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Por esto, sin duda, desistieron Los Cráneos Plateados de la empresa.<br />
Entretanto, la gasolinera había levantado la proa y hundido la popa en el<br />
agua espumosa que levantaba la hélice y se alejaba veloz, de la vieja<br />
embarcación.<br />
Una descarga cerrada sembró entonces de plomo el casco de gasolinera,<br />
clavó la dentellada en una borda, se aplastó contra el motor. Uno de los<br />
proyectiles abrió un par de agujeros en el tanque de la gasolina.<br />
Monk se llegó hasta él y, con suma calma, plantó delante de cada abertura<br />
uno de sus índices velludos.<br />
Poco después se hallaban fuera del alcance de los proyectiles.<br />
Densas columnas de humo continuaban saliendo por las escotillas y portas<br />
del buque contrabandista. Era el humo negro que se desprende del aceite<br />
pesado y él indicaba que Los Cráneos Plateados no habían logrado apagar el<br />
fuego.<br />
Por el contrario, se propagaba velozmente cuando Los Cráneos Plateados<br />
<strong>com</strong>enzaron a arrojarse al agua. Antes de ello luchaban unos contra otros<br />
para saltar primero la borda.<br />
-Intentan pasarse al submarino-dijo Monk, levantando la cabeza y<br />
apartando la vista, fija hasta entonces en el tanque que estaba obturando.<br />
-Pues ya tienen trabajo-observó Ham-. El submarino no puede contener a<br />
todos. Carece de capacidad para eso.<br />
Así y todo algunos Cráneos Plateados lograron llegar hasta el submarino.<br />
Es muy posible que penetraran en él, mas les sirvió de poco.<br />
El buque viejo voló de pronto. Fue que estalló el <strong>com</strong>bustible de las<br />
calderas. En posteriores discusiones, Doc sostuvo la teoría de que muy<br />
posiblemente hubiesen almacenado a bordo explosivos en cantidad y que<br />
eran estos explosivos los que le habían hecho volar por los aires<br />
A la explosión sucedió una columna de restos, humo y llamas. El buque se<br />
acababa de dividir por el centro y sus dos mitades dieron media vuelta sobre<br />
las aguas del océano; sus cuerpos se distinguieron claramente entre los<br />
restos del naufragio.<br />
Un hirviente arroyo de aceite pesado se desparramó, llameando, sobre el<br />
agua, engullendo a los hombres que estaban ya en ella, abrasándoles sin<br />
piedad c hundiéndolos hasta que sus pulmones entraban convulsivamente<br />
en contacto con el agua salada.<br />
Y en esto los ocupantes del submarino no fueron más afortunados que los<br />
del viejo navío, pues no cabe dudar que la explosión deshizo también al<br />
sumergible, con lo cual perecieron todos Los Cráneos Plateados.<br />
Doc dijo, pausadamente:<br />
-Han hecho mal en luchar por espacio de tanto tiempo con el fuego y<br />
después perder tiempo en su lucha por entrar en el submarino. Mejor<br />
hubiera sido entrar en los botes de salvamento, ya que no nos los hemos<br />
llevado todos.<br />
Ham se atrevió a observar:<br />
-Probablemente temían apelar a ese recurso, porque de ese modo hubieran<br />
podido caer en manos de la policía...<br />
-¡Pobre muchacho!-<strong>com</strong>entó Monk, sin que viniera a pelo ni a cuento la<br />
exclamación.<br />
-¿De quién hablas?-preguntó Ham.<br />
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