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-¿Está Ham ahí? -deseó saber el hombre de bronce sin responder<br />
directamente a la pregunta.<br />
-Presente-replicó por radio la voz del abogado.<br />
-Ham -le encargó Doc-. Apresúrate a tomar informes de ese Bedford<br />
Burgess. Entérate en cuanto te sea posible de su carácter, sus asociados,<br />
sus negocies, empresas, etc.<br />
-Descuida-replicó la melodiosa voz del abogado.<br />
-Sobre todo procura averiguar cómo la Compañía naviera que preside<br />
Gardner ha tomado el incremento de que disfruta-insinuó Doc.<br />
-¿Conque sospechas de Gardner?-dijo Ham.<br />
Doc no contestó a la pregunta, hecha por el abogado.<br />
-Recoge todos los detalles más importantes que puedas respecto a la fusión<br />
realizada con otras Compañías-le recordó.<br />
-Descuida-prometióle Ham<br />
Doc oprimió el botón y cerró el aparato de radio. Subía ahora por la calle<br />
Decker y la de Stein estaba a la vista. Desde su asiento tras del volante<br />
distinguía ya la farmacia desde la cual le había llamado la voz chillona del<br />
desconocido.<br />
Delante había un grupo, poco numeroso, <strong>com</strong>puesto, en casi su totalidad,<br />
de agentes de policía.<br />
Estos se ofrecieron cortésmente a ayudarle en sus gestiones y le contaron<br />
cómo al volver de su desmayo el mozo de aquella farmacia había dado parte<br />
de lo ocurrido en ella poco antes, durante una incursión de Los Cráneos<br />
Plateados.<br />
El propio mozo, tembloroso todavía, y haciendo de vez en cuando una<br />
pausa para tragar saliva, explicó que la banda había entrado en la farmacia<br />
para apoderarse del individuo que estaba en su interior, telefoneando, y que<br />
uno de ellos había volcado las estanterías cargadas de medicamentos para<br />
encontrar entre ellos la aspirina que requería su neuralgia.<br />
Y para corroborar la verdad de su declaración, les indicó la vaselina<br />
derramada.<br />
-Ya hemos seguido las huellas grasientas dejadas por el “gangster”-dijo a<br />
Doc el agente que le a<strong>com</strong>pañaba-, mas no son muy numerosas y se acaban<br />
pronto.<br />
Los agentes se ofrecieron a a<strong>com</strong>pañarle, pero él les rogó que se<br />
abstuvieran de hacerlo. Ellos pusieron una cara muy larga. Les hubiese<br />
agradado verle actuar.<br />
El hombre de bronce siguió las huellas grasientas de la vaselina hasta que<br />
no fueron visibles a simple vista. Fue un poco más allá del punto a que<br />
había llegado la Policía y allí se detuvo a abrir un maletín de cuero que<br />
llevaba.<br />
De él salió a la luz, la linterna proyectora de los rayos ultravioleta, junto<br />
con un objeto parecido a unos anteojos de camino, de tamaño más que<br />
regular.<br />
Doc encendió la linterna y se caló los lentes. Ellos le facilitaron la<br />
observación del efecto fosforescente a la luz del día, de las substancias en<br />
que la luz ultravioleta producía el fenómeno.<br />
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