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Metodología: cómo hacemos el trabajo psicosocial<br />
Quienes manejan el grupo deben tener conocimiento del manejo de grupos, conocer<br />
bien los principios de la “casa psicosocial” y manejar una buena escucha responsable.<br />
Esto signifi ca tener una orientación sobre:<br />
• Cómo y quiénes conforman el grupo.<br />
• Cómo se desarrolla el grupo en las relaciones entre sus integrantes. Tener en cuenta<br />
si llegan a las reuniones o no.<br />
• Contenido que tiene el proceso grupal y sentido que se le da a ese contenido.<br />
Los temas tienen que ir relacionados de unas reuniones a otras para ir hilando los<br />
aprendizajes.<br />
• Se debe saber manejar la sesión grupal. Tener más o menos una idea de cuáles<br />
serán las preguntas generadoras. Tener la habilidad de dar o quitar la palabra a los<br />
y las integrantes de forma respetuosa. Mantener los silencios cuando sea necesario<br />
para permitir la refl exión o sostener las emociones. Tener la habilidad de escuchar,<br />
reformular y reorientar las ideas y realizar un cierre positivo de la sesión.<br />
• En el manejo de grupo, también hay que saber cuándo y de qué forma cerrar el<br />
proceso y no dejar que se alarguen las sesiones desmotivando a las personas.<br />
Precauciones en los primeros pasos del trabajo psicosocial<br />
El trabajo psicosocial puede tener algunas difi cultades en sus primeros pasos. Conocer<br />
estas difi cultades, nos permitirá entenderlas más, tener paciencia y poner algunas acciones<br />
o precauciones para lograr un mejor resultado.<br />
• La decisión de participar en el grupo puede ser lenta. Algunas personas se comprometen<br />
a participar, a otras les cuesta más porque no es sólo una decisión personal.<br />
Hay que pensar también en las necesidades económicas de la familia. Algunas<br />
mujeres también tienen que “pedir permiso” para llegar a la reunión, y eso por el<br />
control que tienen los familiares sobre ellas. En algunos casos lo que limita a las<br />
personas a participar es el miedo a hablar o el sentimiento de que su palabra no es<br />
importante.<br />
• También hay que valorar qué signifi ca para las personas que desconocidas o desconocidos<br />
lleguen a su casa. Eso puede hacer que otras personas se pregunten<br />
“¿por qué la van a visitar a ella?”. Esta situación hace que pueda ser señalada,<br />
o que existan envidias de manera que al fi nal, pensando que estamos ofreciendo<br />
un benefi cio, más bien estamos haciendo un daño. Hay que hacer esta valoración<br />
para decidir si la visita domiciliaria es lo más conveniente, o si no es mejor hacer el<br />
contacto en un espacio público como la iglesia o el mercado, y hacer una valoración<br />
con la mujer de si lo mejor es la visita u otra forma de comunicación.<br />
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