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Figura 4. Zonas reconocidas en el<br />
mundo por ser visitadas por ballenas<br />
azules de forma estacional. El área<br />
1, en la ecorregión Chiloense, es sin<br />
duda uno de los más importantes a<br />
nivel mundial.<br />
1.Chiloé-Corcovado, Chile; 2.Domo<br />
de Costa Rica; 3.Baja California,<br />
México; 4.California, EE.UU.;<br />
5.Estuario del río St. Lawrence,<br />
Canadá; 6.Estrecho de Davis, Groenlandia;<br />
7.Suroeste de Islandia; 8.Sur<br />
de Madagascar; 9.Costa Este de Sri<br />
Lanka; 10.Trinchera de Rottnest,<br />
Australia; 11.Área de surgencia de<br />
Bonney, Australia.<br />
Soplo de ballena azul en aguas del<br />
canal Moraleda, Aysén (© R. Hucke-<br />
Gaete).<br />
ción y el uso de especies focales para definir y conseguir metas,<br />
que incluyen diseño de áreas protegidas, planes de manejo y monitoreos<br />
(Margules y Pressey 2002). El concepto de especie focal<br />
se basa en el hecho de que no es practicable, ni deseable, poder<br />
determinar los requerimientos de hábitat de todas las especies de<br />
una región. Es por tanto necesario identificar y enfocar los esfuerzos<br />
en un subconjunto de especies que garantice la atención<br />
en favor de la conservación. Estas especies funcionan bien tanto<br />
como especies bandera, clave, indicadoras y/o paraguas (King y<br />
Beazley 2005). En este sentido, Hooker y Gerber (2004) plantean<br />
que la megafauna marina, y en particular los depredadores de alto<br />
nivel trófico, constituyen uno de los mejores modelos de especies<br />
focales. Éstos habitan diversos ambientes que van desde<br />
estuarios a sistemas marinos costeros y pelágicos, incluyendo<br />
las aguas circundando los polos y las islas oceánicas, la mayoría<br />
de los cuales son generalmente de muy difícil acceso. Debido a<br />
que la distribución y abundancia de estas especies podría estar<br />
limitada por la calidad del hábitat, el entendimiento de la relación<br />
entre la distribución de las poblaciones y su hábitat¹ puede proveer<br />
de valiosa información para la conservación y manejo de éstas,<br />
permitiendo asimismo comprender de mejor manera las estrategias<br />
que utilizan para sobrevivir. Los antecedentes aquí informados se<br />
enfocan en las especies emblemáticas más comunes de encontrar<br />
en la ecorregión.<br />
Mamíferos marinos<br />
Ballena azul (Balaenoptera musculus)<br />
La ballena azul es una especie<br />
cosmopolita y es el animal más<br />
grande que ha existido en la<br />
Tierra: los individuos adultos<br />
en la Antártica pueden alcanzar<br />
una longitud máxima de 33 m<br />
y pesar más de 150 toneladas.<br />
Chile es un país privilegiado al<br />
mantener un importante número<br />
de ballenas azules en sus mares<br />
(Hucke-Gaete et al. 2003),<br />
considerando que son muy<br />
pocas las partes en el mundo<br />
donde pueden avistarse ballenas<br />
azules en la actualidad (Fig.<br />
4). Lo anterior se debe a que las poblaciones de ballenas azules<br />
en el Hemisferio Sur fueron intensamente cazadas desde los inicios<br />
del siglo XX y en sólo 60 años, su número se redujo a menos<br />
del 3% respecto del tamaño poblacional previo a la explotación.<br />
Hoy en día, las ballenas azules se encuentran aún dentro de las<br />
especies más amenazadas (y menos conocidas) de cetáceos. El<br />
¹ Definido como “el complejo de<br />
recursos y condiciones ambientales<br />
que determinan la presencia,<br />
sobrevivencia y reproducción de una<br />
población” (Caughley y Gunn 1995).<br />
Ballena azul alimentándose en el<br />
golfo Corcovado (© R. Hucke-Gaete).<br />
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