21.02.2019 Views

te odiare hasta que te quiera

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

decir. Me duele más de lo <strong>que</strong> creía; <strong>te</strong>ndremos <strong>que</strong> hablarlo en cuanto<br />

podamos, pero an<strong>te</strong>s hay <strong>que</strong> poner a la sanguijuela en su sitio.<br />

—¡Cómo <strong>te</strong> atreeeves! —Se pone a dar patadas en el suelo, li<strong>te</strong>ralmen<strong>te</strong>,<br />

y yo me aguanto la risa. Es como un cliché con patas, tan eviden<strong>te</strong> <strong>que</strong> ni<br />

si<strong>quiera</strong> hace gracia—. No tienes niii idea de lo <strong>que</strong> Cole y yo<br />

compartimos. Te está usando para pasar el tiempo <strong>hasta</strong> <strong>que</strong> volvamos a<br />

estar juntos —me espeta, y a mí se me escapa una carcajada.<br />

Si no confiara en Cole como confío, la creería, pero hemos compartido<br />

demasiadas cosas como para, a estas alturas, seguir dudando de él. Es<br />

eviden<strong>te</strong> <strong>que</strong> esta chica delira o está obsesionada con Cole de una forma<br />

<strong>que</strong> nada tiene <strong>que</strong> ver con el amor. No es más <strong>que</strong> una niñata cabreada<br />

por<strong>que</strong> no puede <strong>te</strong>ner lo <strong>que</strong> quiere. Conozco a unas cuantas como<br />

Yolanda; de hecho, duran<strong>te</strong> muchos años fui amiga de otra igualita a ella.<br />

—Lo siento, pero a mí desde aquí no me parece <strong>que</strong> esté sufriendo por<br />

estar lejos de ti. En todo caso, es bastan<strong>te</strong> más probable <strong>que</strong> le hayas<br />

provocado un trauma al in<strong>te</strong>ntar arrancarle los labios. ¿Te funciona esa<br />

técnica? —le pregunto, muy seria, pero a Lan se le escapa la risa y se<br />

carga el efecto de mis palabras.<br />

Yolanda lo fulmina con la mirada y luego se dirige hacia mí.<br />

—Atrás, Kimmy, ya vale —in<strong>te</strong>rviene Cole y se coloca delan<strong>te</strong> de mí.<br />

Ah, así <strong>que</strong> mi Yolanda en realidad se llama Kimmy.<br />

Nos mira primero a mí y luego a Cole, como si estuviera sopesando el<br />

tiempo <strong>que</strong> necesita invertir para acabar con lo nuestro. Creía <strong>que</strong> gen<strong>te</strong><br />

como ella solo existía en las peores novelas románticas. La típica ex<br />

psicótica despiadada <strong>que</strong> hace todo lo necesario para in<strong>te</strong>rponerse entre el<br />

héroe y la heroína de la historia. Si <strong>hasta</strong> tiene eso del tic en el ojo <strong>que</strong> me<br />

saca de quicio. ¿Qué vería Cole en ella?<br />

O quizá no fue su personalidad alegre y jovial la <strong>que</strong> lo atrajo. La sola<br />

idea basta para <strong>que</strong> se me revuelva el estómago.<br />

—Venga, Kimmy, no hagas más el ridículo. Vuelve a tu habitación y<br />

olvidemos <strong>que</strong> esto ha pasado.<br />

Lan vuelve a hacer de mediador y esta vez consigue <strong>que</strong> Kimmy le haga<br />

caso. Me echa una última mirada asesina, resopla y da media vuelta con<br />

tanta energía <strong>que</strong> todos vemos lo <strong>que</strong> lleva debajo de la falda. Tanga,<br />

cómo no, ¿de qué me sorprendo?<br />

Aún en el vestíbulo, oímos el ruido de una puerta y todos suspiramos<br />

aliviados. Cole y Lan están man<strong>te</strong>niendo una conversación en silencio y es

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!