas poblaron permanentemente la revista, <strong>de</strong>lineando una acentuadadiscrepancia con la Conducción Nacional <strong>de</strong> Montoneros. En efecto, uno <strong>de</strong> sus adversariosprincipales -la “burocracia sindical”- estuvo ausente en la JP Lealtad. Más aún, la disi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>stinóvarias disquisiciones a revelar la heterogeneidad <strong>de</strong> la arena sindical y a repasar las vertientes a suinterior, reivindicando buena parte <strong>de</strong> éstas. Fundamentalmente, aseveró que los gremios habíanposibilitado la permanencia <strong>de</strong>l peronismo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1955 hasta la década <strong>de</strong>l setenta. Si bien algunasreflexiones criticaron a <strong>de</strong>terminados dirigentes, ello no <strong>de</strong>sembocó en un rechazo <strong>de</strong>l aparatosindical per se.Por ejemplo, muchas notas comentaron las diferencias entre el otrora lí<strong>de</strong>r <strong>de</strong> las 62Organizaciones, el metalúrgico Augusto Timoteo Vandor; el ex dirigente <strong>de</strong> la CGT, José IgnacioRucci; y sus sucesivos reemplazantes, A<strong>de</strong>lino Romero y Segundo Palma. Continuando con estaperspectiva, la publicación separó las posiciones <strong>de</strong> los gremios durante los años <strong>de</strong>l exilio <strong>de</strong>Perón. Las citas son claras: el problema <strong>de</strong>l sindicalismo no se habría situado, como paraMontoneros, en su práctica negociadora, puesto que sólo a través <strong>de</strong> ésta se habrían mantenido lasconquistas sociales y, en <strong>de</strong>finitiva, la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l peronismo; en todo caso, el inconvenientehabría residido en el olvido <strong>de</strong> algunos respecto <strong>de</strong> la “lucha” que requiere toda negociación, asícomo <strong>de</strong>l acatamiento a las ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> Perón. De todas formas, la amenaza <strong>de</strong>l vandorismo habríaconcluido con la muerte <strong>de</strong>l metalúrgico: el número 7 sentenció que “no existe ya un proyectovandorista”, animándose a pre<strong>de</strong>cir que “los estratos <strong>de</strong>l sindicalismo organizado ten<strong>de</strong>rán areforzar una mayor participación directa <strong>de</strong> las bases”. 214 De la mano <strong>de</strong> estas aserciones, serememoró la figura <strong>de</strong> Rucci, estableciendo su distancia con el “participacionismo” y el“vandorismo”. 215Más generalmente, Movimiento consi<strong>de</strong>ró a todo sindicato como una estructura capaz <strong>de</strong>canalizar las <strong>de</strong>mandas <strong>de</strong> los trabajadores. Varios artículos apoyaron a la CGT y las 62Organizaciones, elevando objeciones siempre mo<strong>de</strong>radas a sus dirigentes. Los últimos ejemplaresrealzaron el sostén a dichas instituciones: una nota <strong>de</strong>l número 9 fue titulada “La CGT se lleva laspalmas”, recalcando sus intercambios con el Ministerio <strong>de</strong> Economía, y su capacidad <strong>de</strong> presión213 Nota “La herramienta que <strong>de</strong>jó Perón”, Movimiento, N°6, 2°quincena <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1974, pp. 12-14, negritas en eloriginal.214 Nota “Isabel llama al pueblo a apoyar la revolución”, Movimiento, N°7, 1°quincena <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1974, p. 7.215 Sobre la arena sindical, ver el clásico trabajo <strong>de</strong> Daniel James, Resistencia e integración. El peronismo y la claseobrera, 1946-1976, Buenos Aires, Sudamericana, 1990. A gran<strong>de</strong>s rasgos, mientras que el vandorismo se oponía ynegociaba alternativamente con el objeto <strong>de</strong> obtener beneficios materiales y corporativos, el participacionismoacompañaba todas las medidas <strong>de</strong> la Revolución Argentina.
