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Y tropezaron con un verdadero enredo. Paine Winthrop había muerto.<br />
Además estaban heridos varios empleados de la Compañía. Los más<br />
lesionados por la catástrofe resultó ser una mecanógrafa, que, al caer sobre<br />
la mesa de trabajo, se había roto un brazo.<br />
Los demás sólo se hallaban más o menos lacerados y contusos. Monk y<br />
Ham les interrogaron respecto a la causa de la explosión y ninguno de ellos<br />
supo contestar. La secretaria de Winthrop les aseguró, sin embargo, que no<br />
se trataba de una bomba, y a que ella no había observado nada anormal en<br />
el despacho de su jefe al salir de él momentos antes de entrar el señor<br />
Winthrop.<br />
Antes de que Ham y Monk hubieran conseguido localizar los fragmentos del<br />
aparato, fuera el que quisiera, que había motivado la explosión, invadieron<br />
las oficinas de la Compañía Naviera una nube de reporteros y de agentes de<br />
policía.<br />
Y <strong>com</strong>o se corría peligro de hundimiento, estos obligaron a todo el mundo a<br />
descender a las oficinas del piso inferior.<br />
Dichas oficinas pertenecían a una casa de <strong>com</strong>ercio dedicada a la <strong>com</strong>pra<br />
de objetos artísticos y de antigüedades, y anexas a ellas había numerosas<br />
habitaciones donde se almacenaban retratos, armas, muebles, armaduras,<br />
vestidos, etc, antiquísimos.<br />
Los reporteros cayeron inmediatamente sobre Monk y Ham. Ambos eran<br />
una presa nada despreciable, ya que eran miembros <strong>com</strong>ponentes del grupo<br />
de ayudantes de Savage, y Doc era digno de figurar en la primera plana de<br />
los diarios.<br />
-¿Trabaja el señor Savage en este caso?-interrogó, solícito, el reportero de<br />
un conocido seminario.<br />
-No-repuso Monk malhumorado, porque la nube de reporteros les impedía<br />
a él y a Ham llevar a cabo sus investigaciones.<br />
-Dejemos a Doc fuera de este asunto.<br />
El reportero corrió junto al teléfono e informó al director del seminario:<br />
“Hemos hallado aquí a dos de los más importantes ayudantes de Savage que<br />
al parecer, trabajan en el caso relacionado con la misteriosa explosión. Han<br />
negado que Doc se interese por él, pero no hay que decir que esto no es<br />
cierto. El nombre de Doc contribuirá a dar importancia al hecho”.<br />
-¡Qué monada de chicos!-<strong>com</strong>entó Monk con acento de ironía.<br />
Las imprentas modernas funcionan, hoy, con vertiginosa rapidez, de modo<br />
que, mientras los reporteros se agrupaban todavía en torno a nuestros dos<br />
hombres, llegaron al rascacielos ediciones extraordinarias de los periódicos<br />
de la noche.<br />
Monk arrebató un ejemplar al vendedor y se retiró con Ham a una<br />
habitación contigua-cuyas parees estaban ornadas con antiguos retratospara<br />
averiguar si se había mezclado o no a Doc en el caso recientemente<br />
surgido.<br />
Él y Ham esperaban que la historia de la explosión ocupara la primera<br />
página del diario, mas con no poco asombro descubrieron que otro relato<br />
<strong>com</strong>partía los honores con el que a ellos les preocupaba. -A lo que pareceobservó<br />
el abogado, expresándose con el ampuloso tono de voz (recuerdo de<br />
Harvard) que asumía en ocasiones-, vuelven a actuar esos condenados<br />
cabezas de plata.<br />
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