Maldonado JC. ECC-UAM-ColegiosAPÉNDICE Nº 5La información y <strong>de</strong>sinformación <strong>sobre</strong> medicamentos en InternetIndudablemente el Internet es actualmente el medio <strong>de</strong> comunicación global más importante. Solamenteen Norteamérica unos 180 millones <strong>de</strong> adultos (y un 93% <strong>de</strong> los médicos) utilizan este medio durante unpromedio <strong>de</strong> 10 horas diarias [1] . Por Internet prácticamente se pue<strong>de</strong> conseguir información (ypublicidad) <strong>sobre</strong> cualquier cosa, incluyendo enfermeda<strong>de</strong>s y medicamentos. Sobre estos últimostópicos no solo la cantidad pue<strong>de</strong> ser un problema, sino especialmente la calidad <strong>de</strong> la información a laque se acce<strong>de</strong> a través <strong>de</strong> los portales <strong>de</strong> búsqueda.Una reciente investigación [2] reportó que la información sanitaria “en línea” es <strong>de</strong> diferente calidadsegún el tópico <strong>de</strong> salud investigado y la fuente responsable <strong>de</strong> la información, lo cual significa que losusuarios que navegan en Internet tienen muchas posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> encontrar sitios web quegeneralmente no están avalados por evi<strong>de</strong>ncias científicas. Así, es factible conseguir información en loswebs <strong>de</strong> las compañías farmacéuticas, en webs especializados (como el Electronic MedicinesCompendium), en webs <strong>de</strong> los grupos <strong>de</strong> apoyo <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminadas enfermeda<strong>de</strong>s, en las revistas médicas“on-line” (alg<strong>una</strong>s que poseen <strong>una</strong> sección para los pacientes), etc., que pue<strong>de</strong>n sumar cientos, mientrasque las agencias reguladoras <strong>de</strong> medicamentos <strong>de</strong> apenas 53 países poseen <strong>una</strong> web propia [1,3] .También se ha comunicado que en Internet han aparecido noticias falsas que exageran los efectosbeneficiosos <strong>de</strong> los productos farmacéuticos y <strong>de</strong> los “naturales” [4] y que en los webs que permitencomprar medicamentos, la información pue<strong>de</strong> estar escrita en lenguaje técnico (comprensible sólo parael médico) y se pue<strong>de</strong> adquirir el fármaco sin un previo control clínico [5] . También se ha reportado quesi bien el Internet pue<strong>de</strong> incrementar el acceso <strong>de</strong> los pacientes a los servicios <strong>de</strong> salud (alg<strong>una</strong>s webspue<strong>de</strong>n ser interactivas con el usuario y operar a manera <strong>de</strong> <strong>una</strong> consulta médica), es a un coste“globalmente” incrementado y la calidad <strong>de</strong> los cuidados médicos pue<strong>de</strong> ser incierta (porque es virtual),a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la posibilidad <strong>de</strong> que los pacientes falseen su información con el propósito <strong>de</strong> llegar aobtener los medicamentos <strong>de</strong>seados [6] .En este sentido, el trabajo <strong>de</strong> Bloom [6] analizó <strong>una</strong>s 46 webs que vendían medicamentos. Los hallazgosmostraron que en todas se vendía sil<strong>de</strong>nafil (Viagra®, para el que requiere prescripción médica), perosolo el 80% solicitaban la prescripción hecha por el médico o en su lugar permitían la consulta con unmédico en “tiempo real” (on-line) antes <strong>de</strong> emitir la prescripción. A<strong>de</strong>más, en ning<strong>una</strong> <strong>de</strong> estas webs conconsulta virtual se revelaba el nombre, dirección o cualificación <strong>de</strong> los médicos “on-line”. Los costos <strong>de</strong>estas consultas y <strong>de</strong> los medicamentos eran más altos que en un consultorio normal y que en la farmaciarespectivamente. Los hallazgos <strong>de</strong> este estudio motivaron que la Food and Drug Administration (FDA)emitiera un comunicado advirtiendo que el comprar medicamentos por Internet podría ser caro ypeligroso [7] .De forma similar, otro estudio [8] que examinó 86 webs que vendían sil<strong>de</strong>nafil, encontró que el 47% noponían como requisito previo por lo menos la consulta “on-line”, la mitad averiguaba si la persona sufríaalgún tipo <strong>de</strong> cardiopatía y menos <strong>de</strong> la mitad indagaban <strong>sobre</strong> el uso concurrente <strong>de</strong> nitratos (quecontraindica el uso <strong>de</strong> sil<strong>de</strong>nafil).Los efectos <strong>sobre</strong> la salud, la modificación en los hábitos <strong>de</strong> consumo y las mejores alternativas paracontrolar el mal uso <strong>de</strong> la información en Internet, así como el uso <strong>de</strong> la mala información en Internet,todavía no han sido <strong>de</strong>terminados <strong>de</strong> forma precisa y el <strong>de</strong>bate continúa.Referencias:1. Anónimo. Challenges to drug information posed by the Internet. Scrip 2002; 2729: 4.2. Slater DM, Zimmerman DE. Characteristics of health-related web sites i<strong>de</strong>ntified by commoninternet portals. JAMA 2002; 288: 316-317.3. Anónimo. Experimenting with direct-to-consumer advertising. Lancet 2000; 356: 607.Informe final. Versión (3). Septiembre 2004. 80
Maldonado JC. ECC-UAM-Colegios4. Bower H. Internet sees growth of unverified health claims. BMJ 1996; 313: 381.5. Frankel D. American Medical Association warning on internet prescriptions. Lancet 1999; 354: 138.6. Bloom BS, Iannacone RC. Internet availability of prescription pharmaceuticals to the public. AnnIntern Med 1999; 131: 830-833.7. Larkin M. Public warned about purchasing prescription drugs over the internet. Lancet 1999; 354:1274.8. Armstrong K, Schwartz JS. Direct sale of sil<strong>de</strong>nafil (Viagra) to consumers over the Internet. NEngl J Med 1999; 341: 1389-92.Informe final. Versión (3). Septiembre 2004. 81