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te odiare hasta que te quiera

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¿El bullying? Desde hace unos cuatro años.<br />

—Desde hace poco. Lo de Hank es la primera vez <strong>que</strong> me pasa —<br />

respondo muy seria, y casi puedo ver a Cole poniéndome los ojos en<br />

blanco.<br />

—Aun así, me lo <strong>te</strong>ndrías <strong>que</strong> haber contado nada más verme. Ahora ya<br />

da igual, mañana a primera hora hablaré con el director.<br />

—No, de verdad, señora Stone, no hace falta. Estoy bastan<strong>te</strong> segura de<br />

<strong>que</strong> Hank no lo volverá a hacer —le suplico, por<strong>que</strong> no quiero <strong>que</strong> la bola<br />

se haga más grande de lo <strong>que</strong> ya es.<br />

A Cole no lo van a expulsar por<strong>que</strong> un Hank cubierto de sangre y<br />

tumbado en la camilla le ha dicho al director <strong>que</strong> él provocó la pelea y <strong>que</strong><br />

la culpa es suya. Se librará de esta a cambio de unas horas de servicio a la<br />

comunidad.<br />

—Eso no lo sabes, quizá lo <strong>que</strong> necesita es una charla con la autoridad<br />

para <strong>que</strong> no vuelva a hacer algo así.<br />

—Con el debido respeto, creo <strong>que</strong> lo <strong>que</strong> le ha hecho Cole es más <strong>que</strong><br />

suficien<strong>te</strong> —digo con un hilo de voz, y, para mi sorpresa, madre e hijo se<br />

echan a reír; Cassandra incluso mira a Cole como si estuviera orgullosa<br />

de él.<br />

—Bueno, esto lo cambia todo, pero tú sigues castigado, Cole. La<br />

violencia no es la respuesta. Dejémoslo en dos semanas de castigo con una<br />

hora de <strong>te</strong>le al día, pero nada más.<br />

Él le sonríe, al parecer bastan<strong>te</strong> con<strong>te</strong>nto.<br />

—Acepto.<br />

O lo <strong>que</strong> es lo mismo, me escaparé de casa cuando estés durmiendo,<br />

mami.<br />

Cassandra nos deja en su casa por<strong>que</strong> tiene <strong>que</strong> volver corriendo al<br />

hospital. Miro el reloj y casi se me escapa un grito al ver <strong>que</strong> son casi las<br />

nueve y <strong>que</strong> hace rato <strong>que</strong> ya debería estar en casa. Se me hiela la sangre,<br />

voy a <strong>te</strong>ner <strong>que</strong> inventarme una buena explicación.<br />

—Pareces Casper, solo <strong>que</strong> rubia y más pálida.<br />

Es la brillan<strong>te</strong> observación de Cole mientras aún estamos en el porche<br />

de su casa. Me va a dar algo. Meto la mano en la mochila y busco el móvil,<br />

del <strong>que</strong> me he olvidado por completo. Desblo<strong>que</strong>o la pantalla y veo <strong>que</strong> no<br />

<strong>te</strong>ngo llamadas ni mensajes de mis padres. ¿Debería alegrarme o<br />

deprimirme? Decisiones, decisiones.<br />

Lo <strong>que</strong> sí <strong>te</strong>ngo es un mensaje de Beth en el <strong>que</strong> me dice <strong>que</strong> ha llamado

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