Número 99 - Biblioteca Digital del CONEVyT

sistema más sabio y más económico porque evita la fricción y las pérdidas
que producen los intentos de reforma casuales y espasmódicos.
Todo esto viene a ser como decir que la reforma escolar depende de un
cambio simultáneo, más amplio, en la opinión pública, que es la que
controla los consejos escolares, los inspectores y los maestros. Hay
ciertos cambios menores, ciertas reformas de detalle, que se pueden hacer
directamente dentro del sistema escolar mismo. Pero la escuela no es una
institución aislada, es un organismo de fuerzas sociales. Por lo tanto,
conseguir principios más científicos para trabajar en las escuelas
significa una visión más clara y patrones de pensamiento y acción más
discretos en toda la comunidad. El problema de la educación es,
finalmente, que la sociedad vea claramente su propia condición y sus
necesidades y se dedique a satisfacerlas. Si se obtiene ese
reconocimiento no tendremos porque dudar de la acción consecuente. Si la
comunidad comprende que se está educando sobre la base de una vida que se
ha quedado atrás, se dedicará, con los recursos intelectuales y
financieros necesarios, a satisfacer las necesidades de la hora presente.
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PENSAMIENTO Y EDUCACIÓN
FOUCAULT Y LA
ESCUELA DISCIPLINARIA
Foucault fue un pensador original que no se situó
dentro de ninguna
ortodoxia teórica y política, y cuya obra, al mismo
tiempo
que ha sido inspiradora, sigue causando no poco
desconcierto
Gilberto Guevara Niebla*
* Director General de la revista Educación 2001.
El desarrollo de la civilización ha sido un proceso de continua
adaptación del hombre al mundo de las instituciones que, en estricto
sentido, es un mundo “artificial” en tanto distinto del orden biológico.
A lo largo de la civilización el hombre se ha distanciado crecientemente
de su animalidad original y el pensamiento romántico ha idealizado la
condición natural original del hombre. De ahí la idea del “buen salvaje”