Maldonado JC. ECC-UAM-Colegios• Una <strong>de</strong> las investigaciones más complejas e interesantes (por lo que merece la pena exponerla enmayor <strong>de</strong>talla) <strong>de</strong> intervenciones <strong>educativa</strong>s dirigidas a la comunidad, se ejecutó en dos ciuda<strong>de</strong>s<strong>de</strong>l Perú y <strong>una</strong> <strong>de</strong> Bolivia, empleando un diseño compatible a un ensayo clínico controlado noaleatorizado, para medir el efecto <strong>de</strong> intervenciones <strong>educativa</strong>s contra el uso ina<strong>de</strong>cuado <strong>de</strong>medicamentos [6] . Las poblaciones fueron escogidas por factibilidad <strong>de</strong> acceso y en cada <strong>una</strong> <strong>de</strong>estas se seleccionó un grupo <strong>de</strong> estudio y uno <strong>de</strong> control, ambos similares en cuanto el nivelsocioeconómico, saneamiento ambiental y servicios <strong>de</strong> salud. La medición basal se realizó medianteencuesta a <strong>una</strong> muestra aleatoria <strong>de</strong> hogares, registrando la morbilidad, las conductas terapéuticasy el uso <strong>de</strong> medicamentos en sus habitantes. De la información obtenida se planificó el contenido <strong>de</strong>las intervenciones <strong>educativa</strong>s según los problemas <strong>de</strong> salud más frecuentes <strong>de</strong>tectados. Lasintervenciones consistieron primero en capacitaciones a los promotores <strong>de</strong> salud comunitarios (<strong>de</strong>los grupos <strong>de</strong> estudio), respecto a los factores que condicionan las enfermeda<strong>de</strong>s más frecuentes,el reconocimiento <strong>de</strong> signos <strong>de</strong> alerta y <strong>sobre</strong> el consumo a<strong>de</strong>cuado <strong>de</strong> medicamentos.Posteriormente los promotores <strong>de</strong> salud replicaron la intervención en sus respectivas comunida<strong>de</strong>smediante varios métodos didácticos (carteles, <strong>de</strong>mostraciones prácticas, proyeccionesaudiovisuales, difusión por radio y folletos informativos), conteniendo mensajes sencillos y brevesacor<strong>de</strong>s a las características culturales <strong>de</strong> los habitantes. Luego <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s <strong>educativa</strong>s (queduraron unos tres meses) se realizó <strong>una</strong> segunda medición con el mismo instrumento, tanto en loslugares intervenidos como en los controles. Los resultados obtenidos variaron ampliamente e inclusoalgunos fueron contradictorios: disminuyó la adquisición sin receta <strong>de</strong> medicamentos para elresfriado común, pero aumentó el consumo <strong>de</strong> antitusígenos y expectorantes; aumentó el uso <strong>de</strong> larehidratación oral en la diarrea, pero se mantuvo el consumo <strong>de</strong> antidiarréicos (disminuyeron lasadquisiciones en farmacia, aumentaron las adquisiciones en las tiendas) y el <strong>de</strong> antibióticos casi novarió; disminuyeron el consumo <strong>de</strong> estimulantes <strong>de</strong>l apetito y <strong>de</strong> multivitaminas; alg<strong>una</strong>s mejoríastambién se observaron en los grupos testigo. Los autores concluyeron que mejorar losconocimientos <strong>de</strong> la población no siempre conlleva un cambio <strong>de</strong> conducta en los consumos, por loque es necesario explorar las creencias populares respecto a las propieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los medicamentos,realizar intervenciones simultáneas, dinámicas y participativas; y, que factores como la oferta <strong>de</strong>medicamentos y servicios <strong>de</strong> salud pue<strong>de</strong>n influir en los patrones <strong>de</strong> consumo.