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WILSON - Cómo ser un epicureo Una filosofia para la vida moderna

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lugar de trabajo, el trabajo en sí y el cuidado de los niños son las

actividades que obtenían una puntuación más baja en la lista de actividades

a disfrutar, un argumento al que regresaré a la hora de hablar de trabajo y

vida familiar. Aunque se puede estimular en los seres humanos el apetito

por una notable gama de deseos de nuevos objetos y experiencias, se ha

comprobado que los ingresos y posesiones, a partir de un determinado

umbral, no ejercen un efecto subjetivo en el bienestar, con la excepción de

que la gente suele ser sensible a las diferencias y está dispuesta a juzgar su

propio valor, con referencia a los demás, en base a cuánto tienen los otros y

cómo se les paga. [5]

Pero la mayoría de nosotros somos un tanto irracionales, de algún modo

u otro. Muchas personas que no pueden permitírselo derrochan en compras

que no les reportan un gran placer. Otros, que poseen mucho dinero, se

comportan como si no merecieran tener a su alrededor belleza y

comodidades y escatiman, sacrificando la calidad en comida y bebida.

Puede que subconscientemente crean que sacrificar en esos apartados les

proporcione redención, que muestran, ganan o recuperan virtud moral al

ahorrar dinero en esas áreas. Esperan para mejorar su estándar de vida a que

los niños se vayan de casa… a tener novio… o a ganar la lotería. Aunque

demorar mejoras y disfrutes pueda resultar prudente, la gente podría, muy a

menudo, efectuar cambios beneficiosos de inmediato. Podrían permitírselo,

o podrían permitírselo si reorganizaran sus prioridades de un modo

razonable. Pero aceptan un entorno lúgubre y sus propias penalidades como

castigo por delitos imaginarios y desconocidos de los que se sienten

culpables, o sienten que están preparando un glorioso futuro que nunca

llegará, en realidad, si no se ponen manos a la obra.

Acaba con estas supersticiones, dice el epicúreo. Ni mereces el castigo

ni mereces mimarte. En realidad, no tiene nada que ver con merecer.

Dado que el epicureísmo es una filosofía de, entre muchas otras cosas,

comer, hablemos de comida. El propio Epicuro aseguraba que se sentía

satisfecho con un poco de pan, queso, agua y vino diluido, pero no se puede

recomendar una dieta así. Es monótona y, además, poco saludable.

Sospecho que la complementaba con aceitunas, uvas, higos, repollo y otras

verduras de temporada, aunque probablemente no con demasiada carne o

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