Untitled - Fundación César Manrique
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El turismo de masas y la publicidad<br />
La Guerra Civil primero y la II Guerra Mundial después truncaron estos<br />
impulsos de promoción y hubo que esperar hasta finales de la década de los<br />
cincuenta para que el turismo resurgiera en las Islas, si bien ahora transformado<br />
radicalmente por la conquista del derecho al descanso laboral para todos<br />
los trabajadores y por la aparición de las vacaciones pagadas que hicieron que<br />
el viaje dejara de ser privilegio de las clases pudientes y se convirtiera en una<br />
experiencia al alcance de cualquier ciudadano.Aparecía así el turismo de masas<br />
y con él mensajes publicitarios ligados a las nuevas costumbres: si antes la playa<br />
estaba plagada de casetas y sombrillas para evitar el contacto con el sol,<br />
ahora irrumpía la heliofilia, la piel morena se ponía de moda frente a la palidez<br />
y el astro rey pasaba a ser el centro de la propaganda turística. Esta vez las Islas<br />
ofrecían también sol para broncear el cuerpo en sus magníficas playas, algo que<br />
no dejó indiferente a la Iglesia de entonces.Así, el obispo de Canarias,Antonio<br />
Pildain, afirmaba en una carta pastoral:“La promiscuidad de hombres y mujeres<br />
en al agua y la desnudez es provocativa. Constituye una ocasión de pecado grave<br />
para los que a ella asistan. Quienes exhiban estas desnudeces pecan con el<br />
doble pecado de la inmodestia y el escándalo” 18 .<br />
Esta nueva imagen de Canarias como destino turístico de sol y playa tuvo<br />
sus primeros receptores en los escandinavos. En la Navidad de 1957 aterrizó<br />
en Gran Canaria el avión bimotor Curtis Commander de la compañía sueca<br />
Transair AB con 54 turistas que huían del crudo invierno de su país. Hasta<br />
entonces la mayoría de nuestros visitantes eran ingleses que venían en barco<br />
pero los “charters” comenzaron a traer turismo nórdico, sueco en su mayoría,<br />
a la playa de Las Canteras, publicitada primeramente por cadenas hoteleras<br />
como Ocaza, Husa o Amurga y luego por el Ministerio de Información y<br />
Turismo, que había sido creado en 1951. Junto a los turistas del norte de<br />
Europa empezaron a llegar también peninsulares. Para éstos, el Archipiélago<br />
había sido hasta entonces algo lejano y extraño y para contribuir a paliar este<br />
desconocimiento la Casa Canaria de Madrid organizó una actividad inusitada<br />
hasta la fecha: una muestra que con el título “Primera Exposición Canaria de<br />
Carteles y Propaganda Turística” celebró en su sede en 1958 19 .<br />
18 PILDAIN Y ZAPIAIN, Antonio: “La deshonestidad en las playas y las modas”, Obispado de la Diócesis de Canarias, Las Palmas de Gran<br />
Canaria, 1950.<br />
19 A. G. R.:“Primera Exposición de Carteles y Propaganda de las Islas” en La Tarde, Santa Cruz de Tenerife, 9 de mayo de 1958, p. 3.<br />
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