hacia la Confe<strong>de</strong>ración General Económica (CGE). 216A<strong>de</strong>más, como lo patentan los párrafos transcriptos, la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> los sindicatos fue seguidapor el enaltecimiento <strong>de</strong> los partidos políticos y la política parlamentaria. En contraste con lastramas montoneras, la revista cercana a la Lealtad priorizó estos espacios. Se celebró la política <strong>de</strong>diálogo <strong>de</strong>splegada por Perón en su tercera presi<strong>de</strong>ncia. Específicamente, se escribieron diversosartículos sobre la situación interna <strong>de</strong> la UCR, apoyando el entendimiento con su lí<strong>de</strong>r, RicardoBalbín. Otros revisaron el funcionamiento <strong>de</strong>l parlamento durante los mandatos <strong>de</strong> Perón y <strong>de</strong>“Isabel”, subrayando el “compromiso <strong>de</strong> colaboración” <strong>de</strong> los representantes legislativos.En suma, a través <strong>de</strong> estos <strong>de</strong>splazamientos, la publicación <strong>de</strong>finió consi<strong>de</strong>rablesdivergencias con su organización <strong>de</strong> proce<strong>de</strong>ncia. Amén <strong>de</strong> coincidir en la imagen <strong>de</strong> la duplaperonista, la política <strong>de</strong> alianzas partidarias, el parlamento y los sindicatos no fueron pensados comoun estorbo. La negociación y el diálogo entre diferentes actores fueron leídos como parteconstitutiva <strong>de</strong> la “revolución peronista”. Las instituciones intermedias fueron postuladas comoinstancias <strong>de</strong>cisivas, sosteniendo que era necesario or<strong>de</strong>nar al pueblo “a través <strong>de</strong> las estructuraspolíticas y gremiales <strong>de</strong>l movimiento”. 217 Por tanto, a contrapelo <strong>de</strong> la narración montonera, rasgos<strong>de</strong> una política pluralista así como la valorización <strong>de</strong> una edificación mediada <strong>de</strong> la voluntadpopular emergieron en el imaginario <strong>de</strong> la disi<strong>de</strong>ncia.Pero resta todavía indagar una exclusión significativa. En simultáneo a la <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> mayorinstitucionalización, Movimiento expresó repetidas veces:En este momento, el juego <strong>de</strong> la violencia es la principal carta imperialista en la Argentina. La violenciaestá <strong>de</strong>stinada a minar las bases <strong>de</strong>l gobierno, a servir <strong>de</strong> marco a una nueva aventura golpista (…) Hoy lasmasas populares no encuentran motivos para apelar a la violencia y quienes la ejercen no sólo no lasrepresentan sino que promueven un distanciamiento <strong>de</strong>l pueblo respecto <strong>de</strong> la acción política cotidiana. 218No hay dudas <strong>de</strong> que estamos en lucha contra la subversión contrarrevolucionaria, que ya está perfectamentei<strong>de</strong>ntificada: la organización ilegal [en referencia al ERP] y otras más pequeñas que se le suman, incluyendouna –Montoneros- que ahora también dio la cara <strong>de</strong>cidiendo autoproclamarse clan<strong>de</strong>stina. Pero frente a esaviolencia, pro-imperialista y golpista en <strong>de</strong>finitiva, se alza otra que teóricamente preten<strong>de</strong> ‘<strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r’ elproceso atacando a la ultraizquierda. Esta violencia escon<strong>de</strong> la cara y sabotea el proceso <strong>de</strong> un modo aún máspeligroso, porque se oculta bajo la hipocresía <strong>de</strong> ser su escudo, ya que operan con la impunidad <strong>de</strong> unoficialismo (falso) o <strong>de</strong> ser fuerzas <strong>de</strong> seguridad (…) La violencia <strong>de</strong> ultra<strong>de</strong>recha y parapolicial –que como laotra, mata a cualquiera- actúa tan brutal y <strong>de</strong>scabelladamente que solo pue<strong>de</strong> explicarse <strong>de</strong> dos formas: o poruna feroz estupi<strong>de</strong>z o por la presencia <strong>de</strong> agentes directos <strong>de</strong>l imperialismo. 219La represión hace tanto o más que los guerrilleros por lograr un clima <strong>de</strong> pánico y un estado <strong>de</strong>intranquilidad permanente. Juntos, guerrilleros y contra-guerrilleros, arrastran al <strong>de</strong>sastre al proceso<strong>de</strong> la revolución peronista (…) Son dos bandas que se están matando, pero no hace falta pertenecer a una <strong>de</strong>ellas para caer; cualquiera pue<strong>de</strong> ser el elegido. 220216 Nota “La CGT se lleva las palmas”, Movimiento, N°9, 1°quincena <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1974, pp. 12-14.217 Nota “Conformes con el or<strong>de</strong>n revolucionario, Movimiento, N°1, 1°quincena <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1974, p. 13.218 Editorial “Guerra al imperialismo”, Movimiento, N°2, 2°quincena <strong>de</strong> mayor <strong>de</strong> 1974, p. 1.219 Editorial “S.O.S.”, Movimiento, N°10, 2°quincena <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1974, p. 1, negritas en el original.220 Nota “Las muertes <strong>de</strong> cada día matan el proceso”, Movimiento, N°10, 2°quincena <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1974, p. 7,negritas en el original.
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