Práctica vinícola o sea Procedimientos ciertos y seguros para la ...

VIII.
Vasos para elaborar el vino.
Las vasijas que se emplean para la elaboración de los vinos
varían mucho en las diversas provincias de España, usándose
en alguna de ellas los llamados lagos, charcas ó cisternas,
construidas de manipostería; en otras lo son de madera, conocidas
con los nombres de cubas ó conos, según la forma que
afecten; y en Castilla las empleamos generalmente de barro
cocido, que llevan el nombre de tinajas.
Los lagos, conocidos desde la más remota antigüedad,
son grandes depósitos construidos de manipostería, generalmente
debajo y al enrase del piso del local, ó elevados sobre
el mismo, y revestidos interiormente de cal hidráulica ó de
cemento romano, y también de baldosa fina. Los cerrados se
hallan cubiertos en su mayor extensión con bóveda ó con tablones,
y los abiertos se les cubre con un fuerte y espeso
enrejado ele madera, sobre el cual se pisa la uva y cae el
mosto al recipiente. Su capacidad es variable de 50, 100 y
más hectolitros. En ellos se entroja la uva para que tenga
efecto la fermentación tumultuosa, y terminada ésta, se
trasiega el caldo á vasijas más pequeñas. Estos depósitos
proporcionan una economía sobre los demás vasos vinarios,
y podrán ser convenientes en años abundantes de uva, ó en
los puntos en que ésta se cosecha en grande escala.
Vasos ele madera.—Los vasos di madera, construidos ele
encina, roble, castaño, etc., y cuyas duelas se carbonizan
por la parte interior, á fin de evitar el gusto que pudieran
comunicar al vino, toman los nombres de cubas, conos, pipas,
botas, barricas, toneles y barriles, según su forma y su
capacidad. Las que más generalmente se usan para la fermentación
afectan la forma de un cono truncado, es decir,
anchas en su base y más estrechas en la parte superior, de