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El Libro de Oro de Bolívar - Otra Mirada del Conflicto

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En otra ocasión le <strong>de</strong>cía:<br />

VII. <strong>Bolívar</strong> y Humbolt<br />

«En medio <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s y generosas acciones <strong>de</strong> Vuestra Excelencia, que son<br />

la admiración <strong>de</strong> ambos hemisferios, su corazón ha permanecido siempre sensible<br />

a los acentos <strong>de</strong> la amistad. Las cartas <strong>de</strong> Vuestra Excelencia me lo han probado;<br />

las conservo como un monumento precioso <strong>de</strong> la benevolencia <strong>de</strong> Vuestra<br />

Excelencia para conmigo, como el más hermoso título <strong>de</strong> gloria <strong>de</strong> una vida consagrada<br />

a <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r, con armas más débiles, es cierto, los progresos <strong>de</strong> la razón y <strong>de</strong><br />

una pru<strong>de</strong>nte libertad...<br />

«Una voz interior me dice que nos volveremos a ver en esta vida, pero en ese<br />

continente que <strong>de</strong>be su libertad, menos todavía a la gloria <strong>de</strong> las armas <strong>de</strong> Vuestra<br />

Excelencia que a al noble mo<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> su alma, y en don<strong>de</strong> espero terminar mis<br />

días (3).»<br />

No se cumplieron los pronósticos <strong>de</strong>l sabio barón, pero sobrevivió a su amigo<br />

hasta 1859, cuando la posteridad había consagrado ya, en última instancia, la<br />

gloria <strong>de</strong>l Libertador.<br />

Veintitrés años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> <strong>Bolívar</strong>, en 1853, en una conferencia<br />

que por or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l lord Clarendon tuvo con Humboldt, en Berlín, el general<br />

O’Leary, amigo y e<strong>de</strong>cán que fue <strong>de</strong>l Libertador, para tratar asuntos relacionados<br />

con la apretura <strong>de</strong> un canal interoceánico por el istmo <strong>de</strong>l Darién, Humboldt, <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> haber <strong>de</strong>partido con su interlocutor sobre esta cuestión, habló en seguida<br />

<strong>de</strong> la América española y <strong>de</strong> <strong>Bolívar</strong>:<br />

«Le traté mucho <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> mi regreso <strong>de</strong> América, dijo, a fines <strong>de</strong> 1804. Su<br />

conversación animada, su amor por la libertad <strong>de</strong> los pueblos, su imaginación brillante,<br />

me lo hicieron ver como un soñador. Jamás le creí llamado a ser el jefe <strong>de</strong><br />

la cruzada americana. Durante mi permanencia en las colonias españolas, jamás<br />

encontré <strong>de</strong>scontento. Más tar<strong>de</strong>, al empezar la lucha, fue cuando comprendió<br />

que me había ocultado la verdad, y que en lugar <strong>de</strong> amor existían odios profundos<br />

que estallaron en medio <strong>de</strong> un torbellino <strong>de</strong> represalias y <strong>de</strong> venganzas. Pero lo que<br />

más me asombró fue la brillante carrera <strong>de</strong> <strong>Bolívar</strong>, a poco <strong>de</strong> habernos separado,<br />

cuando <strong>de</strong>jé París para seguir a Italia. La actividad, talento y gloria <strong>de</strong> este gran<strong>de</strong><br />

hombre me hicieron recordar sus raptos <strong>de</strong> entusiasmo, cuando juntos uníamos<br />

nuestros votos por la emancipación <strong>de</strong> la América española. Me había parecido,<br />

por el estudio que había hecho <strong>de</strong> los diversos círculos <strong>de</strong> la sociedad americana,<br />

que si en algún lugar podía surgir un hombre capaz <strong>de</strong> afrontar la revolución era<br />

en Nueva Granada, que había dado manifestaciones a fines <strong>de</strong>l último siglo, y<br />

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