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-¡Caramba!-exclamó Monk, admirado-. Ahora comienzo a ver claro. Los
Cráneos Plateados se han abierto paso en dirección a la cloaca y por ello han
volado el club, sin duda. Quieren impedir que descubramos la cloaca y el
pasadizo secreto anexa a ella.
-Yo quisiera saber con qué mira se sirven de esa cloaca abandonada -
declaró Ham.
-Para poder llegarse al submarino-replicó Monk, con un gruñido.
Ham había sacado un nuevo estoque de la armería instalada en su
departamento de un club elegante. AL oír la salida del químico, le hizo seguir
una vertical y con él describió molinetes diversos, pausados, mientras
miraba con sorna a Monk.
-¿Un submarino? ¡Bah!-exclamó, en tono seco-. ¡Estás más loco que una
cabra! Sin duda te ha trastornado el cerebro ese ladrillo que por poco te
aplasta, en el derrumbamiento del club.
Monk frunció el ceño.
-Oye, picapleitos-dijo-. Esta noche había un submarino en el río, ¿te
enteras? O si no un submarino, era una embarcación por el estilo. Sabe
también que quien la dirigía, fuera quien fuere, nos largó una andanada con
un cañoncito que, a poco más, nos quita el resuello para siempre.
Abstraídamente, Ham desenvainó a medias el estoque y tornó a enfundarle
al darse cuenta de lo que estaba haciendo. Su semblante reveló profunda
sorpresa.
-¿Hablas en serio?-preguntó con gravedad.
-Muy en serio-le aseguró Monk.
Doc dijo a Ham:
-Ya recordarás que con un cañón de tres pulgadas se dio muerte ayer por
la tarde a Paine Winthrop y, más tarde, se asesinó asimismo a las dos
únicas personas que podían haber visto el submarino. Me refiero al aviador y
a Gugillello Bellondi.
-Eso es. Se les quitó de en medio para que no se conociera la existencia del
submarino-aprobó Monk.
-¿Es decir-profirió vivamente Ham-, que la banda de Los Cráneos Plateados
ha podido entrar en el club a través de la cloaca abandonada y salir por el
mismo sitio sin que nadie les viera?
-No es imposible-replicó Doc-. Y ahora dime si has tomada informes de Ull.
Ham repuso, atravesando el estoque, con mirada penetrante:
-Sí. Es un tal Don o Donald Ull alias Ellís Nodham, alias Profesor O'Donald,
alias... ¡una infinidad de nombres más! Por fabricar bombas de las llamadas
de «piña» y vendérselas a los “gangsters” ha cumplido condena en Sing Sing.
También tiene patentados varios e ingeniosos inventos eléctricos.
»Durante la pasada gran guerra fue técnico en una fábrica de gases
asfixiantes; Es, por consiguiente, químico notable; ha dibujado el modelo de
varias escafandras patentadas y, en cierta ocasión, levantó el plano de un
submarino para dos personas, que tiene ya patentado. He hablado de él con
una docena de personas que le han conocido en otro tiempo y todas están de
acuerdo en afirmar que es un bribón de marca.
-¡Pues vaya con el mocito!-observó Monk-. ¡Es un sabelotodo!
-Si lo es él, no te digo nada de lo que debe superarle en inteligencia, la
persona que le dirige en la sombra-observó el abogado.
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