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-Lo que sí podemos decirte es que su lugarteniente se llama Ull-dijo Monk-,<br />
y el tal Ull no es un cualquiera. Es un hombre de ciencia, a lo que parece. Él<br />
es quien ha inventado muchas armas químicas de que se sirven Los Cráneos<br />
Plateados. Por... ejemplo, sus disfraces y las cotas de malla, tan eficientes o<br />
más que las nuestras. También ha <strong>com</strong>puesto un veneno que mata por<br />
contacto.<br />
La errante mirada de Doc se había posado en un aparato telefónico.<br />
-¡Un momento!-suplicó a sus <strong>com</strong>pañeros. AL tomar en la mano el receptor<br />
descubrió que funcionaba y marcó un número. Antes de que fuera levantado<br />
el receptor de su gancho, al otro lado de la línea oyó llamar dos veces al<br />
timbre lejano.<br />
-Aquí es el Instituto de Belleza de la “Park Avenue”-dijo al cabo una<br />
educada voz femenina.<br />
-¿La señorita Savage? Deseo hablar con ella-dijo Doc.<br />
Un momento después dijo otra voz:<br />
-La señorita Patricia al habla,<br />
-¿Está bien la señorita Lorna Zane?-deseó saber Doc.<br />
-Si no sucumbe al cabo a alguno de mis tratamientos, lo estará-replicó Pat-<br />
. Figúrate que se me ha ocurrido decirle que se valga de todos los<br />
ingredientes que quiera mientras está conmigo y se está aprovechando que<br />
es un contento. Para principiar se está aplicando mi crema egipcia para el<br />
cutis. ¿Sabes lo que me figuro, Doc?<br />
-Vigílala bien-le sugirió Doc.<br />
-No temas. Pero ¿sabes qué es lo que sospecho? Pues que la has<br />
trastornado. Siempre me está preguntando por ti.<br />
Doc replicó en tono, seco:<br />
-Trata de desengañarla -y dejó el auricular.<br />
CAPÍTULO IX<br />
LA CAPTURA<br />
Patricia colgó, a su vez, sonriendo, ya que sabía que Doc era invulnerable<br />
<strong>com</strong>o pocos hombres a los encantos femeninos. La atención de una mujer le<br />
azoraba y por ello mismo disfrutaba Pat en ponerle en aprietos.<br />
Lástima era, en verdad, que se mantuviera indiferente en aquella ocasión<br />
porque no cabía dudar de que había hechizado a la señorita Zane y no era<br />
sólo ella una belleza, sino que también poseía exquisita sensibilidad e<br />
inteligencia.<br />
-¡Pobre Lorna!-exclamó, suspirando-. Es <strong>com</strong>o si se diera de cabeza en una<br />
pared de piedra.<br />
-Y tú, hija, vas a recibir un tiro si no te estás quieta-le dijo una voz fría<br />
inesperadamente.<br />
Pat se sobresaltó y rápidamente dio media vuelta. Las ventanas de su<br />
despacho particular se hallaban encuadradas por cortinajes que llegaban<br />
hasta el suelo. Un hombre desconocido surgió de detrás de uno de ellos.<br />
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