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<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
2. La creación <strong>de</strong> Buoka (II)<br />
Wajari dijo:<br />
—¡Está bien! Son imágenes ciertas. Comencemos a trabajar en estas<br />
cosas. El sol, el cielo, las estrellas, la tierra, las cascadas, han <strong>de</strong> ser vistos<br />
por nuestro pueblo <strong>piaroa</strong>, pero también por <strong>los</strong> baniva, waika, jabarana.<br />
Wajari levantó el sol <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberlo limpiado y lo sopló hacia lo<br />
alto. ¡Él se levantó al firmamento!<br />
Todavía imperaban las tinieblas. Wajari no veía luz. Entonces se fue a<br />
visitar todos <strong>los</strong> lugares sagrados en las cercanías <strong>de</strong> las montañas a ver si<br />
encontraba el sol. Pera Buoka encontró la luz, la luna, allá en uno <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />
lugares sagrados. Más tar<strong>de</strong> encontró el sol para sí.<br />
Wajari se apo<strong>de</strong>ró <strong>de</strong>l sol, dio un salto bien alto y lo colgó <strong>de</strong>l firmamento.<br />
Luego le dio una temperatura muy alta al sol. Después Buoka<br />
experimentó, quiso colocar la luna en el firmamento. No pudo saltar tan<br />
alto como Wajari. Por eso es que la luna tiene luz más débil que el sol.<br />
Cuando Wajari saltó con el sol en la mano se escuchó un trueno: la<br />
voz <strong>de</strong>l báquiro. Wajari elevó más la luz <strong>de</strong>l sol. Sus rayos llegaron a todo<br />
el mundo. Todos <strong>los</strong> pudieron ver.<br />
Buoka hizo lo mismo con la luna. Pero cuando saltó a lo alto para<br />
crear la noche, chocó <strong>de</strong> tal manera que <strong>de</strong>scascaró al firmamento. Aún<br />
hoy la luna lleva las huellas <strong>de</strong> esto.<br />
Dijo Buoka:<br />
—¡La luna es mi pueblo, es mi figura!<br />
Buoka regresó a la tierra y dijo:<br />
—Soy pobre, no puedo tener nada. No tengo pensamientos, no tengo<br />
máscaras que luego llevarán <strong>los</strong> chácharos y transmitirán enfermeda<strong>de</strong>s<br />
como el báquiro transmite la enfermedad <strong>de</strong> Wajari. Y esas enfermeda<strong>de</strong>s<br />
no <strong>de</strong>jarán nunca a <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>.<br />
Wajari habló <strong>de</strong> Ku-upa 2 , el relámpago, su compañero celestial<br />
cuando saltó a lo alto. Su voz nunca cesa y nuestro espíritu la escuchará<br />
también. Wajari sentado en el bor<strong>de</strong> <strong>de</strong>l relámpago creó al hombre.<br />
Preparó todas sus partes: la piel, <strong>los</strong> huesos, <strong>los</strong> ojos. Y mientras tanto<br />
relampagueaba constantemente. Wajari dio al relámpago distintas voces,<br />
suaves y fuertes.<br />
Wajari saltó al penacho <strong>de</strong>l cocorito que llegaba al cielo y cada salto<br />
fue acompañado por relámpagos y truenos.<br />
Y así habló sobre la palmera:<br />
—Quiero pintar mi cielo. Oh, hermano, quisiera que mientras pinto<br />
escucharas la voz <strong>de</strong> <strong>los</strong> relámpagos.<br />
Buoka respondió así:<br />
—No oí las voces porque andaba por la tierra visitando a <strong>los</strong> waika,<br />
yabarana, <strong>piaroa</strong> y virú. Por allá abajo apenas se escuchan las voces <strong>de</strong>l<br />
cielo. Las voces <strong>de</strong> tu cielo no fueron <strong>de</strong>masiado fuertes, no pensé nada<br />
<strong>de</strong> el<strong>los</strong>.<br />
Buoka agregó que al igual que Wajari él también iba a crear las voces<br />
<strong>de</strong>l cielo:<br />
—¡Tendré un relámpago propio! Y escucharás mi relámpago, como<br />
yo escuché el tuyo.<br />
Buoka imitó a Wajari, creó las orejas, <strong>los</strong> huesos, la piel <strong>de</strong>l<br />
hombre-relámpago:<br />
—Quiero crear relámpagos para mi cielo y quiero, hermanito, que<br />
<strong>los</strong> escuches.<br />
Dio un salto hacia lo alto como hiciera su hermano. En tanto que<br />
Wajari visitaba en la tierra a su familia. Wajari estuvo don<strong>de</strong> <strong>los</strong> blancos<br />
y don<strong>de</strong> <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong> <strong>de</strong>l Alto Orinoco. Cuando Buoka saltó, emitió un<br />
sonido tan fuerte que fue como si hubiera golpeado el corazón, la sangre,<br />
el cuerpo <strong>de</strong> Wajari. Hasta sorprendió al báquiro, al cochino y a la vaca.<br />
Pero Wajari fue el que se sorprendió <strong>de</strong> verdad.<br />
Buoka regresó a la tierra y le preguntó a Wajari:<br />
—¿Qué te pareció mi voz, hermano gigante? ¡He creado también las<br />
voces <strong>de</strong> las enfermeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>los</strong> animales!<br />
Wajari respondió:<br />
—¡Pues sí! Escuché tu relámpago cuando andaba por allá abajo visitando<br />
mi pueblo. Me quedé impresionado por lo fuerte <strong>de</strong> las voces.<br />
La voz era muy buena, se extendió <strong>de</strong>s<strong>de</strong> tu cielo a todas partes. Y sorprendió<br />
a <strong>los</strong> animales. Por eso, Buoka, hermano mayor, ¡cambiemos<br />
nuestras voces!<br />
Pero Buoka no quiso cambiar <strong>los</strong> relámpagos. Pero sí cambiaron insultos.<br />
Por último, Wajari le dijo a Buoka:<br />
2 También el estampido <strong>de</strong> la escopeta se llama ku-upa.<br />
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