Introducción de la lección - USA / Canada Region

Cómo Guiar al Pueblo de Dios: Un Liderazgo de Servicio para una Comunidad de Servicio______________________________________________________________________________________sido educados para ser ministros, no para sercapacitadores de ministros.El ministerio compartido demanda un “visualizar”profundo y una “visión” profunda. Solamente lapersona que puede ver lo invisible podrá hacer loimposible. Preguntas tales como “¿qué si?” y “¿porquéno? Deberían impregnar nuestra perspectivaconcerniente a los cristianos con quienes trabajamos.¿Qué si todos ellos fueran llamados al ministeriocristiano? ¿Por qué no asumir que es verdad yproceder de acuerdo a eso?Elton Trueblood lo declara más claramente:Elton Trueblood, Your OtherVocation (New York: Harper,1952), 106-8, 110-25.A menos que a un laico se le dé una sólidaenseñanza, su ministerio, después de un estallidoinicial de frescura, tenderá a degenerarse en unpoco más que una cuerda de frases trilladasconectadas a ideas comunes y apoyadas por unascuantas y disparejas referencias bíblicas. Debemostomar la educación de los laicos con una totalseriedad. Los laicos no son asistentes al pastor, paraayudarle a hacer su trabajo. Sin embargo, el pastordebe ser el asistente de ellos; él debe ayudar aequiparles para el ministerio para el cual Dios les hallamado. La diferencia es tan revolucionaria como loes total. Medidas a medias son tan pero como nada.Nuestras esperanzas descansan en realizar grandesplanes, en tomar la responsabilidad de producir uncambio radical, en alcanzar alto. La educación de losadultos es el asunto mayor en la iglesia. No es unadecoración, es la pieza central.Solamente desde esta perspectiva el ministerio serámutuamente comprendido y compartido. Sin estavisión compartida, el ministerio en y a través de laiglesia local y la institución teológica es tan imposiblecomo un triángulo de dos lados. El ministerio sucedecuando el pastor y la congregación, el administrador ylos estudiantes, el líder y los seguidores tienen unavisión del ministerio cristiano y lo procuran juntos.Mientras más apasionante sea la visión, mayor será elcompromiso al ministerio.Debemos dejarnos tomar por esta visión la cualtrasciende el ministerio a la gente y al ministerio parala gente, al ministerio con la gente y al ministerio porla gente. La visión compartida del ministerio demandauna apasionada convicción la cual establece para haceralgo acerca de lo comprendido. Nuestro ministerio deliderazgo es el de ayudar a otros a comprender ydesarrollar su ministerio. Cuando aquellos con unavisión similar son atraídos, algo extraordinario sucede._____________________________________________________________________________________3-4 ©2003, Nazarene Publishing House