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Guía 2: El trabajo psicosocial con familiares de personas desaparecidas o no localizadas<br />
“Se considera desaparición forzada la privación de la libertad a una o más<br />
personas, cualquiera que fuere su forma, cometida por agentes del Estado<br />
o por personas o grupos de personas que actúen con la autorización, el<br />
apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida de la falta de información o<br />
de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o de informar sobre<br />
el paradero de la persona, con lo cual se impide el ejercicio de los recursos<br />
legales y de las garantías procesales pertinentes”.<br />
5.1.2. Impactos psicosociales en los casos de familiares de<br />
personas no localizadas o desparecidas<br />
Los impactos o “molestias psicosociales” vividos por las personas que tienen familiares<br />
desparecidos o no localizados en el marco de la migración, además de vivir el etiquetamiento<br />
o estigmatización, división comunitaria y familiar, rumores, desconfi anza y miedo,<br />
viven otras situaciones emocionales y psicosociales como la ambivalencia por saber si<br />
el familiar está vivo o muerto y, con ello, la preocupación de cómo estará. Su día a día<br />
a veces está lleno de tristeza y recuerdos por el familiar o situaciones de cólera, frustración<br />
o impotencia por no saber qué hacer. En este apartado vamos a entrar un poco<br />
en detalle sobre estas situaciones.<br />
Uno de los impactos más fuertes es la ambivalencia de preguntarse si el familiar<br />
estará vivo o estará muerto. Si está vivo, la preocupación por saber cómo estará de<br />
salud y como lo estarán tratando; y, si está muerto, la preocupación por cómo murió<br />
y el deseo de que tenga un lugar digno donde ser enterrado. Esta situación lleva a<br />
una “pensadera”, pensamientos continuos que no se van de la cabeza. Da una gran<br />
tristeza y cuesta seguir el día a día sin recordar al familiar. En casos más fuertes, la<br />
persona se puede culpar por creer que algo se podía haber hecho para que el o la<br />
familiar no se marchara.<br />
En los casos donde el familiar aparece muerto, se iniciará un proceso normal de duelo.<br />
En esos momentos y durante un tiempo, será normal que la persona se encuentre con<br />
mucha tristeza, llanto, recuerdo constante de la persona fallecida, hasta que poco a<br />
poco logre retomar su vida con el vacío que dejó el familiar.<br />
En la familia, como se planteó en otros momentos, también se puede vivir división familiar:<br />
por ejemplo, frente a la desaparición de un hombre, unos piensan que la responsabilidad<br />
de que se fuera es de la esposa que le exige mucho, otros que de la madre, y, en esa<br />
idea también se responsabiliza de la desaparición o no localización. Otro ejemplo, pueden<br />
ser las acciones de búsqueda donde unas personas van a estar muy involucradas,<br />
otras prefi eren dedicar el tiempo a ver cómo salir adelante o sencillamente se resignan<br />
a que “así son las cosas”.<br />
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