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El Libro de Oro de Bolívar - Otra Mirada del Conflicto

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I. Las vísperas <strong>de</strong> la Revolución<br />

Los escitas vaciaban los ojos a sus esclavos para que hiciesen girar la mula con<br />

menos distracciones. Tal es el principio <strong>de</strong> los gobiernos tiránicos, y tal fue el que<br />

España aplicó rigurosamente a sus colonias ultramarinas. La Inquisición se<br />

encargó <strong>de</strong> cegar las almas, y a su sombra se fundaron en México, Lima y otras<br />

ciuda<strong>de</strong>s universida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>stinadas a cultivar y propagar la ignorancia. Trescientos<br />

años duró aquel régimen en América y en la misma España existiría aún el Santo<br />

Oficio hoy, si un rey extranjero y usurpador, <strong>de</strong> raza y lengua distintas, José<br />

Bonaparte (apellidado Pepe Botellas), no lo hubiera abolido durante su corto reinado.<br />

Complemento <strong>de</strong> la Inquisición era el comercio <strong>de</strong> indulgencias, renta <strong>de</strong>l<br />

clero romano y <strong>de</strong> la metrópoli.<br />

<strong>El</strong> Papa entregaba al gobierno español, y éste a sus colonias, cinco especies <strong>de</strong><br />

bulas: la <strong>de</strong> vivos, la <strong>de</strong> difuntos, <strong>de</strong> huevos y lacticinios, <strong>de</strong> composición y la <strong>de</strong> la<br />

Santa Cruzada. La penúltima tenía el maravilloso e inaudito efecto <strong>de</strong> hacer legítimo<br />

propietario al injusto <strong>de</strong>tentador <strong>de</strong> la propiedad ajena.<br />

Ahora, por lo que hace a nuestros antiguos hogares, una carta íntima y familiar,<br />

publicada en la revista Popayán, va a darnos los colores, el ambiente y hasta el perfume<br />

<strong>de</strong> aquellos cuadros, o escenas rústicas <strong>de</strong> la más encantadora simplicidad:<br />

«Como <strong>de</strong>seas pormenores <strong>de</strong> la familia, allá van unos cuantos (le escribía <strong>de</strong><br />

Popayán don Jerónimo, a su hermano el ilustre don Camilo Torres, resi<strong>de</strong>nte en<br />

Santa Fe, el 20 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1807):<br />

«Nuestras hermanas lo pasan gran<strong>de</strong>mente en su retiro <strong>de</strong> Pandiguando, llamado<br />

ahora comúnmente <strong>El</strong> Llanito; no se cansan, y, al parecer, no se cansarán<br />

jamás <strong>de</strong> la relativa soledad <strong>de</strong>l campo, y se consi<strong>de</strong>ran muy felices estando lejos<br />

<strong>de</strong> las rivalida<strong>de</strong>s mezquinas <strong>de</strong> esta ciudad. <strong>El</strong>las llevan un sistema <strong>de</strong> vida higiénico,<br />

metódico, tranquilo e igual, turnándose cada una, <strong>de</strong>l primero al primero<br />

<strong>de</strong>l mes, en las faenas domésticas. Se levantan infaliblemente a las cinco, con diferencia<br />

<strong>de</strong> minutos; llaman a las esclavas y rezan luego en un oratorio contiguo a la<br />

cuadra (alcoba); pasan <strong>de</strong>spués a bañarse, casi diariamente, en una alberca espaciosa<br />

—<strong>de</strong> cuatro varas <strong>de</strong> largo, tres <strong>de</strong> ancho y una y media <strong>de</strong> hondo,— construida<br />

<strong>de</strong> baldosas <strong>de</strong> piedra bien zulaqueadas, y situada <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> la casita en un<br />

<strong>de</strong>clive suave, sombreado a uno y otro extremo con naranjos pintorescos y frondosos,<br />

aunque vetustos, que existían allí <strong>de</strong>s<strong>de</strong> marras. Un manantial abundante<br />

<strong>de</strong> agua potable, siete varas distantes <strong>de</strong> ella, encerrado en alcubilla <strong>de</strong> cal y canto<br />

y conducida por arcaduces <strong>de</strong> barro cocido, la surte durante la noche. Terminado<br />

el baño, toman la espumosa leche al pie <strong>de</strong> la vaca, por vía <strong>de</strong> <strong>de</strong>sayuno, y en<br />

seguida van al jardín situado al frente <strong>de</strong> la casita y también al lado opuesto <strong>de</strong>l<br />

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