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“Efectos a corto y largo plazo de una intervención educativa sobre ...

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Maldonado JC. ECC-UAM-ColegiosAPÉNDICE Nº 6La medicalización <strong>de</strong> la vidaLa medicalización, entendida como la invasión inapropiada <strong>de</strong>l complejo médico-industrial en todos losaspectos <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> los individuos, se ha extendido significativamente luego <strong>de</strong> que Ivan Illichacuñara el término en 1976 [1] . Pero la medicalización <strong>de</strong> un número creciente <strong>de</strong> problemas <strong>de</strong> la vida noconstituye solamente un proceso individual, se trata <strong>de</strong> un fenómeno colectivo propio <strong>de</strong> las socieda<strong>de</strong>sque hacen <strong>de</strong> lo normal algo extraño.Es la industria farmacéutica la que ha conducido al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> este fenómeno social, al auspiciar lacreación <strong>de</strong> <strong>de</strong>finiciones para “nuevas” enfermeda<strong>de</strong>s y luego promover sus tratamientos entre médicosy pacientes, todo bajo <strong>una</strong> motivación <strong>de</strong> mercado que consi<strong>de</strong>ra que se pue<strong>de</strong> obtener réditoseconómicos a costa <strong>de</strong> hacer creer a la gente que se encuentra enferma. Por esta razón, se haexpresado [2] que alg<strong>una</strong>s formas <strong>de</strong> medicalización son más <strong>una</strong> “especulación con la enfermedad”, paraasí aumentar los rangos <strong>de</strong> problemas <strong>de</strong> salud tratables y lograr expandir el mercado para el <strong>de</strong>sarrolloy comercialización <strong>de</strong> nuevos productos.Mediante la medicalización no se buscan medicamentos para enfermeda<strong>de</strong>s reales, sino enfermeda<strong>de</strong>spara medicamentos que se pue<strong>de</strong>n ofrecer. Si antes se consi<strong>de</strong>raba irracional la concepción <strong>de</strong> “<strong>una</strong>pastilla para cada enfermedad” [3] , no pue<strong>de</strong> ser ahora racional la concepción <strong>de</strong> “<strong>una</strong> enfermedad paracada pastilla”. Con esto también se distorsiona los procesos <strong>de</strong> investigación y <strong>de</strong>sarrollo, orientándolosmás a satisfacer los mercados potenciales que para encontrar soluciones prevalentes y relevantes enlos países en vías <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo [4] .Entre la creación <strong>de</strong> “patologías” que “<strong>de</strong>berían” ser “prevenidas o tratadas” se pue<strong>de</strong> mencionar a lavejez, que siendo un proceso natural, ahora merece ser retardada mediante antioxidantes yvasodilatadores cerebrales; la menopausia <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser un ciclo normal en la vida <strong>de</strong> las mujeres y setransforma en un síndrome sintomatológico que altera la calidad <strong>de</strong> vida; la disminución normal <strong>de</strong> lafunción sexual se presenta como un problema y se la convierte en <strong>una</strong> “entidad” que pue<strong>de</strong> y <strong>de</strong>be sertratada con medicamentos; la calvicie ahora merece un abordaje farmacológico, al igual que elcrecimiento <strong>de</strong> los niños que pue<strong>de</strong> optimizarse mediante formulaciones específicas.Un caso interesante es el <strong>de</strong> los niños inquietos que ahora se catalogan como “hiperactivos” o “contrastornos <strong>de</strong> la atención”, categorías inexistentes en la literatura científica pero que los hace objetos<strong>de</strong> intervenciones farmacológicas [5] . Recientemente, <strong>una</strong> nueva patología a la que se la está llamando“disfunción sexual femenina”, a comenzado a ser objeto <strong>de</strong> <strong>de</strong>bate [6] . Des<strong>de</strong> 1997 la industriafarmacéutica ha patrocinado <strong>una</strong> serie <strong>de</strong> reuniones orientadas a establecer los “indicadores” clínicos<strong>de</strong> la disfunción sexual femenina (tabla 6.1), cuando en la realidad no todas las dificulta<strong>de</strong>s en laesfera sexual que pue<strong>de</strong>n sufrir las mujeres <strong>de</strong>berían consi<strong>de</strong>rarse disfunciones, ni todas las querealmente lo sean requerirían un tratamiento con alternativas farmacológicas [7] .Entre las formas que se utilizan para especular con la enfermedad se encuentran: 1) transformarproblemas comunes en problemas clínicos (por ejemplo, la caída <strong>de</strong>l cabello), 2) mostrar los síntomasleves como graves (por ejemplo, el cuadro clínico <strong>de</strong> colon irritable), 3) tratar problemas personalescomo problemas médicos (por ejemplo, la timi<strong>de</strong>z llevada a fobia social), 4) utilizar los factores <strong>de</strong>riesgo como enfermeda<strong>de</strong>s (por ejemplo, la hipercolesterolemia y la osteopenia/osteoporosis), y 5)exagerar la magnitud <strong>de</strong> la prevalencia <strong>de</strong> un trastorno para revelar un problema médico (por ejemplo,la impotencia o disfunción eréctil masculina) [2] . En cualquiera <strong>de</strong> estas formas, la estrategia que laindustria utiliza es difundir por los medios <strong>de</strong> comunicación historias que se encuentran diseñadas paracausar miedo entre la población que se i<strong>de</strong>ntifica con la condición clínica y comunicar <strong>sobre</strong> los últimostratamientos disponibles.Informe final. Versión (3). Septiembre 2004. 82

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