“Efectos a corto y largo plazo de una intervención educativa sobre ...

Maldonado JC. ECC-UAM-ColegiosSIDA. Este estudio reveló, en definitiva, que los conocimientos acerca de la transmisión yprevención del SIDA que tenían los estudiantes secundarios era insuficiente, especialmente entrelas mujeres, por lo que era necesario establecer un programa escolar que abordara el problema deuna forma amplia.• Sobre el mismo tema, hace poco un estudio español [7] comunicó que en los adolescentes existe unmenor conocimiento sobre otras enfermedades de transmisión sexual en contraste con losconocimientos relacionados con el SIDA. Esta situación un tanto paradójica puede ser fácilmenteexplicable si se tiene en cuenta la amplia difusión de información sobre el HIV/SIDA que se harealizado durante las dos últimas décadas en los distintos medios de comunicación masiva, cosa queno ha ocurrido para el resto de enfermedades de transmisión sexual.• Pero los modelos de investigación centrados en los conocimientos, las actitudes y las prácticastambién han sido utilizados en temas específicos sobre medicamentos. Así, en 1999 un estudioconducido sobre una población de 107 estudiantes del último año de medicina [8] , reportó que el97% de ellos había sufrido algún problema de salud reciente y que ante este cuadro la conductaadoptada fue principalmente del tipo autocuidado de la salud (73%) antes que la consulta a unmédico establecido (26%). De los que optaron por la primera opción, el 92% decidieron por símismos que medicamento tomar, pero apenas en el 68% de los casos el fármaco utilizado seajustaba adecuadamente al problema de salud. El consumo de medicamentos en este grupopoblacional, evidentemente se encuentra basado en el conocimiento que poseen sobre los procesosde salud-enfermedad, pero también muestra que las prácticas obedecen a la necesidad demantener su ritmo de actividades, aunque lamentablemente estas no sean del todo correctas.• Un estudio realizado en algunas comunidades peruanas y bolivianas, que tuvo entre sus objetivosidentificar las afecciones de salud más comunes que sufren las personas y la conducta terapéuticaque adoptan frente a ellas [9] , comunicó que a pesar de promover el uso adecuado de medicamentosmediante una serie de actividades educativas para aumentar el conocimiento de la población, noocurren cambios importantes en las prácticas de consumo, por lo que es necesario estudiar lascreencias populares respecto a los medicamentos. Por ejemplo, aunque se logró incrementar el usode las sales de rehidratación oral, no se redujo el consumo de antidiarréicos. Esto podría deberse ala creencia de que la diarrea como tal (la expulsión de heces) conlleva un riesgo de muerte, por loque controlar el número de deposiciones equivaldría a disminuir las probabilidades de morir. De ahíque aceptaran la terapia de rehidratación oral, pero sin abandonar el uso de antidiarréicos. Aquí lasactitudes de las personas, es decir, sus predisposiciones o posturas frente a la enfermedad, seríanel principal condicionante de las prácticas.• Hace poco, otro estudio reportó que los conocimientos y las actitudes de los médicos respecto aalgunos aspectos relacionados con las reacciones adversas a medicamentos mostraban deficienciasde varios tipos [10] . Entre otros problemas se encontraron errores conceptuales, una reducidacapacidad para sospechar una etiología medicamentosa en cuadros clínicos específicos y variacionesen su actitud al momento de enfrentar una reacción adversa. Debido a que los conocimientos y lasactitudes de los médicos son condicionantes de las prácticas de notificación espontánea dereacciones adversas, estos hallazgos sugieren la necesidad e importancia de las capacitacionesantes de poner en marcha un programa de Farmacovigilancia que utilice el método del reporteespontáneo.Los ejemplos que se han comentado, muestran como este tipo de investigaciones es una valiosa fuentede información para la identificación de los problemas y para la planificación de intervencionesdestinadas a corregirlos. Es posible comprender entonces la necesidad de estudiar los conocimientos,actitudes y prácticas de las personas en temas sanitarios específicos; porque si las prácticas de laspersonas no son adecuadas y se desea mejorarlas, parece correcto suponer que hay que actuar sobre eleje lógico, es decir, resulta plausible que modificando los conocimientos, podrían cambiarse lasactitudes y de esta forma, las prácticas.Informe final. Versión (3). Septiembre 2004. 94