I
I
I
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Diversidad de ambientes generados<br />
por los arrecifes de coral en la Gran<br />
Barrera, Australia (© R. Hucke-<br />
Gaete).<br />
• Preservación con prohibición casi total de ingreso y de uso – que<br />
representa menos del 1% de la superficie total del área protegida;<br />
• Parque marino nacional, en las que no se permite el uso extractivo,<br />
pero si los usos recreativos y el transporte – que ocupa un<br />
33% del total;<br />
• Investigación, como las de parque nacional pero sin posibilidad<br />
de uso recreativo – que cubre menos del 1% del total;<br />
• Amortiguación, que permiten uso extractivo regulado – 3% de la<br />
superficie total;<br />
• Conservación, en las que está permitido el uso extractivo pero<br />
no indiscriminado;<br />
• Protección de hábitat donde se permite el uso razonable pero se<br />
excluye la pesca de arrastre – 28% del total; y<br />
• Uso general donde son permitidas prácticamente todas las actividades,<br />
pero sujetas a permisos específicos en ciertos casos.<br />
Cada una de estas categorías comporta restricciones explícitas a<br />
ser consideradas por los usuarios mediante la implementación de<br />
un sistema de regulaciones, fiscalización, permisos y multas contenidos<br />
en un plan regulatorio global y por sitio (Figura 1). Ciertas<br />
áreas particularmente sensibles o importantes cuentan con un plan<br />
de manejo propio. Dichos planes agregan mayor detalle y están<br />
adecuados a las necesidades específicas del área cubierta. Al mismo<br />
tiempo, otros reglamentos han sido establecidos para regular<br />
ciertas actividades tales como anclajes, pesca, buceo, avistaje de<br />
cetáceos, navegación, etc. También existen directivas para el uso<br />
de un gran número de islas que quedan englobadas dentro del<br />
área protegida y, aunque estrictamente hablando no forman parte<br />
de la misma, son tomadas en conjunto (y con ciertas aguas bajo la<br />
jurisdicción de Queensland) como sitio de Patrimonio Mundial de la<br />
Humanidad.<br />
Lograr estos resultados requirió de una fuerte voluntad pública, así<br />
como la colaboración de numerosas agencias gubernamentales a<br />
nivel nacional, regional y local tales como la Dirección de Parques<br />
de Queensland, la Patrulla acuática de Queensland, la Policía Marina<br />
de Queensland, los Guardacostas, Aduanas, la Policía Federal<br />
Australiana y la Autoridad australiana de seguridad naval. También<br />
participan agrupaciones civiles (incluyendo grupos aborígenes,<br />
representantes de los propietarios de tierras adyacentes al borde<br />
costero, empresarios y ONGs).<br />
Entre dichas organizaciones, la coordinación reposa en la Autoridad<br />
del Parque Marino de la Gran Barrera de Coral. La misma<br />
cuenta con más de 250 empleados públicos trabajando a tiempo<br />
completo, y para el período 2005-2006, un presupuesto regular<br />
que superaba los 38 millones de dólares australianos (aproximadamente<br />
17.500 millones de pesos chilenos de acuerdo al tipo<br />
de cambio del año 2010). A ello se le deben sumar los recursos<br />
considerables desplegados por las otras agencias relevantes que<br />
se enumeran más arriba. Esta inversión garantiza la sustentabilidad<br />
de las actividades que se desarrollan en esta área protegida y que<br />
generan, por ejemplo, 5.000 millones de dólares australianos por<br />
actividades turísticas, 140 millones por concepto de pesca y 150<br />
millones por uso recreativo (incluyendo pesca deportiva). Se estima<br />
186 187