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Caliban y la bruja

Calibán y la bruja presenta las principales líneas de un proyecto de investigación sobre las mujeres en la «transición» del feudalismo al capitalismo que comencé a mediados de los setenta, en colaboración con la feminista italiana Leopoldina Fortunati. Sus primeros resultados aparecieron en un libro que publicamos en Italia en 1984, Il Grande Calibano. Storia del corpo social ribelle nella prima fase del capitale [El gran calibán. Historia del cuerpo social rebelde en la primera fase del capital] (Milán, Franco Agneli). Mi interés en esta investigación estuvo motivado en origen por los debates que acompañaron el desarrollo del Movimiento Feminista en Estados Unidos, en relación a las raíces de la «opresión» de las mujeres y las estrategias políticas que el propio movimiento debía adoptar en la lucha por su liberación. En ese momento, las principales perspectivas teóricas y políticas desde las que se analizaba la realidad de la discriminación sexual venían propuestas por dos ramas del movimiento de mujeres, principalmente: las feministas radicales y las feministas socialistas.

Calibán y la bruja presenta las principales líneas de un proyecto de investigación sobre las mujeres en la «transición» del feudalismo al capitalismo que comencé a mediados de los setenta, en colaboración con la feminista italiana Leopoldina Fortunati. Sus primeros resultados aparecieron en un libro que publicamos en Italia en 1984, Il Grande Calibano. Storia del corpo social ribelle nella prima fase del capitale [El gran calibán. Historia del cuerpo social rebelde en la primera fase del capital] (Milán, Franco Agneli).
Mi interés en esta investigación estuvo motivado en origen por los debates que acompañaron el desarrollo del Movimiento Feminista en Estados Unidos, en relación a las raíces de la «opresión» de las mujeres y las estrategias políticas que el propio movimiento debía adoptar en la lucha por su liberación. En ese momento, las principales perspectivas teóricas y políticas desde las que se analizaba la realidad de la discriminación sexual venían propuestas por dos ramas del movimiento de mujeres, principalmente: las feministas radicales y las feministas socialistas.

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La acumu<strong>la</strong>ción de trabajo y <strong>la</strong> degradación de <strong>la</strong>s mujeres<br />

123<br />

campesinos furiosos (Hackett Fischer, 1996: 88). No sorprende que los<br />

«delitos por comida» ocuparan un lugar preponderante en los procedimientos<br />

disciplinarios de los siglos XVI y XVII. Un ejemplo es <strong>la</strong> recurrencia<br />

del tema del «banquete diabólico» en los juicios por brujería, lo<br />

que sugiere que darse un festín de cordero asado, pan b<strong>la</strong>nco y vino era<br />

ahora considerado un acto diabólico si lo hacía «gente común». Pero<br />

los principales pertrechos que los pobres tenían a su disposición en su<br />

lucha por <strong>la</strong> supervivencia eran sus propios cuerpos famélicos, como en<br />

<strong>la</strong>s épocas en que <strong>la</strong>s hordas de vagabundos y mendigos rodeaban a los<br />

más acomodados, medio muertos de hambre y enfermos, empuñando<br />

sus armas, mostrándoles sus heridas y forzándoles a vivir atemorizados<br />

frente a <strong>la</strong> posibilidad tanto de contaminación como de levantamiento.<br />

«No se puede caminar por <strong>la</strong> calle o detenerse en una p<strong>la</strong>za —escribía<br />

un hombre de Venecia a mediados del siglo XVII— sin que <strong>la</strong>s multitudes<br />

lo rodeen a uno pidiendo caridad: se ve el hambre escrito en<br />

sus rostros, sus ojos como anillos sin gema, el estado <strong>la</strong>mentable de sus<br />

cuerpos cuyas pieles tienen <strong>la</strong> forma de sus huesos» (ibidem: 88). Un<br />

siglo más tarde, <strong>la</strong> escena en Florencia era <strong>la</strong> misma. «Era imposible oír<br />

misa», se quejaba un tal G. Balducci, en abril de 1650, «hasta ese punto<br />

era uno interrumpido durante el servicio por los condenados, desnudos<br />

y cubiertos de úlceras» (Braudel, 1966, Vol. II: 734-35). 53<br />

La intervención estatal en <strong>la</strong> reproducción del trabajo: <strong>la</strong> asistencia<br />

a los pobres y <strong>la</strong> criminalización de los trabajadores<br />

La lucha por <strong>la</strong> comida no era el único frente en <strong>la</strong> batal<strong>la</strong> contra <strong>la</strong><br />

difusión de <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones capitalistas. En todas partes, masas de gente<br />

se resistían a <strong>la</strong> destrucción de sus anteriores formas de existencia, luchando<br />

contra <strong>la</strong> privatización, <strong>la</strong> abolición de los derechos consuetudinarios,<br />

<strong>la</strong> imposición de nuevos impuestos, <strong>la</strong> dependencia del sa<strong>la</strong>rio<br />

53 Los comentarios de un médico en <strong>la</strong> ciudad italiana de Bérgamo durante <strong>la</strong> hambruna de 1630<br />

tenían un tono simi<strong>la</strong>r:<br />

El odio y el terror engendrados por una muchedumbre enloquecida de personas medio<br />

muertas, que asedia a <strong>la</strong> gente en <strong>la</strong>s calles, en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>zas, en <strong>la</strong>s iglesias, en <strong>la</strong>s puertas de<br />

<strong>la</strong>s casas, que hace <strong>la</strong> vida intolerable, además del hedor inmundo que emana de ellos y<br />

el espectáculo constante de los moribundos […] sólo puede creerlo alguien que lo haya<br />

experimentado. (Citado por Carlo M. Cipol<strong>la</strong>, 1993: 129)

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