• Una investigación encaminada a <strong>de</strong>terminar la utilidad <strong>de</strong> intervenciones <strong>educativa</strong>s <strong>de</strong> cortaduración para reducir el tabaquismo, alcoholismo y el consumo <strong>de</strong> sustancias ilegales en estudiantes<strong>de</strong> colegios secundarios con un perfil <strong>de</strong> riesgo para estas adicciones [7] , reportó que <strong>de</strong> 22 alumnos(todos fumadores, 62% bebedores y 33% consumidores <strong>de</strong> droga) que recibieron lasintervenciones, a los 6 meses el 99% había reducido el consumo <strong>de</strong> tabaco, el 67% redujo la ingesta<strong>de</strong> licor y en la mitad había disminuido el uso <strong>de</strong> sustancias ilegales.• En los Estados Unidos, un ensayo clínico [8] asignó aleatoriamente un total <strong>de</strong> 55 escuelas pararecibir un programa para prevención <strong>de</strong>l consumo <strong>de</strong> drogas (Proyecto ALERT) o permanecer encondiciones habituales como grupo control. En el grupo <strong>de</strong> intervención, los alumnos <strong>de</strong> séptimo yoctavo grado recibieron un total <strong>de</strong> 11 lecciones. Luego <strong>de</strong> 18 meses se evaluaron nuevamente losconsumos en un total <strong>de</strong> 4276 alumnos. El programa produjo reducciones entre el 19% y 39% parael consumo regular <strong>de</strong> cigarrillos, el abuso <strong>de</strong> licor y en el inicio <strong>de</strong> consumo <strong>de</strong> marihuana y otrasdrogas; las reducciones para el uso regular <strong>de</strong> marihuana y el inicio <strong>de</strong> consumo <strong>de</strong>l licor no fueronsignificativas.• Dos investigaciones, <strong>una</strong> centrada en la prevención <strong>de</strong>l alcoholismo [9] y la otra en el consumo <strong>de</strong>drogas [10] , evaluaron la eficacia <strong>de</strong> los métodos utilizados para las intervenciones <strong>educativa</strong>sdirigidas a estudiantes. La primera utilizó un diseño experimental no aleatorizado y comparó lamodalidad <strong>de</strong> “discusión en grupo” <strong>sobre</strong> el comportamiento i<strong>de</strong>al respecto a los hábitos <strong>de</strong> bebidaactuales, contra la modalidad <strong>de</strong> “entrega y discusión <strong>de</strong> información didáctica” <strong>de</strong>stinada amejorar el autocontrol en el comportamiento <strong>de</strong> ingesta alcohólica, encontrando que el segundométodo era más eficaz para reducir la frecuencia <strong>de</strong> consumo <strong>de</strong> licor en altas cantida<strong>de</strong>s, luego <strong>de</strong>cuatro semanas <strong>de</strong> seguimiento. El segundo estudio asignó aleatoriamente a 18 escuelas paraInforme final. Versión (3). Septiembre 2004. 102
Maldonado JC. ECC-UAM-Colegioscomparar los efectos <strong>de</strong> la “autoinstrucción”, el programa “dirigido por un educador en salud” quees más interactivo y el mo<strong>de</strong>lo “estándar” (grupo control). Los estudiantes fueron seguidos yevaluados uno y dos años luego <strong>de</strong> las intervenciones. Se encontró que el programa <strong>de</strong>autoaprendizaje no produjo cambios en el comportamiento comparado con el método estándar,mientras que el programa interactivo produjo resultados más sostenidos respecto al tabaquismo yel uso <strong>de</strong> drogas y que el mantenimiento <strong>de</strong> los efectos era mejor cuando los participantes eran <strong>de</strong>menores eda<strong>de</strong>s.