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6. La creación <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
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6. LA CREACIÓN DE LOS PIAROA<br />
Buoka quería ver cómo era que Wajari creaba a <strong>los</strong> hombres y también<br />
hubiera querido que le creara hombres blancos para él.<br />
—Le encargo a mi hermano, el gran capitán, que me prepare hombres.<br />
Él es el capitán <strong>de</strong>l mundo. Quisiera que me preparara hombres<br />
como estos <strong>de</strong> aquí. Sé que mi hermanito crea hombres muy buenos,<br />
como <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>.<br />
En ese preciso momento Wajari había terminado la primera pareja.<br />
Buoka pasó por <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un tronco y al salir por el otro lado volvió a<br />
tener apariencia <strong>de</strong> hombre y se encaminó <strong>de</strong> vuelta a su casa.<br />
Wajari preparó carne para la segunda pareja. Wajari se echó a <strong>de</strong>scansar,<br />
mientras tanto vinieron cangrejos muy gran<strong>de</strong>s que se comieron<br />
la carne preparada. Por eso fue que Wajari tuvo que tomar otro pescado<br />
para hacer la carne humana. Formó el cuerpo, la garganta y por último el<br />
corazón <strong>de</strong>l segundo hombre. Y así quedó lista la segunda pareja.<br />
Para la tercera pareja se fue a pescar a la otra orilla <strong>de</strong>l río. Allá, en<br />
aquella orilla, creó <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong> <strong>de</strong>l Sipapo, Guayapo y Autana. Wajari<br />
habló sobre <strong>los</strong> peligros que amenazaban a <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> ríos:<br />
—Y aquí, en este lugar ¿qué fruta ha <strong>de</strong> ser carnada para <strong>los</strong> peces<br />
con <strong>los</strong> que he creado <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong> <strong>de</strong>l Sipapo, <strong>de</strong>l Guayapo y <strong>de</strong>l Autana?<br />
Wajari <strong>de</strong>cidió utilizar un anzuelo para tomar al pescado. Esperó y<br />
mordieron <strong>los</strong> peces, pero el anzuelo les <strong>de</strong>sgarró la garganta.<br />
Y entonces dijo:<br />
—¿Cómo capturar <strong>los</strong> peces para crear <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong> <strong>de</strong>l Sipapo, <strong>de</strong>l<br />
Guayapo y <strong>de</strong>l Autana? Probaré con el anzuelo <strong>de</strong> <strong>los</strong> blancos.<br />
Pero le pasó lo mismo. El anzuelo les <strong>de</strong>sgarró la garganta a <strong>los</strong> peces.<br />
—¿Qué haré? No sirven <strong>los</strong> anzue<strong>los</strong> –dijo Wajari.<br />
Él amasó yuca, plátano, piña y batata. Con esa masa mol<strong>de</strong>ó un anzuelo<br />
y un hilo <strong>de</strong> pescar y lo echó todo en el agua. Y esto sí que sirvió.<br />
Los peces mordieron mejor que antes.<br />
—Pues bien –dijo Wajari–, que todo esto sea el alimento <strong>de</strong> este<br />
pueblo, <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>.<br />
Los peces mordieron muy bien las frutas.<br />
Wajari le dio nombre al aire y a la brisa. Él creó ambas cosas para <strong>los</strong><br />
hombres, para que el sol no <strong>los</strong> quemara tanto.<br />
El edificio hecho <strong>de</strong> aire es atravesado por la brisa y refresca a <strong>los</strong><br />
<strong>piaroa</strong>, protege <strong>de</strong>l sol a <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>. Y ese aire es la brisa <strong>de</strong>l salto <strong>de</strong> agua.<br />
Si no hay brisa, el sol calienta muy fuerte y la piel se seca y se endurece.<br />
El sol pue<strong>de</strong> matarlo a uno.<br />
Wajari se dispuso a preparar la cuarta pareja con la misma carne. Formó<br />
<strong>los</strong> ojos, el pelo, las orejas, la boca, la nariz. Luego habló <strong>de</strong> <strong>los</strong> peligros<br />
que acechan a este pueblo. El olor <strong>de</strong> <strong>los</strong> hombres pue<strong>de</strong> ser peligroso para<br />
el<strong>los</strong>. Y pue<strong>de</strong> ser peligroso si le gritan al capitán. Wajari le preparó esta<br />
pareja al Guayapo y al Autana. También les hizo huesos y uñas.<br />
La pareja tuvo hijos. Wajari creó el alimento para la familia y para<br />
todas las familias. Preparó un poquito <strong>de</strong> cada fruto: yuca, piña, etc., y<br />
<strong>los</strong> hombres sembraron mucho <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> el<strong>los</strong> y sus alimentos se<br />
multiplicaron al igual que <strong>los</strong> niños. Wajari creó todas las plantas para<br />
<strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>. Siempre tuvieron que comer. Crecieron distintos troncos <strong>de</strong><br />
árboles y las tribus también crecieron como sus alimentos.<br />
—Los <strong>piaroa</strong> se han <strong>de</strong> multiplicar, al igual que sus alimentos –dijo<br />
Wajari.<br />
El capitán Wajari vivía en su hogar, en Umonloja Ojuna, la casa <strong>de</strong>l<br />
cielo. Los hombres no sabían que a él le <strong>de</strong>bían su creación. Había oído<br />
en el aire que su pueblo era muy bueno: se multiplicaban <strong>los</strong> hombres y<br />
se multiplicaban sus alimentos. Por ello Wajari <strong>de</strong>cidió ir a ver cómo era<br />
el pueblo que había creado.<br />
Se acercó a sus churuatas y ya <strong>de</strong> lejos iba escuchando las conversaciones<br />
y las exclamaciones llenas <strong>de</strong> alegría. Estaban <strong>de</strong> fiesta, bailaban<br />
dos Warimes. Wajari escuchó lo que le <strong>de</strong>cían <strong>los</strong> hombres a su capitán:<br />
—¡A fiestear, tenemos mucho alimento!<br />
Cuando Wajari <strong>de</strong>cidió ir don<strong>de</strong> su pueblo, visitó uno a uno, con el<br />
pensamiento, todos <strong>los</strong> lugares sagrados <strong>de</strong>l Mariweka.<br />
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