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Soporte_Pediatrico_para_el_paciente_Oncologico_Febrero_2013

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Du<strong>el</strong>o<br />

INTRODUCCION<br />

El du<strong>el</strong>o es la reacción normal ante una pérdida.<br />

Tanto <strong>el</strong> <strong>paciente</strong> que padece una enfermedad oncológica como su familia se ven enfrentados a diversas<br />

situaciones de du<strong>el</strong>o: desde la inicial pérdida de la salud, atravesando por la pérdida de ciertas funciones y<br />

capacidades, hasta la irremediable muerte d<strong>el</strong> <strong>paciente</strong>.<br />

La muerte de un niño es una pérdida devastadora, afecta <strong>el</strong> equilibrio familiar y, a veces, puede causar<br />

reacciones patológicas; produce un doloroso efecto sobre los padres y un fuerte impacto en los hermanos.<br />

La experiencia d<strong>el</strong> du<strong>el</strong>o puede ser diferente <strong>para</strong> cada uno de los padres debido a la distinta r<strong>el</strong>ación que<br />

tenían con su hijo y a sus particulares estilos de afrontamiento. Los hermanos, también afectados; pueden<br />

manifestar expresiones de tristeza o cambios de comportamiento frente a sus padres y en la escu<strong>el</strong>a. Habitualmente,<br />

se sienten se<strong>para</strong>dos de sus padres afligidos, lo cual experimentan como una nueva pérdida. A<br />

menudo, los niños malinterpretan la causa de muerte de su hermano y se atribuyen cierta responsabilidad<br />

por lo ocurrido.<br />

En ocasiones, los padres suponen que los hermanos supervivientes son demasiados pequeños <strong>para</strong><br />

entender la pérdida, o bien, que necesitan protección de lo que se percibe como una situación mórbida,<br />

por lo que no les brindan la información y la atención que <strong>el</strong>los necesitan. Sin una comunicación abierta y<br />

honesta, los niños buscan sus propias respuestas a preguntas que están por encima de su capacidad de<br />

compresión. Por eso, es importante ayudar a que los padres despejen <strong>el</strong> pensamiento mágico y erróneo<br />

respecto de la muerte y puedan establecer, así, un vínculo emocional entre <strong>el</strong>los y los hermanos que quedan.<br />

Una de las posiciones más difíciles en que los padres ponen a los niños es aqu<strong>el</strong>la en la que los tratan<br />

como sustitutos d<strong>el</strong> hijo que han perdido. Esta actitud los deja en una clara desventaja: se espera de <strong>el</strong>los<br />

que emulen al hermano muerto y esto no les permite desarrollar su propia identidad.<br />

Durante <strong>el</strong> du<strong>el</strong>o surgen emociones intensas como <strong>el</strong> enojo y la culpa. Por ejemplo, los familiares se sienten<br />

culpables por no haber cuidado lo suficientemente bien al ser querido, o por haber sobrevivido al niño,<br />

o simplemente por <strong>el</strong> deseo de seguir ad<strong>el</strong>ante con su vida. Con frecuencia, también aparece la necesidad<br />

de culpar a alguien y de buscar represalias y, en ocasiones, esta necesidad se dirige hacia otro familiar, lo<br />

que provoca aún más dolor y tensión en la dinámica d<strong>el</strong> grupo.<br />

Frente a la dolorosa experiencia que significa la muerte de un hijo, hay familiares que necesitan alejarse<br />

d<strong>el</strong> hospital durante un tiempo muy largo. Otros, por <strong>el</strong> contrario, necesitan volver en <strong>el</strong> transcurso de su<br />

proceso de du<strong>el</strong>o.<br />

Si bien <strong>el</strong> du<strong>el</strong>o es un proceso normal <strong>para</strong> los padres y hermanos d<strong>el</strong> niño o adolescente muerto, puede<br />

ser de gran ayuda compartir las vicisitudes de este proceso con los profesionales que fueron testigos de<br />

toda la trayectoria de enfermedad y muerte.<br />

En cada momento de la enfermedad, <strong>el</strong> objetivo d<strong>el</strong> trabajo con <strong>el</strong> du<strong>el</strong>o es promover los recursos necesarios<br />

<strong>para</strong> <strong>el</strong> desarrollo de un du<strong>el</strong>o saludable, e identificar indicios de riesgo, con la intención de prevenir la<br />

evolución hacia un du<strong>el</strong>o complicado, frente a las eventuales pérdidas que los familiares tengan que afrontar.<br />

Para eso, es útil recordar algunos conceptos:<br />

• Aflicción: Sentimiento de pérdida resultante de la muerte.<br />

• Du<strong>el</strong>o normal: Reacción adaptativa natural ante cualquier tipo de pérdida, aunque su<strong>el</strong>e ser más intenso<br />

tras <strong>el</strong> fallecimiento de un ser querido. No es un sentimiento único, sino, más bien, una compleja<br />

sucesión de sentimientos que precisan un cierto tiempo <strong>para</strong> ser superados. En la mayoría de los<br />

casos, no requiere intervenciones específicas.<br />

Fases d<strong>el</strong> du<strong>el</strong>o normal según Kübler-Ross<br />

Negación: desconocer lo que sucede, olvidarlo, no comprender, rechazarlo<br />

“¡¡¡ No, no a mí !!!”.“¡¡¡ No a nosotros !!!”.<br />

Enojo: hostilidad hacia los demás, hacia aqu<strong>el</strong>los a los que no les pasa lo mismo, hacia <strong>el</strong> ser querido como<br />

causa d<strong>el</strong> dolor.<br />

“¿Por qué a mí?”.“¿Por qué a nosotros?”.<br />

Negociación: esperanza de un hecho improbable pero posible. El sacrificio o la renuncia a cambio de …<br />

“Sí, a mí, pero….” “Quizás si…”<br />

Depresión: Pena profunda, dolor, resignación.<br />

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