ponencia completa - Instituto de Altos Estudios Sociales
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movimiento <strong>de</strong> DDHH, a través <strong>de</strong> las cuales se expresa una tradición particular <strong>de</strong> <strong>de</strong>mandas <strong>de</strong>verdad y justicia. Por un lado, los pañuelos blancos <strong>de</strong> las madres, emblemas <strong>de</strong> una cultura y unai<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> la memoria (Jelin 1995) construida a partir <strong>de</strong> su lucha y <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>mandas. Mientrasdurante una audiencia <strong>de</strong>l Juicio a las Juntas se les había exigido que se los sacaran, al reanudarseuna <strong>de</strong> las audiencias que observamos recientemente una mujer le hizo señas a otra –que se habíasacado el pañuelo durante la pausa– para que se lo volviera a poner. Esta vez, la exhibición <strong>de</strong>lsímbolo, que plasma visualmente un posicionamiento i<strong>de</strong>ológico y constituye también una marcai<strong>de</strong>ntitaria, se consi<strong>de</strong>ró necesaria –por no <strong>de</strong>cir obligatoria. Algunos imputados –que sólo convoltearse hacia atrás podían ver al público <strong>de</strong> la querella a través <strong>de</strong>l vidrio 30 – lanzaban <strong>de</strong> amomentos miradas “fulminantes” hacia las madres así i<strong>de</strong>ntificadas, lo cual <strong>de</strong>nota la efectividad<strong>de</strong>l símbolo.Por otro lado, el pañuelo <strong>de</strong> esta madre exhibía también una inscripción —“Ni olvido niperdón ¡sólo justicia!”–, una <strong>de</strong> las consignas tradicionales <strong>de</strong>l movimiento <strong>de</strong> DDHH, expresión <strong>de</strong>una <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> verdad-conocimiento-reconocimiento y responsabilidad (Cohen 1997). Lasreiteradas manifestaciones públicas <strong>de</strong> este movimiento (marchas, eventos culturales) exhibiendodiversas consignas revelan dos consi<strong>de</strong>raciones significativas acerca <strong>de</strong> cómo este movimientopiensa el proceso <strong>de</strong> lucha, la construcción <strong>de</strong> la memoria y el juzgamiento <strong>de</strong> estos crímenes. Enprimer lugar, la existencia <strong>de</strong> una responsabilidad colectiva en dicho proceso, que atañe a lasociedad en su totalidad: “A los genocidas los juzga un Tribunal y los con<strong>de</strong>namos todos y todas”(Acá se juzga a genocidas 2012: 37); y en segundo lugar, la existencia <strong>de</strong> otras vías –política ycultural– a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la vía judicial, a través <strong>de</strong> las cuales canalizar estas <strong>de</strong>mandas <strong>de</strong> verdad yjusticia (Jelin 1995) 31 .Disputas en y por el espacioMás allá <strong>de</strong> las intervenciones ocasionales que pue<strong>de</strong> hacer el público <strong>de</strong> la querella durantelas audiencias, increpando a gritos y amenazas a los imputados (Acá se juzga a genocidas 2012),hay también entre los grupos i<strong>de</strong>ológicamente opuestos una pugna concreta que se inscribe en elespacio. Cuando se borra la <strong>de</strong>marcación espacial que separa al público <strong>de</strong> la querella <strong>de</strong>l público <strong>de</strong>la <strong>de</strong>fensa, aparece una disputa en el espacio y por el espacio, que po<strong>de</strong>mos ilustrar a través <strong>de</strong> dossituaciones que se presentaron durante las observaciones. En primer lugar, las puertas y pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong>los baños –espacio privado, oculto, anónimo— se vuelven soporte <strong>de</strong> diversas batallas verbales:esto no quiere <strong>de</strong>cir que el público <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensa no tenga también su propio activismo, visible por ejemplo en la figura<strong>de</strong> Cecilia Pando.30 Resulta curioso –como mínimo– que se prevenga el encuentro <strong>de</strong>l público <strong>de</strong> la querella con el público <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensapero que haya, al mismo tiempo, posibilidad plena <strong>de</strong> contacto visual <strong>de</strong>l primero con los imputados.31 “La con<strong>de</strong>na moral y social, sin embargo, no pue<strong>de</strong>n reemplazar la centralidad <strong>de</strong> la justicia, especialmente cuando sedirige la mirada hacia la construcción <strong>de</strong> una institucionalidad <strong>de</strong>mocrática” (Jelin 1995: 140).