“Efectos a corto y largo plazo de una intervención educativa sobre ...

Maldonado JC. ECC-UAM-Colegios(incluyendo la automedicación) y lógicamente el consumo de medicamentos (la adherencia al tratamientoy, nuevamente, la automedicación).Por todo lo anterior, determinar qué es lo que saben las personas, qué desean saber, qué necesitansaber, qué aspectos distorsionan y como ocurre esto, qué uso dan de esos conocimientos en su vidacotidiana y finalmente cómo y cuáles son sus posturas y acciones ante situaciones concretas, permitecomprender de mejor manera el comportamiento de un grupo humano e incluso las razones para el éxitoo fracaso de los programas sociales. Algunos estudios que han considerado uno o todos los componentesdel eje lógico “conocimientos-actitudes-prácticas”, pueden servir de ejemplo para apreciar de mejorforma los puntos comentados hasta el momento en esta sección del manuscrito.• Un trabajo de diseño transversal ejecutado en Brasil tuvo como objetivo determinar elconocimiento que tenían los profesores de colegios respecto a la transmisión y prevención de lahepatitis viral (no-A) [2] . Un total de 360 sujetos fueron estudiados mediante un cuestionarioestructurado para calificar respuestas correctas o incorrectas. Para los distintos ítems losporcentajes de acierto variaron entre un 0% y un 80%, por lo que los hallazgos sugirieron lanecesidad de mejorar el conocimiento respecto a la prevención de la enfermedad, especialmente enlos tópicos relacionados con la transmisión por vía sexual y por el uso de drogas intravenosas.• En otro estudio [3] , un total de 10301 estudiantes de 119 establecimientos educativos fueronencuestados para determinar si el tipo de comportamiento sexual que tenían podía influir en elconsumo de sustancias adictivas. Los hallazgos mostraron que las mujeres con un perfil bisexual ensus relaciones tenían mayores probabilidades de fumar, ingerir licor y consumir marihuana,mientras que las mujeres que sólo tenían parejas de su mismo sexo no mostraban un riesgoincrementado para estas conductas; entre los hombres, aquellos que tenían parejas de ambos sexoseran menos bebedores que los heterosexuales puros.• Con el fin de conocer los factores del entorno social que se relacionan con el consumo de drogas enlos adolescentes y de esta forma poder sugerir el tipo de intervenciones preventivas, da Silva ycolaboradores [4] entrevistaron a los tutores de 86 adolescentes ingresados a centros de detenciónprovisional. Sus resultados indicaron que la violencia doméstica y los antecedentes de alcoholismo odrogadicción en los propios padres se asociaban con el consumo de drogas (principalmente cannabis)en los chicos, mientras que el vivir con ambos padres retardaba la edad de inicio en el consumo. Larecomendación derivada sugería que los programas sociales debían incluir también la educación a lospadres.• Un trabajo muy interesante fue el conducido por Sigelman y colaboradores [5] . Estos autores, bajola hipótesis de que los conocimientos sobre ciertas funciones biológicas relevantes podrían permitirque los estudiantes de escuelas estuvieran en una mejor posición para comprender los efectosdañinos del alcohol y la cocaína, realizaron un estudio con 337 alumnos que cursaban entre el tercery sexto grado. El diseño consistió en una medición basal, una capacitación y una medición posteriora la misma. El análisis de los datos mostró que el conocimiento sobre las funciones básicas delcorazón, la sangre y el cerebro predecían algunas variables relativas al conocimiento sobre lassustancias adictivas. Aquellos estudiantes con mayores conocimientos de los aspectos biológicostambién aprendieron más en la instrucción sobre los efectos negativos del alcohol y la cocaína.• Uno de los campos en el cual reviste mayor interés el estudio de los conocimientos, actitudes yprácticas corresponde al de las enfermedades de transmisión sexual, por la relevancia social deltema. En Nicaragua, por ejemplo, un total de 155 varones y 296 mujeres (de los cuales el 90% delos varones y el 50% de las mujeres eran sexualmente activos), todos estudiantes del último año decolegios secundarios, fueron estudiados mediante encuesta anónima [6] . Aunque el 86% sabía que elSIDA se transmitía sexualmente, apenas el 41% utilizaban el preservativo como medida preventivaen sus relaciones y sólo el 23% consideraban que podían correr un riesgo de contraer laenfermedad. Entre los alumnos sexualmente activos, el 38% de los varones y el 7% de las mujeresdeclararon que su comportamiento sexual se había modificado a causa del conocimiento sobre elInforme final. Versión (3). Septiembre 2004. 93