• Un trabajo <strong>de</strong> intervención <strong>de</strong> tipo “antes y <strong>de</strong>spués” fue conducido <strong>sobre</strong> 337 alumnos quecursaban entre el tercer y sexto grado <strong>de</strong> escuela [11] . La intervención consistió en <strong>una</strong> activida<strong>de</strong>ducativa <strong>de</strong>stinada a incrementar los conocimientos <strong>de</strong> las funciones <strong>de</strong>l corazón, la sangre y elcerebro. Los resultados mostraron que los estudiantes que adquirieron mayores conocimientosbiológicos también aprendieron más en la instrucción <strong>sobre</strong> los efectos negativos <strong>de</strong>l alcohol y lacocaína.• Finalmente, un total <strong>de</strong> 7426 alumnos <strong>de</strong> sexto grado pertenecientes a 34 escuelas, fue asignadoaleatoriamente para recibir dos modalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> intervención: un programa curricular <strong>de</strong>entrenamiento <strong>sobre</strong> <strong>de</strong>strezas para la vida, que incluía <strong>una</strong> unidad <strong>educativa</strong> <strong>de</strong>dicada a tratar elproblema <strong>de</strong> las drogas; o al programa habitual para disminuir el uso <strong>de</strong> sustancias en losestablecimientos <strong>de</strong> educación media [12] . Luego <strong>de</strong> dos años <strong>de</strong> la intervención, pudo recolectarseinformación <strong>de</strong> 5691 alumnos (ya en octavo grado) respecto al consumo, reciente y durante eltiempo transcurrido, <strong>de</strong> cinco tipos <strong>de</strong> sustancias o combinaciones. Hubo diferenciasestadísticamente significativas a favor <strong>de</strong>l programa <strong>de</strong> entrenamiento, para la reducción <strong>de</strong>l uso<strong>de</strong> marihuana y para el reporte <strong>de</strong> consumo reciente <strong>de</strong> alcohol.Las campañas <strong>educativa</strong>s revisadas en su mayoría han conducido a cambios favorables, tanto en losconocimientos como en las prácticas <strong>de</strong> las personas. Los resultados variables que se obtuvieron enalg<strong>una</strong>s intervenciones dirigidas a poblaciones adultas para mejorar el uso <strong>de</strong> medicamentos, podríantener como explicación el contexto cultural y la predisposición <strong>de</strong> los sujetos, pero también el métododocente utilizado.Referencias:1. Helitzer DL, McFarland DA, Wirima JJ, Macheso AP. Malaria chemoprophylaxis compliance inpregnant women: a cost-effectiveness análisis of alternative interventions. Soc Sci Med 1993; 36:403-7.2. Egger M, Pauw J, Lopatatzidis A, Medrano D, Paccaud F, Smith GD. Promotion of condom use in ahigh-risk setting in Nicaragua: a randomised controlled trial. Lancet 2000; 355: 2101-05.3. Pittet D, Hugonnet S, Harbarth S, et.al., and members of the Infection Control Programme.Effectiveness of a hospital-wi<strong>de</strong> programme to improve compliance with hand hygiene. Lancet2000; 356: 1307-12.4. Lowe CJ, Raynor DK, Purvis J, Farrin A, Hudson J. Effects of a medicine review and educationprogramme for ol<strong>de</strong>r people in general practice. Br J Clin Pharmacol 2000; 50: 172-5.5. Kafle KK, Humagian BR, Tapa BB, et.al. Training intervention to improve the use of medicines in thecommunty through school teachers and women groups. Pharmaceutical Horizon of Nepal. [Abstracten Boletín Fármacos 2001; 4 (3)].6. López R, Kroeger A. Intervenciones <strong>educativa</strong>s populares contra el uso ina<strong>de</strong>cuado <strong>de</strong>medicamentos. Bol Oficina Sanit Panam 1994; 116: 135-144.7. Suzuki K, Takeda A, Murakami S, et.al. Brief intervention for smoking, problem drinking and drugabuse by high school stu<strong>de</strong>nts [Abstract. Article in Japanese]. Nihon Arukoru Yakubutsu IgakkaiZasshi 2003; 38: 475-82.8. Ellickson PL, McCaffrey DF, Ghosh-Dastidar B, Longshore DL. New inroads in preventingadolescent drug use: results from a large-scale trial of project ALERT in middle schools. Am JPublic Health 2003; 93: 1830-36.Informe final. Versión (3). Septiembre 2004. 103