Número 99 - Biblioteca Digital del CONEVyT

primaria y secundaria con competencias para el aprendizaje autodidacta, que han logrado hacer de los cursos
nacionales de actualización una vía para su formación continua.
Es significativo observar cómo se mantiene una tendencia creciente en la acreditación de los cursos —en el
estudio exitoso de los mismos— que ha llevado a que en la actualidad el 20% de los profesores haya
acreditado por lo menos un curso.
La cifra es importante por el potencial que esto representa en el marco de un proceso de mejora continua
del sistema educativo mexicano. Un adecuado giro institucional que privilegie el cumplimiento de la misión
de la escuela sobre cualquier otra consideración extra educativa en la vida de los planteles puede dar a estos
maestros amplias posibilidades de conseguir los resultados educativos esperados en sus alumnos.
También se conserva una cantidad alta de profesores que, aún cuando se han inscrito a los cursos, no
acuden a examinarse o bien no logran acreditar. Ellos representan uno de los retos más importantes por vencer
en materia de formación en servicio, son quienes deben constituirse en los destinatarios privilegiados de una
oferta diversificada de programas de estudio con alcances y niveles de profundidad distintos.
Por sus características, los cursos estatales de actualización son los programas de estudio idóneos para
atender las necesidades de los profesores que, por cualquier razón, no están listos para aprender de manera
autónoma.
Podemos observar un interesante fenómeno cíclico de incremento en la participación docente en los cursos
nacionales. Ligado, probablemente, a los ritmos de la Carrera Magisterial y que, de mantenerse, deberá ser
tomado en cuenta en la planeación de los ciclos anuales de atención a los maestros en cada una de las
modalidades formativas existentes.
Los datos indican que cada año se van sumando docentes que acreditan por primera vez. Tan significativo
como este dato, es el que permite constatar que los profesores permanecen en el estudio de un curso hasta
lograr aprendizajes, por lo cual presentan examen de acreditación de un mismo programa más de una vez.
Datos anteriores habían permitido observar que la acreditación del primer curso afianza la decisión y las
posibilidades de los docentes para actualizarse.
Una reflexión inmediata alrededor de estos datos sugiere que es importante concentrar las asesorías —y los
asesores de mejor calidad—en la atención a aquellos maestros que están por acreditar por vez primera un
curso y apoyar con estrategias distintas (fomento de grupos autónomos, asistencia esporádica de los asesores a
los mismos, consultorías para temas específicos, apoyo bibliográfico) a quienes ya lo han hecho.
No sólo la decisión personal de actualizarse es fundamental para que los profesores estudien con éxito los
cursos nacionales, existen un conjunto de factores que inciden en esa posibilidad. Les denominamos factores
asociados al logro académico en los cursos nacionales de actualización.
El análisis estadístico muestra que la participación en los propios cursos nacionales de actualización de las
figuras clave de la estructura de educación básica (directores, supervisores) así como la participación del
personal de Centros de Maestros, de la instancia estatal de actualización y de los asesores marca diferencias
en el logro de los docentes en los exámenes de los cursos nacionales de actualización. En especial, es
altamente significativa y determinante la participación del personal directivo y de apoyo técnico pedagógico
para que en una entidad federativa, se eleve el número de maestros que estudian y aprueban un curso.
Este dato es muy útil para la toma de decisiones estratégicas, ya que permite establecer que focalizar la
actividad de las instancias estatales de actualización, en estrecha e ineludible alianza con las áreas
responsables de educación básica, en la incorporación de los directivos y del personal de apoyo técnico
pedagógico a los cursos nacionales, puede tener efectos importantes en la decisión de los profesores para
estudiar y, lo más importante, en la transferencia de lo aprendido a la enseñanza eficaz de los niños.
Parece bastante claro que, como muchas investigaciones lo muestran, la actitud de los directivos escolares
es fundamental para el desempeño de los profesores y de las escuelas. Por lo tanto, es posible asumir, a partir
de estas informaciones, que el trabajo aislado de las áreas de actualización no produce los efectos deseados y
que la labor constante y reflexiva con los diversos eslabones de la cadena de mando en educación básica
produce resultados alentadores en la formación de docentes en servicio.
En México se han logrado avances significativos en la formación de los docentes en servicio. Hay que
seguir trabajando fuerte al respecto porque lo que tenemos es aún insuficiente. Fortalecer una oferta sólida
académicamente hablando , diversa y flexible de formación continua es básico para mejorar la calidad de la
enseñanza. Poner al alcance de los maestros otras opciones, distintas a las existentes, para aprender
sistemáticamente sobre su profesión es una necesidad, tanto como lo es asegurar que las escuelas ofrezcan
condiciones y oportunidades para aprender a sus alumnos, pero también a sus maestros.•
Nota