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COPIA DE TEMAS GRADUADOS. 417
hacerse. — I.ns cosas están así hechas, y así deben estarlo. — Os falta hacer
esto.— Es necesario que hagas esto. — Sabed lo que necesitáis hacer en esto
asunlo.
VERBOS DEFECTIVOS.
Tema I.
59. El uno decía (I > sí. el otro decía no.—Digo que los Romanos pueden
ser vencidos por los (¡aulas. — Diógcnes dijo que sí; Antipatro dijo que no.—
Yo os manifestaré por qué dicen que él es el verdadero orador. — En dónde
están, docian, las copas del festín?— ¿Qué hiciste, decia Galo? — Aconteció
en Roma un grande incendio, dijiste, y se aterraron los moradores. —Habla;
¿áqué vienes?—Habiendo hablado de este modo, calló. — Cicerón era muy
vehemente para hablar. — ¿Quién, diciendo estas cosas, detendría las lágri­
mas Í2 1?—Halló á la sacerdotisa hablando on el pórtico del templo.
( 1 ) Aio. (2 ) Temperare h , Afcl.
7'enia //.
1,0. Creéis haber comenzado á vivir. Jamás comenzamos á vivir. Llega la
muerte y no hemos comenzado á vivir. — Yo no llamo vida á esta que co­
mienza para el hombro en el nacimiento.—La vida del hombre es la re­
flexión. — Habéis, pues, comenzado á vivir cuando habéis comenzado á re­
flexionar.— Habéis vivido cuando vuestra alma ha comenzado á conocerse á
sí misma. — No temáis la desgracia; con frecuencia es útil. — Sin la desgracia
no se comenzarla jamás á reflexionar, porque la felicidad es contraria á la
meditación. &c.
Tema III.
61. Me acuerdo (1) bien y me acordaré por mucho tiempo. —-Te acuerdas
ile Antipatro: acuérdate de nosotros y nos acordaremos de tí. — Acordaos
ilo vuestros male> y los referiréis en la hora de la felicidad. —Que no se me
tema con tal que no se mo odio.— Odiad la esclavitud, como odian los ig­
norantes la rienda. — Conviene conocer el ejército y ser conocido de los sol­
dados.— Yo seré conocido por mis cantos.—Yo acostumbro á sufrir por to­
dos.— Démostenos se acostumbraba á recitar muchos versos de segui­
da, &c.
( 1 ) Miinini exige su complemento en genitivo ó en acusativo.
VERBOS UNIPERSONALES Ó IMPERSONALES.
Verbos pluil, ningil, grandinat, tonal, (ulgurat.
62. No llueve on Egipto, dice la historia; poro aunque no llueve, fecun­
dan la tierra las inundaciones del Nilo. — Cuando haya llovido, desaparecerá
la tormenta y no volverá á llover hasta que el cielo esté cubierto de nu­
bes.— Ha nevado mucho el invierno anterior. — Si nevase en mitad del vera­
no, causaría grande admiración. — Si no novara en el invierno, estarían tris­
tes los campos. — Cuando nieva on las montañas, presentan un espectáculo
magnífico. — La naturaleza ha querido que llueva y que nieve para beneficio
del hombre; para mantenimiento y aun para ornato del mundo.— Ha grani­
zado en los campos. —Cuando graniza, tiemblan los labradores, porque el
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