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-Ni tampoco de dónde vienen-replicó el sargento-. Por lo visto, tienen su<br />
escondrijo en un punto desconocido de los muelles, por la parte del East<br />
River, porque siempre que acaban una faena de las suyas van hacia allá.<br />
Doc Savage continuó adelante.<br />
-Si nosotros hemos andado tras de los Cráneos Plateados toda la tardeobservó<br />
Pace-, ¿cómo es posible que hayan <strong>com</strong>etido todos los robos de que<br />
ha hablado el sargento? ¡No puede ser!<br />
-La banda, esa debe ser muy numerosa -replicó el hombre de bronce-,<br />
probablemente hemos seguido sólo una ínfima parte de ella.<br />
-¿Adónde vamos?-interrogó Mac Coy, bruscamente.<br />
En vez de replicar, Doc detuvo el roadster ante una farmacia de las que<br />
están abiertas toda la noche, penetró en su interior y hojeó con avidez el<br />
listín del teléfono.<br />
Pace y Mac Coy, que le habían seguido, miraban con interés la operación.<br />
En el listín halló Doc numerosas entidades que llevaban el nombre de<br />
«Cabeza de turco». Su dedo bronceado seguía infatigable la lista de nombres.<br />
-Veamos éste-dijo, al fin, deteniendo el índice en uno que rezaba:<br />
Club «Cabeza de turco».<br />
Pace pegó un respingo.<br />
-¿Por qué elige ese entre todos?-deseó saber.<br />
-Es muy sencillo. Vea la dirección. Se halla enclavado en el distrito de<br />
Brooklyn, junto a los muelles, o sea frente a la isla de Manhattan, donde<br />
habitan los bandidos; y en Wallow Street, para ser más exacto. Tras de sus<br />
crímenes no es improbable que la banda se haga transportar por el río a la<br />
playa de Brooklyn.<br />
-Le ruego que le permita ayudarle en la medida de mis fuerzas-rogó<br />
inesperadamente Mac Coy-. El caso despierta en mí un interés personal,<br />
desde luego.<br />
Las doradas pupilas de Doc se le mostraron inescrutables.<br />
-¿Personal?-repitió.<br />
-Como figuro en la nómina de empleados de Gardner-explicó el joven-,<br />
quisiera que no se me achacaran cosas que no he hecho. Gardner viene<br />
actuando, desde hace poco, de manera singular, la cual me induce a<br />
sospechar que pasa algo anormal. Si las cosas van mal resultaré<br />
<strong>com</strong>prometido en el caso públicamente. Por ello si es que he estado<br />
trabajando para un pillo, deseo que se sepa que he sido una de las personas<br />
que han contribuido a llevarle a la cárcel.<br />
-¿Así usted opina que Gardner es un bribón?<br />
-Sí. Es muy posible también que sea el jefe de los Cráneos Plateados-<br />
replicó Mac Coy.<br />
Wallow Street era una calle corta y muy estrecha, llena de malos olores y<br />
de sombras. Se <strong>com</strong>ponía de una media docena de edificios que, a excepción<br />
de los dos primeros, situados en la parte alta de una colina, alternaban con<br />
casuchas de ínfima categoría.<br />
Ellas albergaban pequeños almacenes y depósitos, tinglados abarrotados<br />
de velamen y tiendas de cordelería y otros objetos útiles para la navegación<br />
en pequeña escala.<br />
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